Proceso
El cochinero de Ricardo Anaya
ÁLVARO DELGADO
MÉXICO, D.F. (Proceso).- Apoyado en la estructura corporativa que domina al PAN, con un padrón fraudulento –infestado de priistas, perredistas, verdes e inclusive militantes de Morena–, y tras una campaña que inició antes de tiempo echando mano de recursos sin límite –incluidos los públicos–, Ricardo Anaya llega a la elección interna, este domingo 16, a tratar de consumar la primera fase de su plan: someter a Javier Corral.
Corral y su equipo, convocantes a una rebelión del panismo de base para obtener la victoria, siempre tuvieron claro que enfrentan al PAN corporativo, como lo denominan, en un proceso que consideran viciado de origen y en medio de actos de corrupción e impunidad.
“¡Este proceso es inválido de la ‘a’ la ‘z’!”, sentencia José Luis Luege, aspirante a secretario general de la planilla encabezada por Corral, y afirma que existen evidencias de la manipulación del padrón que controlan “mercenarios” del PAN en acuerdo con líderes de otros partidos, así como diversas faltas a las leyes y a las reglas establecidas.
“Se lo he dicho a Javier: ¡A mí me valen madre las encuestas y si sacamos 20% de los votos! ¡Esta es una elección inválida de pe a pa! Es inválida por el uso de recursos públicos y por la intromisión de gobiernos estatales y municipales, al igual que de la estructura orgánica del partido. ¡Iremos hasta las últimas consecuencias pasado el proceso, hasta donde se pueda!”
Tras la jornada en la que podrán participar 470 mil votantes, la aceptabilidad del resultado es el principal reto del PAN y de Anaya como inminente ganador, los que deben actuar con humildad e inclusión, opina a su vez Arturo García Portillo, exsecretario nacional de Elecciones que no se sumó a ninguna campaña.
“En las circunstancias políticas del país, de los adversarios, un PAN debilitado por el flanco de la unidad va a tener altos costos”, alerta García Portillo, y menciona el riesgo de que Anaya imite la arrogancia de Gustavo Madero luego de haber ganado a Ernesto Cordero. “Su actitud tan dura en el debate –dice– no abonó a la aceptabilidad del resultado”.
Y, en efecto, en el equipo de Corral no prevén reconocer, sin más, el resultado de la elección, sobre todo por las evidencias de irregularidades que han acumulado.
Por su parte, Anaya no sólo guarda silencio ante las acusaciones y pruebas de corrupción esgrimidas, sino que se negó a firmar los compromisos anticorrupción de la organización Más PAN. Tampoco ha hablado sobre estos temas con Proceso tras comprometerse a hacerlo en cuatro ocasiones.
En su oficina de la colonia Del Valle, el martes 11, Luege asevera, en entrevista con el reportero, que otra de las causales de nulidad es que Anaya se financia con dinero sucio. “Puedo afirmar, absolutamente, que hay recursos de algunos de los gobiernos panistas, quizá no de todos, pero puedo decir que de Puebla y de Sonora sí”.
–¿Recursos públicos?
–Recursos públicos utilizados en la campaña de Ricardo Anaya. De que están metidos el gobierno de Puebla y parte del gobierno de Sonora, seguro. ¡Hay dinero público en la campaña de Ricardo! Esto viola el propio reglamento y la convocatoria. Sería causal de nulidad del proceso. ¡Claro, hay que demostrarlo!
Operadores de 8 mil pesos
Corral y su equipo cuentan con pruebas documentales y testimoniales –ante notario público– para acreditar actos anticipados de campaña de Anaya desde mayo; financiamiento oscuro por más de 25 millones de pesos –Luege asegura que la cifra supera los 50 millones–, y hasta la alteración de spots institucionales del PAN para hacer proselitismo.
Desde mayo mismo, cuando aún estaba en curso la elección constitucional, el diputado comenzó su campaña con reuniones en los estados que visitaba para apoyar a los candidatos. En Veracruz generó enojo porque detrás del presídium se colocó un gigantesco letrero con su apellido: “Anaya”.
Era tan abierto su proselitismo personal, viajando con cargo a la Cámara de Diputados, reclutando liderazgos y haciendo amarres para el futuro, que el presidente estatal del PAN en San Luis Potosí, Héctor Mendizábal, le reclamó:
–Aquí nos estamos partiendo la madre, y tú en campaña por el PAN. Siquiera espérate a que acaben los comicios.
