La capital de las filtraciones
Son conocidas las filtraciones dadas a conocer por otro medio sobre el supuesto vínculo de las cinco víctimas del crimen de la Narvarte con criminales; se les ha relacionado con consumo de droga, crimen organizado y hasta vandalismo como si tales “atributos” los hicieran ciudadanos de segunda clase y por lo tanto no hubiera necesidad de alcanzar la verdad.
Un medio informativo más sacó fotos de la pareja Presidencial abrazándose; como para responder a quienes ven una separación. Un poco a destiempo el intento, por supuesto. Una parte importante del país ve esas fotos y la de los calcetines como insensibilidad, pero eso parece que no se entiende.
Las filtraciones no son nuevas en la prensa; décadas y ríos de textos han quedado impresos, o han sido publicados, o ventilados a partir de filtraciones. La Práctica en Presidencia de la República puede ser tachada de insensibilidad, porque mientras una parte el país no la pasa tan bien por la economía, por la corrupción, por las muchas dudas que hay sobre este gobierno o por los asesinatos de periodistas, lo que se filtra son calcetines y bailables.
Pero lo que hace desde hace semanas la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, filtrando datos de una investigación en proceso sólo con el fin de desviar la atención o minimizar la magnitud del problema es, en el mejor de los caso, inmoral.
La actitud de la Procuraduría le falta al respeto a las familias y a la memoria de los muertos; viola códigos mínimos de la filosofía de la impartición de justicia y revictimiza, humilla y transgrede.
Los mensajes enviados por el equipo de Ríos Garza son una noticia poco alentadora para aquellos que habían pensado que la capital del país era un santuario, por lo menos, de las buenas prácticas. Y ya vimos que no lo es.
(SINEMBARGO.MX)
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