domingo, 31 de julio de 2011

Nunca ha representado el cambio

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Tormenta sobre Acción Nacional

30 de julio de 2011


"Ya no somos el partido del cambio”, es la conclusión de un análisis elaborado por el Partido Acción Nacional tras su debacle electoral de 2009. En el documento correspondiente, que se mantuvo en reserva pública clasificado como de “alta confidencialidad” y del que Proceso obtuvo una copia, el PAN se flagela y desnuda sus múltiples fallas: su elitismo y soberbia, la corrupción de varios de sus militantes y funcionarios, su “democracia simulada”, su corporativismo y su complejo de inferioridad frente al PRI. Peor aún, consigna la existencia de “ayuntamientos panistas y legisladores panistas cooptados por el crimen organizado”.

Visto por mismo, en una rigurosa introspección, el Partido Acción Nacional (PAN) es un desastre: “En el comportamiento de los panistas no se aplica la fuerza de las ideas, sino la fuerza del interés, la nómina y el poder”, “no hay agenda para y con la sociedad”, “se han tolerado actos de corrupción de funcionarios y militantes”, “se han privilegiado el arribismo y el oportunismo”, “se permite la democracia simulada” y se impone “la aplicación discrecional de estatutos y reglamentos”.

También hay “manipulación de los procesos internos”, “la onda grupera divide al partido, la autoridad no lo remedia y a veces es factor de parcialidad al tomar decisiones”, “desechamos gente valiosa”, “los dirigentes se reciclan” y “la cultura y mentalidad corporativa persiste: derechos, antigüedades, cacicazgos”.

Tan cruda descripción forma parte del diagnóstico sobre el PAN elaborado por la Comisión de Reflexión y Análisis de ese partido a raíz de la debacle electoral de 2009. La completa una afirmación que consigna sin atenuantes la real condición de los panistas: “Hemos dejado de ser escuela de ciudadanía”.

La clasificación de “alta confidencialidad” había convertido a este diagnóstico en un documento secreto. Hoy Proceso lo da a conocer públicamente.

No sólo “nos olvidamos de nuestros aliados históricos” y “no hay plan de relaciones con sectores líderes de la sociedad (Iglesia, empresarios, intelectuales, artistas, académicos, universitarios, etc.)”, sino que “no sabemos comunicarnos con los grupos minoritarios en su idioma (chavos banda, emos, darketos, homosexuales, discapacitados)”, “continúa la resistencia a la cuota de género” y “la fama de mochos nos aleja de muchos de esos grupos”.

El diagnóstico reconoce que “no ha habido congruencia entre la democracia exigida y las prácticas del partido”, que los militantes y dirigentes del PAN “perdimos el valor de la ciudadanía hasta en la integración del Instituto Federal Electoral (IFE)” y la conclusión es lapidaria: “Ya no somos el partido del cambio”.

Y el PAN como gobierno, según el documento obtenido por Proceso, también es un fracaso: “No hemos construido un modelo de gobierno panista” “ni tenemos una agenda programática con 3-4 temas emblemáticos”, sino que “al ganar el gobierno no hicimos un ‘manual de procedimientos panista’ y asumimos la práctica priista”, y por ello “los gobiernos del PAN no han removido las estructuras clientelares que estableció el PRI”.

No sólo eso: “Ha aumentado el desempleo”, “algunos funcionarios hacen negocios desde el gobierno”, “no se redujo el dispendio”, prevalece el “nepotismo”, “hay comportamientos públicos vergonzosos que quedan impunes” y “se manda un mensaje contradictorio al ejecutar programas contra la pobreza manteniendo el despilfarro y lujo de políticos”.

Los panistas no sólo “no tenemos oferta política ni programas de gobierno que respondan a distintos grupos: clase media, mujeres, jóvenes, empresarios, etc.”, sino que “algunas acciones de gobierno y legislativas han afectado a la clase media y otros grupos de apoyo en donde radica la fuerza del PAN”.

Peor aún, hay “ayuntamientos panistas y legisladores panistas cooptados por el crimen organizado”.

El diagnóstico lo acepta: Los panistas “no propusimos cambio” y “la ciudadanía esperaba más de nuestros gobiernos”.

Miedo al PRI

Esta evaluación del PAN fue elaborada por una comisión de 10 panistas coordinados por José Luis Coindreau, para conocer las razones del fracaso en las elecciones federales de 2009, a raíz de las cuales Germán Martínez renunció a la presidencia de ese partido y fue sustituido por César Nava.

