lunes, 17 de agosto de 2015

Ahora coloca bajo sospecha a las víctimas

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Homozapping
La década trágica
(Segunda Parte)
Jenaro Villamil 

En mayo de 2012 Proceso publicó el siguiente reportaje de Jenaro Villamil. El cual cubre la actividad el Alejandro Montano Guzmán como secretario entre el 2001 y el 2004, así como el crecimiento durante una década en la entidad de la delincuencia organizada y las agresiones contra periodistas. En el contexto actual, este documento periodístico es de reelevancia, por ello lo recuperamos para ustedes.
Fortuna que delata

Montano Guzmán pasó de jefe de ayudantes de Alemán Velasco a secretario de Seguridad Pública del estado. Mientras permaneció en el puesto negó que la entidad padeciera la actividad del crimen organizado, pero el 27 de mayo de 2002 los militares detuvieron en el fraccionamiento Costa de Oro, uno de los más exclusivos de Veracruz, a Jesús Albino Quintero Meraz, presunto vínculo entre los cárteles de Juárez y del Golfo en Veracruz.

El 1 de noviembre de 2002 la Agencia Federal de Investigación (AFI) detuvo en el bar Kachimba, de Boca del Río, a Rafael Palomba Márquez, delegado regional de la Secretaría de Seguridad Pública en el puerto de Veracruz y uno de los funcionarios más cercanos a Montano Guzmán. Se le acusó de brindar protección a Quintero Meraz.

El 30 de abril de 2004 fue asesinado Alfonso Alegretti Mejía, exdelegado de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) del estado en Tlapacoyan. En 1999 Montano lo había nombrado “policía del año. Las investigaciones lo vincularon con Quintero Meraz: era uno de los agentes que estaban en su nómina en los años de la administración alemanista.

Durante el periodo de Montano, la prensa consignó en repetidas ocasiones la proliferación de narcopistas en varios municipios del estado, sobre todo en Tlalixcoyan, cerca del puerto de Veracruz, y el uso de lanchas para trasladar cocaína, presuntamente con el apoyo de efectivos de la SSP estatal.

En la administración de Fidel Herrera (2004-2010) Montano se mantuvo al margen del gobierno estatal; fue diputado federal y acumuló un patrimonio inmobiliario que, según una lista de propiedades entregada a Proceso, tiene un valor superior a 93 millones de pesos.

Entre esas propiedades hay una residencia de 800 metros cuadrados y un terreno de 600 en el fraccionamiento Las Ánimas, de Xalapa; terrenos de 15 mil 500 metros cuadrados en El Lencero, del municipio de Emiliano Zapata, Veracruz, a nombre de su esposa. En Xalapa posee un terreno de mil 500 metros cuadrados en la colonia Obrero Campesina; seis departamentos en el conjunto habitacional Éxodos Cedros, en el fraccionamiento Pomona; lotes de mil 450 metros cuadrados en Residencial del Lago y un departamento en el piso cuatro del Edificio Hakim, en la colonia Obrero Campesina.

Además de esos bienes inmobiliarios, Montano es presidente del consejo de administración y director general del periódico Milenio El Portal. El 6 de febrero pasado, el exprocurador solicitó licencia por seis meses en esta empresa -lo que dura la campaña para diputado federal-, y su esposa, María Eugenia Bermúdez Ortega, asumió al día siguiente la dirección del periódico.

Su bonanza económica es un secreto a voces hasta entre los precandidatos priistas que le disputaron la postulación a diputado federal por el VIII distrito electoral, en la zona rural de Xalapa. Ellos se sorprendieron al saber que Montano Guzmán adquirió un helicóptero Bell para recorrer los municipios de la demarcación. Por su parte, los medios locales también registraron un distanciamiento entre Montano y su exjefe, Miguel Alemán.

Ahora el exjefe policiaco presume su reciente acercamiento con el actual gobernador, Javier Duarte.

En una entrevista con el diario porteño Imagen, el exsecretario de Seguridad Pública se refirió así a Fidel Herrera y a Javier Duarte, los dos últimos gobernadores priistas: Fidel Herrera ya jugó su papel y lo cumplió, ahora le toca jugar su papel a Javier Duarte y tenemos que aportar, son tiempos diferentes”.

Otro factor de cercanía entre Montano y la administración de Duarte es el parentesco entre el actual secretario de Seguridad Pública de Veracruz, Arturo Bermúdez Zurita, y la esposa de Montano, María Eugenia Bermúdez Ortega.

La ola de crímenes

El 27 de julio de 2011 el periódico Notiver pidió la renuncia del procurador del estado, Reynaldo Escobar Pérez, por especular sobre posibles nexos de periodistas con el narcotráfico y minimizar el homicidio de Yolanda Ordaz de la Cruz, levantada el 24 de julio en el puerto de Veracruz y cuyo cuerpo mutilado apareció dos días después en Boca del Río con signos de tortura.

“Es fundamental aclarar -afirmó Escobar en una rueda de prensa- que este tipo de hechos deplorables nada tiene que ver con el ejercicio de la profesión de periodista. Es importante señalar que se investigan las versiones que señalan la presunta relación de comunicadores con la delincuencia organizada, lo que los coloca en una situación vulnerable, de peligro y riesgo personal y familiar.”

Tras estas declaraciones, Notiver exigió su renuncia por el agravio a Yolanda Ordaz. Era el tercer asesinato de un periodista de ese diario en lo que iba del gobierno de Javier Duarte. Antes asesinaron a Miguel Ángel López Velasco, Milo Vera, junto con su hijo Misael López Solana, en junio de 2011.