No sólo eso: Desde mayo, mientras Anaya recorría el país, su equipo reclutó en todo el territorio nacional a cientos de operadores electorales y los proveyó de equipo, incluida una tableta electrónica, con el fin de visitar a los militantes en su propio domicilio y solicitarles su firma de apoyo para el registro como candidato a presidente del PAN, aun cuando la convocatoria correspondiente se emitiría el 30 de junio.
Con un sueldo de 8 mil pesos mensuales, según sus testimonios, los operadores fueron contratados tanto para recolectar la firma de militantes como para mostrarles spots de Anaya, dos de los cuales éste difundió como presidente interino del PAN, pero esa vez identificado como coordinador de los diputados federales.
Por ejemplo, el 18 de mayo –tres semanas antes de los comicios federales– tuvo lugar una reunión en el hotel Terraza las Fuentes de Zapopan, Jalisco, encabezada por Adolfo Colín Sánchez, colaborador del presidente estatal del PAN en Querétaro, José Luis Báez, para “apoyar en la recolección de firmas para Ricardo Anaya”.
Según el testimonio que rindió una militante ante el notario público número 43 de Zapopan, Felipe de Jesús Preciado Coronado –exdiputado federal en la 57 Legislatura, compañero de Corral–, Colín Sánchez explicó a los 80 asistentes que cada uno debía visitar a 42 militantes por semana, “para hacerles una entrevista de cuatro preguntas y mostrarles dos videos de Ricardo Anaya”.
De acuerdo con la misma militante –cuya identidad se acredita en el documento–, se les proveyó de un kit: una bolsa blanca que contenía una playera con el logotipo del PAN; 150 folletos con la leyenda de que era propaganda “dirigida exclusivamente a militantes del PAN”, más la foto de Anaya; 150 tarjetas de presentación a nombre del mismo diputado y una computadora tipo tablet, provista de GPS.
En la tablet se bajaba el padrón de militantes del distrito correspondiente para solicitarles, además de su firma, número telefónico celular y correo electrónico, datos que eran enviados de inmediato por medio de otro programa.
“Se nos informó que en tres días a más tardar –prosigue– nos entregarían los nombres de los miembros activos que nos tocaría visitar. De igual manera, se nos informó que esta era la primera de dos etapas que tendría el proyecto, que se nos daría un apoyo económico de 8 mil pesos mensuales por dos meses, y que al final del proyecto podríamos quedarnos con la tablet.”
Por cada distrito local se designó a un representante. En el distrito 2, por ejemplo, el responsable es Rodríguez Varillas Luis Alberto, director de afiliación del Comité Estatal del PAN en Jalisco y diputado federal suplente. “Al final de la reunión había un total de 80 personas, y a cada una de ellas se le entregó un kit igual que el mío”, atestiguó.
Sólo por el sueldo de esos operadores –16 mil pesos cada uno– Anaya acumularía más de 10% del tope de gastos de campaña, fijado en 10 millones de pesos, ya que en remuneraciones de dicho personal habría invertido 1 millón 280 mil pesos.
Otro acto igualmente acreditado ocurrió en Chihuahua: En Ciudad Juárez, desde principios de mayo, el equipo de Anaya comenzó a reclutar operadores entre panistas para recabar firmas de militantes, también con un pago de 8 mil pesos y la promesa de que podrían quedarse con la tablet al cabo del trabajo en junio y julio.
Conforme al testimonio rendido ante el notario público número 3 de Ciudad Juárez, Javier Ignacio Camargo Nassar, uno de los reclutadores es el dirigente juvenil panista Óscar Berumen Martínez. Asentó que la primera reunión se celebró en el hotel Villa del Sol, donde participaron otros 14 “encuestadores”.
Una mujer cuya identidad no se conoció fue la anfitriona –“nos dijo que era originaria del estado de Querétaro”–, quien le planteó que “ya éramos parte del proyecto” y que el trabajo consistía en realizar encuestas para identificar cómo estaba siendo recibido el mensaje de los candidatos a diputados federales y la opinión “del trabajo legislativo” de la bancada del PAN.
“En este proyecto se nos contrató con un pago mensual de 8 mil pesos, los cuales terminarían de depositarnos el día 3 de junio de 2015; sin embargo, en esa fecha nos indicaron que deberíamos seguir trabajando en la promoción de la imagen del señor Ricardo Anaya y que el contrato era en las mismas condiciones salariales y que trabajaríamos con el mismo equipo.”