El 8 de agosto de 2009, el Consejo Nacional, máximo órgano de dirección del PAN, designó integrantes de la comisión a María Elena Álvarez, Mariela Pérez de Tejada, Gabriela Ruiz del Rincón, Luisa María Calderón, Fernando Torres Graciano, Alejandro Vázquez Cuevas, Humberto Aguilar Coronado, Marko Cortés, José Espina y Arturo García Portillo.

“¡Necesitamos hacer una catarsis, echar fuera todo el coraje que traemos!”, dijo Coindreau al reportero ese día y anticipó: “Hay gente que quiere linchar a gente. ¡Éste es el culpable! Y es un error. ¡No hay culpables! ¡Todos somos responsables!”.

Luego de que los integrantes de la comisión recorrieron todos los estados para escuchar a panistas, analistas y líderes sociales sobre las razones de la derrota del PAN, Coindreau informó al reportero, el 11 de septiembre de ese año, un día antes de entregar el informe al Consejo Nacional, que se había elaborado un documento de 16 cuartillas.

“Fuimos con mente abierta. Lo que vimos, lo vaciamos. No nos podemos ver el ombligo (sino) levantar la mirada y ver al ciudadano al que tenemos que servir”, dijo, y añadió que elaboraron el diagnóstico de ocho cuartillas y propusieron, en otras ocho, un conjunto de “iniciativas de solución”.

Los miembros del Consejo Nacional del PAN conocieron el informe en la sesión del 12 de septiembre de 2009, antes de la conmemoración del 70 aniversario de la fundación del partido; Coindreau, quien leyó el texto, advirtió que no entregaría copia del documento y pedía confidencialidad de su contenido, según la grabación de esa reunión que también obtuvo Proceso.

Hay la observación de que este documento contiene cosas muy delicadas y que, por lo mismo, exigen de nosotros una alta discrecionalidad (sic), una alta confidencialidad”, advirtió Coindreau, quien enseguida aclaró: “Pensamos que no debe ser repartido… Es muy delicado porque es la estrategia que sugerimos que el partido siga para recuperar su liderazgo político en el país”.

Casi dos años despuéscuando el PAN es presidido por Gustavo Madero y luego de elecciones estatales en las que ese partido, en alianza con el PRD, ganó los gobiernos de Puebla, Oaxaca y Sinaloa pero en fecha reciente recibió derrotas contundentes en los estados de México, Coahuila y Nayaritel diagnóstico conserva vigencia.

El informe subraya la impotencia del PAN ante la eficacia del Partido Revolucionario Institucional (PRI) –“no se ha podido acotar la operación de la maquinaria priista” y una especial connivencia del gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto: “El maridaje Televisa-Peña Nieto es cínico y está impune”.

Agrega: “No supimos inhibir la acción de gobernadores priistas en campaña.

“La actitud del PRI era ganadora y la del PAN no.

“Los gobernadores priistas operan con todo y los funcionarios y delegados federales se cuidaron mucho de no participar con el PAN en el proceso electoral.

“En algunas zonas siempre gana el PRI (vía cualquier partido).

“Se permite que los gobiernos del PRI actúen a su arbitrio y se atribuyan logros del gobierno federal.

“Los gobiernos estatales priistas usaron sus propios medios y también los del gobierno federal para operar a su favor.

“Control del PRI sobre organismos electorales.

“Algunos delegados del gobierno federal han sido cooptados por los gobernadores estatales.

“La ausencia de la Segob en la elección.

“Las concesiones de canales televisivos a los gobiernos estatales operaron para el PRI.

“No denunciamos los excesos de Peña Nieto y la mayor parte de gobernadores priistas.

“Parece que le tenemos miedo a los gobernadores priistas y no hemos asumido la influencia y poder del gobierno federal.

“En algunos estados, se manifiesta la relación PRI-narco.”

Anatomía de la derrota

sigue leyendo:

Derechistas del PRD con "Chelito"

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Primero
los pobres o primero los morenos, NO; primero los calderonistas y arribistas: PRD

Pedro Echeverría V.