Regina Martínez lo reportó en su nota informativa para Proceso el 26 de julio de 2011:
La primera víctima fue el reportero de Diario Noticias de Acayucan Noel López Olguín, cuyo cuerpo fue hallado a finales de mayo pasado en una fosa clandestina, donde fue arrojado por sus captores luego de ser torturado y asesinado a balazos.

La segunda víctima fue el subdirector de la fuente policiaca de Notiver, Miguel Ángel López Velasco, quien la madrugada del pasado 20 de junio fue acribillado en el interior de su domicilio junto con su esposa Agustina Solana y su hijo Misael, fotógrafo de Notiver.

De acuerdo con reporteros del diario, cuando investigaba la muerte de la familia Velasco Solana, Yolanda Ordaz de la Cruz fue amenazada varias veces a través de llamadas telefónicas, pero afirmaron que nunca supieron de dónde provenían.

Cabe señalar que, días después del triple homicidio, el procurador de Justicia aseguró que ya habían identificado a Juan Carlos Carranza, El Ñaca, como el autor del crimen, y ofreció 3 millones de pesos de recompensa a quien proporcionara información sobre su paradero. Un mes después, Escobar Pérez no ha informado sobre el avance de las investigaciones y tampoco si el asesino ha sido localizado.

En un editorial, Notiver acusó al procurador Escobar de ser incapaz de aclarar “uno solo de los 168 crímenes cometidos en el estado en los últimos seis meses, ni de detener la ola criminal que mantiene aterrorizada a toda la población”.

Subrayó: “Ahora coloca bajo sospecha a las víctimas y extiende su amenaza a todos los demás, casi justificando a priori cualquier próximo atentado… para ser claros, cualquier periodista que sufra un atentado ya fue justificado por su declaración de ayer”.

Por eso, “respetuosa, pero enérgicamente”, Notiver le demandó a Javier Duarte la remoción de Escobar Pérez como procurador de la entidad y que lo sometiera a proceso “por su irresponsable y criminal actuación al frente de la procuraduría del estado”.

Escobar fue despedido por Duarte hasta el 7 de octubre de 2011, tras una ola de violencia que dejó casi 100 muertos, aparte de los restos de 35 personas que un grupo de sicarios arrojó al pie del monumento a los Voladores de Papantla, en Boca del Río, el 20 de septiembre del mismo año.
A pesar de estos antecedentes, y también de su polémico desempeño como secretario general de Gobierno en la administración de Fidel Herrera, Escobar Pérez se impuso como candidato a diputado federal por el distrito federal X, con cabecera en Xalapa.

Escobar Pérez también ha tenido su bonanza inmobiliaria. Se le señala en Veracruz como propietario de una residencia con cancha de golf en la colonia Zapata, otra en Las Ánimas y una más en la calle Maestros Veracruzanos. Igualmente es propietario de un terreno en El Lencero y de otra casa en la calle Insurgentes, de Xalapa.

Escobar alcanzó notoriedad internacional cuando detuvo a Gilberto Martínez Vera y a María de Jesús Bravo Pagola, dos usuarios de Twitter y Facebook, a quienes acusó de “terrorismo equiparado y sabotaje”. Dos meses después, tras una ola de protestas en las redes sociales y un punto de acuerdo en el Senado, los tuiteros fueron puestos en libertad. Y a Escobar el PRI lo premió, como a Montano, con una candidatura a diputado federal.

El silencio de Peña Nieto

En la primera de las dos giras que ha realizado Enrique Peña Nieto a Veracruz en su campaña por la presidencia, Escobar y Montano asistieron a una comida que Javier Duarte le organizó al candidato priista el 4 de abril, en la sede del sindicato de empleados de comercio del puerto.

Ahí saludaron a Peña Nieto y al secretario de Organización del PRI, Miguel Osorio Chong, y convivieron con cerca de 300 políticos veracruzanos, la mayoría integrantes del gobierno de Duarte.

En ese encuentro Duarte les dio “instrucciones” a los comensales para trabajar lo suficiente y “hacer ganar” a Peña Nieto en la elección del próximo 1 de julio. Peña Nieto devolvió los halagos a Duarte y recordó que desde la época de Adolfo Ruiz Cortines y de Adolfo López Mateos (expresidentes veracruzano y mexiquense, respectivamente) “data esta estrecha e íntima relación de las dos entidades. Ya se te iluminaron los ojos, ¿verdad, Javier?”, bromeó Peña Nieto.

Después de los recientes crímenes contra Regina Martínez, Guillermo Luna Varela y Gabriel Huge, Peña Nieto y su equipo enviaron “condolencias” a los familiares y calificaron los homicidios como “lamentables”.

A pregunta expresa de Proceso, el 30 de abril Peña Nieto dijo que si llega a la Presidencia de la República resolverá los crímenes de éstos y otros periodistas. “Eficacia para combatir la impunidad y revisión del marco normativo en las áreas de procuración de justicia”, prometió Peña Nieto.

-¿Qué piensa hacer si estos crímenes han sido cometidos en una entidad gobernada por un priista, Javier Duarte, y la cual usted ha visitado dos veces? -se le insistió.

Peña Nieto guardó silencio; desde entonces no ha mencionado a Duarte ni siquiera para pronunciarse por que se haga justicia.

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