Los responsables de las tareas de Anaya en Chihuahua, a quienes el militante identificó como sus “jefes directos de trabajo”, son Rocío Esmeralda Reza Gallego, diputada federal e integrante de la planilla; René Chavira Santos, José Rincón y Óscar Berumen.
Con base en esta información, el equipo de Corral prevé acreditar varias irregularidades que atentan contra la legalidad del proceso, como actos anticipados de campaña y empleo de recursos de oscuro origen.
Mercenarios panistas, priistas, perredistas…
Este esquema fue lo que, presumiblemente, permitió a Anaya registrarse con 235 mil 404 firmas, equivalentes al 50% de la lista nominal de electores, cuando la convocatoria sólo exigía 47 mil. “Hubiéramos querido esa eficacia para ganarle al PRI las pasadas elecciones”, ironizó Corral sobre el veloz acopio.
Para Luege, ese solo hecho hubiera sido suficiente para no entregarle el registro a Anaya, pero la comisión organizadora presidida por Héctor Larios no quiso: “Es evidente que esa comisión políticamente no tiene ni capacidad ni fuerza”.
Pero además dicho esquema está previsto para la movilización del día de votación, como suelen hacerlo panistas que provienen del PRI –tales son los casos del gobernador Rafael Moreno Valle y del veracruzano Miguel Ángel Yunes, quienes fueron diputados priistas íntimos de Elba Esther Gordillo.
“¡Todo el proceso está viciado –exclama Luege– por recursos de Moreno Valle, de Puebla! Y hay una estructura pagada. ¿Cuál es la diferencia entre la campaña nuestra y la de Anaya? Lo voy a decir, aunque me van a golpear: ¡Toda la campaña de Ricardo Anaya es una campaña profesional pagada. ¡Pagada!”
Pero, además, en el padrón del PAN existen 46 mil 883 militantes que también están registrados en otros partidos políticos, sobre todo en el PRI y en el PRD, e inclusive en Morena.
Se trata de 10% del padrón total de militantes, que asciende a 471 mil miembros y que, de por sí, se duplicó en menos de un año, debido a que realizaron afiliaciones masivas en 10 estados, como Puebla y el Distrito Federal, donde el cacique es el exdelegado Jorge Romero.
“Yo he descubierto en el Distrito Federal que hay acuerdos de este muchachito Romero con el PRD, no sé a qué niveles. Tienen tianguistas, ambulantes y un padrón que venden. ¡Este es un delito! En el DF tenemos 7 mil 208 duplicados, en el Estado de México 8 mil 619, en Puebla 8 mil 678. Hay duplicados de muchos partidos, pero en el DF es PRD, en el Estado de México PRI y PRD, en Puebla es puro PRI.”
Juzga: “Son grupos mercenarios. No participan en el PAN, pero sí en la elección interna, y eso es violatorio de la ley, de los estatutos y de todo. ¿Pero por qué son mercenarios? Porque van a recibir dinero a la hora de ir a votar. Es muy triste, pero así es. Insisto: Esa campaña es de mucho dinero y por eso se debe anular el proceso”.
Luege calcula cómo se puede rebasar el tope de gastos de campaña de 10 millones: “Supongamos que no son 46 mil 883 militantes duplicados con otros partidos, que los dejamos en 40 mil, y que a cada uno de ellos le pagan mil pesos, entonces son 40 millones de pesos ya de entrada”.
Añade: “Es una movilización al estilo priista, con los viejos esquemas de detección y acarreo, juntando a la gente en un desayuno para luego llevarla a votar. Toda esa movilización en el espíritu del PAN es ilegal, porque se rebasa el tope de campaña”.
Aunque Corral y su equipo impugnaron el padrón ante el PAN y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), la denuncia se declaró improcedente sin entrar al fondo. Y así se llega a la elección de este domingo 16, en la que ese partido se juega su futuro.
“El PAN está en la peor crisis de su historia, y en la actual situación del país ¿cómo es posible que no sea un equilibrio?”, lamenta Luege y adelanta que si no hay una rectificación puede desaparecer.
“A mí me tocó la salida del Foro Doctrinario, que fue muy dolorosa, pero nada como esto, que está tocando la base, la columna vertebral del partido. Y si no hay lo que llamo una perestroika radical, entonces el partido va a la desaparición…”
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