1. Hoy domingo entre unas horas, según publica el diario Excélsior, “chucho” Ortega y sus seguidores, “los chuchos”que dominan totalmente en el PRD desde hace casi dos años- lanzarán la precandidatura a la Presidencia de la República de Marcelo Ebrard, para que López Obrador ya no siga adelantándose con sus innumerables giras y mítines en todo el país. Para los “chuchos”, así como para Calderón, el PAN y el PRI, el empresariado, los “intelectuales”, el clero y los inversionistas yanquis, el único enemigo electoral a vencer es López Obrador que en los últimos seis años ha hecho actos en todas las plazas y, “lo más gravees haber sufrido un proceso de radicalización hacia la izquierda. Para el acto de hoy convocado por el PRD, que se realizará en el DF, se giraron mil 200 invitaciones a empresarios, académicos, artistas, activistas, gobernadores del PRD y los emanados de alianzas PRD-PAN y militantes.

2. Resume Jesús Ortega -el “chucho mayor” que domina en el PRD- sus claras críticas revueltas con una especie de odio al lópezobradorismo: “Morena es un movimiento racista, excluyente, que quiere convertir el rencor en venganza. Tal pareciera que sólo los pobres le interesan o que sólo los pobres necesitan cambios en este país. Desde el nombre, Morena, como si sólo los morenos tuvieran problemas. Claro que los pobres son importantes para la izquierda, pero también los empresarios y el resto de la sociedad. Olvida a los estudiantes y a los empresarios. Sólo se enfoca en los más desprotegidos del país. Es anacrónico e intolerante. Cree en soluciones providenciales. Desde el nombre, Morena, como si sólo los morenos, los pobres le interesaran”. Ya no habráal parecer- reconciliación alguna y se perfilan las candidaturas de Ebrard por el PRD y la de López Obrador por PT y Convergencia.

3. Se esperaba una rebelión dentro del PRD de los opositores a “los chuchos”, pero ésta no podrá registrarse porque las posiciones son sumamente claras, aunque las dos sean socialdemócrata o electoreras. “Los chuchos”, según los intelectuales Krauze, Dresser, Camín, Castañeda, todos los comentaristas televisivos (con excepción de Meyer), crearían un partido “moderno”, respetuoso, abierto, que no chocaría (como López Obrador) con el Estado; que no sería sectario, mucho menos confrontador de empresarios al estilo Hugo Chávez. Por su parte los seguidores de AMLO consideran que aunque pongan en primer lugar las elecciones y el pacifismoante la total cerrazón del Estado y el uso de todos los medios para destruir el lópezobradorismo- no están casados con la conquista de la Presidencia en 2012, dado que la lucha tiene que seguir por el tiempo necesario hasta lograr la liberación del país.

4. Si no hubiesen miles de millones de pesos en las campañas, si no estuvieran los gobiernos que apoyan, los empresarios que reparten dinero, los medios de información que mienten, el clero que manipula y los yanquis que amenazan, con sólo la presencia de Peña Nieto o Beltrones por el PRI, de Josefina Vázquez o Creel por el PAN, Ebrard por el PRD y López Obrador por el PT-Convergencia, éste último sería el único que recibiría los votos por ser el único conocido en el país. Pero como estas son elecciones burguesas (como todas) donde el dinero, los regalos, la compra de votos, la propaganda y la manipulación determinan todo, reitero que AMLO no tiene la posibilidad de llegar a la Presidencia. PAN, PRI, PRD y demás partidos son sólo siglas con unos cuantos funcionarios y militantes que reciben mucho dinero; la población está contra ellos por corruptos de la clase política, pero en tiempos de campaña son “bienvenidos” porque reparten regalos.

5. Pero los seguidores del programa “Morena”, así como su líder, jamás se desaniman; siguen trabajando con intensidadcomo si nada pasara- para consolidar los varios miles de comités que han construido en toda la República. Seis años de trabajo tienen que aportar muchos buenos resultados. Espero que todo ello y todas estas experiencias electorales los haga más conscientes de que en política burguesa nada vale la honradez, la honestidad, el trabajo limpio y tesonero; lo que realmente cuenta es el dinero, la “inteligencia”, la habilidad, los acuerdos, las reuniones tras bambalinas. Los votos cuentan para justificar cualquier imposición, pues no debe olvidarse que nunca estos son independientes y libres porque la compra-venta de votos funciona con enorme efectividad en toda la política, particularmente, desde seis meses antes que se celebren los comicios. En política no valen las ilusiones.

http://pedroecheverriav.wordpress.com

Comen hasta en el mismo plato

¡¡Exijamos lo Imposible!!
PRI y PAN representan los intereses de la mafia del poder que se ha hecho millonaria al amparo del poder público: AMLO
Autlán de Navarro, Jalisco

Domingo 31 de julio de 2011

Desde esta entidad que ha sido gobernada por el PRI y el PAN, Andrés Manuel López Obrador afirmó que ambos partidos son lo mismo y representan los intereses de una mafia de la política, que se ha hecho millonaria al amparo del poder público y ha saqueado bienes propiedad de la nación.

