domingo, 16 de agosto de 2015

Criminalidad y agresiones contra periodistas

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Homozapping

Alejandro Montano Guzmán, Miguel Alemán Magnani y Miguel Alemán Vleasco
La década trágica 
(Primera Parte)
Jenaro Villamil 

En mayo de 2012 Proceso publicó el siguiente reportaje de Jenaro Villamil. El cual cubre la actividad el Alejandro Montano Guzmán como secretario entre el 2001 y el 2004, así como el crecimiento durante una década en la entidad de la delincuencia organizada y las agresiones contra periodistas. En el contexto actual, este documento periodístico es de reelevancia, por ello lo recuperamos para ustedes.

Más allá de las declaraciones de rigor, si las autoridades federales quieren indagar acerca del aumento de la criminalidad y las agresiones contra periodistas en los últimos 10 años en Veracruz, deben voltear hacia dos exfuncionarios policiacos del estado: Reynaldo Escobar y José Alejandro Montano, que vieron crecer al crimen organizado y la ola de violencia con sospechosa pasividad… o incluso colaboración, como señaló oportuna y constantemente la prensa local, que desde entonces es víctima de brutales represalias.

Dos regresos peligrosos”, se tituló en la edición 1849 de Proceso el reportaje sobre un par de exfuncionarios de los tres últimos gobiernos priistas señalados como corresponsables en la crisis de seguridad y el auge del crimen organizado en Veracruz, quienes ahora aparecen apadrinados por el aspirante presidencial priista Enrique Peña Nieto como candidatos a diputados federales de su partido por Xalapa.

La publicación de la breve historia de Reynaldo Escobar Pérez, exalcalde de esa ciudad, secretario general de Gobierno en la administración de Fidel Herrera y efímero procurador en la de Javier Duarte, así como la de José Alejandro Montano Guzmán, quien fue secretario de Seguridad Pública en el gobierno de Miguel Alemán, dirigente local de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP) y ahora cercano al mandatario estatal, generó una reacción censora en la capital veracruzana: poco más de 3 mil ejemplares de este semanario fueron “desaparecidos” de la circulación el pasado 8 de abril y hasta ahora nadie sabe quién ordenó confiscarlos.

Como responsables de las áreas de seguridad, de gobierno y de procuración de justicia en los últimos 10 años, las historias de Montano y de Escobar se entreveran con la ola de crímenes contra periodistas que se han cometido en la entidad, señalada ya como una de las más peligrosas para el ejercicio periodístico en el país.

En una década ya suman 15 periodistas fallecidos: Jesús Miranda Virgen, Raúl Gibb Guerrero, Hugo Barragán Ortiz, Roberto Marco García, Alfonso Sánchez Guzmán, Raúl Martínez López, Luis Daniel Méndez Hernández, Noel López Olguín, Miguel Ángel López Velasco, alias Milo Vera, su hijo Misael López Solano, y Yolanda Ordaz de la Cruz, los tres últimos del periódico Notiver, el de mayor circulación en el estado.

A esta lista trágica se sumaron Regina Martínez, corresponsal de Proceso asesinada el 28 de abril, y los fotógrafos Gabriel Huge Córdova, Guillermo Luna Varela y Esteban Rodríguez Rodríguez , cuyos cuerpos fueron encontrados el 3 de mayo en una colonia conurbada a Boca del Río, Veracruz. Ambos trabajaron un año antes en la sección policiaca de Notiver, bajo las órdenes de Yolanda Ordaz de la Cruz. Es decir que en el último año este periódico ha perdido a cinco trabajadores en forma violenta.

En la mayoría de estos casos salieron a relucir los nombres de Montano y Escobar, bien como protagonistas de los textos escritos por los reporteros o como responsables de las investigaciones cuyos expedientes, invariablemente, fueron cerrados con rapidez por las autoridades ministeriales.

Revelaciones incómodas

La madrugada del 11 de octubre de 2002 explotó el boiler del departamento del periodista veracruzano José Miranda Virgen, autor de la columna Espejo de Poder, y le causó quemaduras de segundo y tercer grados en 98% de su cuerpo. Vivía solo. Fue trasladado de emergencia al Hospital ABC de la Ciudad de México y, a pesar de los intentos por mantenerlo vivo, falleció a los cinco días.

Reconocido como uno de los columnistas mejor informados del estado, Miranda Virgen ventiló en su espacio periodístico el involucramiento de “las mejores familias” de Veracruz con el narcotráfico y señaló la colusión de funcionarios del gobierno de Miguel Alemán con el crimen organizado. En uno de sus últimos textos aludió a la vecindad del entonces gobernador con Jesús Albino Quintero Meraz, El Beto, que era entonces uno de los narcotraficantes más buscados.

En la última columna que publicó, Miranda Virgen informó:

“La DEA decidió establecerse aquí en territorio veracruzano una vez que éste pasó a formar parte importante del mapa del narcotráfico a nivel internacional… los narcotraficantes vieron o se les dieron las facilidades necesarias para el tráfico, y si hubo facilidades para el tráfico es porque las autoridades policiacas locales, a su vez, dieron facilidades para la distribución y consumo, así de sencillo.”

La Asociación de Periodistas de Veracruz denunció que Miranda Virgen no murió por accidente sino que fue víctima de un atentado, por lo que pidieron la intervención de la Procuraduría General de la República y de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Representantes de organizaciones como Reporteros sin Fronteras acudieron ante Santiago Creel Miranda, entonces secretario de Gobernación, para solicitar que interviniera. Pero el gobierno federal, entonces encabezado por Vicente Fox, no se involucró.

La procuraduría de Veracruz concluyó que “la explosión fue un accidente provocado por una fuga de gas”. No hubo ninguna investigación y el caso quedó cerrado. La computadora con los archivos del periodista Miranda Virgen fue sustraída por agentes policiacos.

El jefe de la policía estatal era precisamente Alejandro Montano Guzmán, quien es amigo de Miguel Alemán Velasco desde que los padres de ambos se vincularon en la administración estatal de Miguel Alemán Valdés, el Cachorro de la Revolución.

(continúa mañana)

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