En las cúpulas panista y priísta son lo mismo Carlos Salinas, Vicente Fox, Manlio Fabio Beltrones, Felipe Calderón, Diego Fernández y Elba Esther Gordillo, y todos ellos "comen en el mismo plato", señaló al responsabilizar a esa minoría rapaz de la actual crisis política, económica, social y de valores en que se encuentra el país desde hace 29 años.

En las asambleas informativas de este día en los municipios de Chapala, Autlán y Puerto Vallarta, el presidente legítimo de México dijo que los 30 miembros de la mafia del poder tienen secuestradas las instituciones públicas de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, además son dueños de la mayoría de los medios de comunicación y de la derecha panista y priísta.

Con Carlos Salinas a la cabeza, los 30 potentados pusieron en marcha una operación de recambio y dispersaron la especie de que el eventual retorno del PRI será la solución a los problemas nacionales, explicó.

Sin embargo aclaró que un sector de la población "se está tragando ese plato de mentiras", cuando en realidad el posible retorno del PRI equivaldría al retorno del dictador Antonio López de Santa Anna.

"Chelito" no la hace frente a AMLO

¡¡Exijamos lo Imposible!!
En el PRD, paliza de AMLO a @M_Ebrard
Federico Arreola @FedericoArreola
2011-07-31

La encuesta de Reforma de este domingo es clara: Macerlo Ebrard Casaubón simple y sencillamente no es pieza frente a Andrés Manuel López Obrador.

En las preguntas a toda la población, ubicando a AMLO como candidato solo de los débiles partidos PT y Convergencia, y a Ebrard como el del más fuerte partido de izquierda, el PRD, Andrés Manuel supera dos a uno a Marcelo: 19% del primero contra 10% del segundo.

Ahora bien, al preguntar solo a los militantes del PRD, AMLO le da una verdadera paliza a Ebrard:

López Obrador tiene el 66 por ciento de las preferencias.

Ebrard tiene apenas el 27%.

Eso significa que Marcelo Ebrard es un político muy poco popular, y por lo mismo, en ese sentido, es un mal político.

A Ebrard le pasa lo que a Beltrones: teniéndolo todo nomás no es aceptado por la gente de abajo.

Y, desde luego, la tragedia electoral de Ebrard tiene las mismas causas que la de Beltrones: se acerca muy poco al pueblo de abajo y se entrega demasiado a los que mandan arriba.

Pero Ebrard no podrá argumentar lo que si esgrime en su defensa Beltrones: que enfrentó a un precandidato muy fuertemente apoyado por la televisión, como Enrique Peña Nieto.

Ebrard no podrá argumentar eso porque, en el actual sexenio, él fue después de Felipe Calderón y de Peña Nieto el político cuya imagen más difundió Televisa.

Qué incapacidad de Ebrard para llegar a la gente porque, a pesar del apoyo de la televisora presidida por Emilio Azcárraga, no pudo superar en ninguna encuesta al político vetado por la TV, Andrés Manuel López Obrador.

Ni hablar, Ebrard no la hizo, a pesar de que se entregó a la televisión (hasta galletitas cocinó en un programa de Televisa buscando hacerse popular).

En la izquierda, pues, AMLO será el candidato. No hay más.

El hablantín seguirá despotricando

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Fox ataca de nuevo

30 de julio de 2011


A lo largo del todo el sexenio, las declaraciones del expresidente Vicente Fox han colocado al presidente Felipe Calderón en posiciones incómodas, sea porque sugieren la falta de legitimidad de su elección, porque cuestionan sus decisiones y posturas, o porque restan posibilidades al PAN en los procesos electorales. Pero sus apariciones públicas también han confirmado sus obsesiones, limitaciones e ignorancia.

En su primera reaparición pública, el 12 de febrero de 2007 en la Sala de Conciertos del Centro Kennedy para las Artes, Fox se refirió a lo que llamó “mi propio problema con el alcalde de la Ciudad de México, Andrés Manuel López Obrador” (Proceso 1581), y reconoció haber intervenido en el proceso electoral al señalar: “…pero 18 meses después yo obtuve mi victoria. El día de la elección ganó el candidato de mi partido…”.

En esos primeros meses de gobierno, Calderón buscaba en particular formas de legitimarse, precisamente porque más de la tercera parte de la población mexicana cuestionaba la limpieza de las elecciones, y muchos lo hacían justamente en función de la intromisión presidencial de Fox en el proceso.

Al responder a una pregunta del corresponsal del periódico Reforma en Washington, Vicente Fox dejó claro, desde entonces, que no pensaba seguir lo que hasta entonces era una regla no escrita del sistema político mexicano: que los expresidentes se queden callados. Respondió que ese tipo de normas eran legado de un México no democrático.

La semana pasada, en la entrevista que difundió el diario puertorriqueño El Nuevo Día, al ser cuestionado por el reportero sobre esta regla, Fox abundó: “Independientemente de ser agradecido o no, lo importante para mí es ejercer mi libertad. Es verdad que hay muchos panistas que dicen: ‘que ya se calle ese pinche Fox, que todo el día dice pendejadas’; pero para mí es fundamental el tema de la libertad, y si no empiezo conmigo mismo, a decir las tonterías que se me ocurran, a decir lo que pienso, si dejo que me callen desde la Presidencia o desde mi propio partido, estoy perdiendo mi libertad”.

El 25 de septiembre del 2010, hace poco menos de un año, Salvador García Soto publicó una entrevista en el periódico El Universal donde Fox ya manifestaba que en 2012 los priistas volverían a Los Pinos, y remataba: “por lo pronto los dados dicen eso; los dados y los datos”.

También expresó aquella vez su oposición a la estrategia de Calderón en su guerra contra el narcotráfico. El mismo diario consigna: “Duro, el expresidente cuestiona la guerra desatada por Felipe Calderón contra las drogas, que tiene ‘costos ocultos’, daña la imagen de México y ‘estamos pagando un costo fenomenal’. Y advierte: “no puedes combatir el crimen violando los derechos humanos y el proceso jurídico”. Dice que al narcotráfico no se le puede terminar, ‘se le administra’, y que ningún presidente en el mundoni Obama ni Zapateropretenden acabar con la droga. La prioridad para Calderón no debe ser esa, sino acabar con la violencia”.

El 8 de julio de 2010, unos días después de las elecciones en 12 entidades del país, le declaró a Excélsior que el PAN era culpable “de sus propias derrotas electorales”, y citó el caso de la gubernatura de Aguascalientes. Además, “sostuvo que las únicas victorias se deben a las alianzas formadas con otras instituciones políticas, porque el PRI sigue siendo la primera fuerza política del país”.

En la misma tónica, el 20 de junio de este año, en vísperas de las elecciones del Estado de México, declaró al periódico guanajuatense AM: “En el Estado de México marca un claro ganador: el candidato del PRI Eruviel Ávila, y el día de hoy, el aquí y el ahora, para la elección del 2012 marca un claro ganador también. Pero una cosa es que estemos a dos semanas de distancia del Estado de México, y otra es que estemos a 12 meses de distancia en el caso de la elección presidencial; ya es la última llamada para el 2012”.

Un mes después, en Puerto Rico, pareciera que Fox dio por hecho que el PAN no atendió la última llamada, pues le expresó al diario El Nuevo Día: “Creo que el cambio en el régimen ha sido de fondo, y no va a haber una regresión aun con el triunfo del PRI. Hoy los mexicanos entendemos y valoramos nuestra democracia. Si el PRI regresa al poder, como sinceramente creo que sucederá, será porque ha aprendido su lección. Hay una nueva generación de priistas cuyos miembros crecieron en un ambiente democrático. Enrique Peña Nieto pertenece a esa generación. Asimismo, tenemos un poder judicial totalmente diferente al que teníamos, manipulado hasta antes del 2000 por el PRI. Hay un nuevo Poder Legislativo, con una fuerte presencia de los partidos de oposición, que no se va a dejar manipular”.

Particularmente esta respuesta es muy reveladora: primero, ya da por hecho el triunfo del priista Enrique Peña Nieto en la elección del 1 de julio de 2012; segundo, para efectos prácticos él da por agotada la transición a la democracia, pues considera que “el cambio en el régimen ha sido de fondo”; y tercero, asume que hay una transformación en el PRI y que Peña Nieto pertenece a una nueva generación de priistas.

Con respecto a lo anterior, es incuestionable que hoy las encuestas de preferencia electoral le dan una clara ventaja al aspirante tricolor, que ronda los 30 puntos de diferencia, cuando se incluyen candidatos y partidos, pero se reduce a 18 puntos cuando sólo se manifiestan las preferencias partidistas; en ambos casos, el porcentaje de los que no declaran preferencia electoral supera el 20% de los encuestados. Por otra parte, la declaración de Fox ignora que, de acuerdo con las encuestas de Consulta Mitofsky, en un año (mayo 2010-junio 2011) la preferencia electoral por Peña Nieto ha disminuido poco más de siete puntos, mientras que la correspondiente a Andrés Manuel ha subido casi seis, y la manifestada por la panista Josefina Vázquez Mota, casi cuatro puntos.

Así, la tendencia indica que, conforme se acerque la jornada electoral y se inicien primero las precampañas y luego las campañas, Peña Nieto continuará perdiendo preferencias electorales y los opositores ganarán. Esto no implica, por supuesto, que se revertirá el resultado, pero que todavía falta mucho camino por andar, y algunos de los contendientes son muy poco conocidos, como es el caso de Vázquez Mota, a la que únicamente la conoce el 53% de los encuestados, o el de Alonso Lujambio (27.7) y Ernesto Cordero (22.3), por lo cual todavía pueden sumar simpatizantes.

Pero lo verdaderamente asombroso son las otras opiniones mencionadas de Fox, pues hoy ya no se requieren más explicaciones para entender por qué todo quedó en una alternancia sin transición. No podía haber transición, cuando quien debería ser el principal impulsor considera que ésta ya se dio, y menos todavía cuando muestra el total desconocimiento de sus interlocutores políticos, pues peca de ingenuidad (por decir lo menos) al considerar que Peña Nieto pertenece a una generación de priistas democráticos después de ver cómo gobernó en el Estado de México y tras conocer sus intenciones de introducir la cláusula de gobernabilidad, para asegurarse la mayoría en el Congreso de la Unión, por sólo citar dos ejemplos. Pero seguramente Fox seguirá rebelándose y provocándole incomodidad a Calderón, pues jamás desaprovecha un micrófono.

Y hablas de besos ¡El de la Padrina!!

¡¡Exijamos lo Imposible!!

Mienten cual democracia del PRI

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Arnaldo Córdova

Fue de verdad alucinante escuchar a Humberto Moreira, presidente nacional del PRI, decir que la paternidad del sistema democrático de México pertenece a su partido. No hubo explicaciones de por medio, como si se tratara de algo tan evidente que no necesitara demostración. Ante el Consejo Nacional, reunido el pasado 23 de julio, hizo una sola declaración al respecto, con la contundencia que según él se requería: No nos equivoquemos, la democracia mexicana es obra nuestra, factura y hechura de los gobiernos emanados de nuestro partido, una democracia construida codo a codo con la ciudadanía.

Es algo novedoso. Hasta ahora, los dirigentes priístas acostumbraban a repetir una y otra vez que la reforma política había sido un regalo de su gobierno a las minorías políticas. En todo caso, es una opinión que, históricamente, falta por completo a la verdad. Puede admitirse que la reforma fue obra de los gobiernos priístas y, en su origen, del de López Portillo. También que fue ideada e instrumentada por un intelectual priísta de gran relieve. Asimismo que, en su elaboración, las minorías políticas participaron muy tangencialmente, si es que se les permitió hacerlo. El PRI se mantuvo lejos de todo el proceso, más bien refunfuñando y gruñendo para mostrar su inconformidad.

Habría sido magnífico que hubiera tenido la oportunidad de manifestar su desacuerdo con la reforma; pero quién sabe en qué regla no escrita (seguramente la o las que se referían a su lealtad al Presidente) se basaron sus dirigentes para impedir que tal hecho se diera. En privado, los priístas eran unos adversarios virulentos y rabiosos de cualquier cambio que pusiera en riesgo su hegemonía. Yo conocí a varios de ellos que fueron mis compañeros en la LII Legislatura (1982-1985), en un importantísimo recambio generacional que tuvo mucho futuro. Más de una docena de ellos llegaron después a ser gobernadores de sus estados y hoy se cuentan entre las figuras más importantes de la política nacional.

Hubo, empero, una organización, la Confederación de Trabajadores de México (CTM), que tuvo los arrestos para plantear su disidencia ante la sociedad, a través de dos grandes desplegados que fueron publicados en el periódico El Día, en la primera y la segunda mitades de 1978, respectivamente. La CTM era entonces la corporación priísta de mayor autoridad política dentro del PRI, con suss de tres millones de miembros (hoy tiene menos que cuando fue fundada en 1936). Sus tesis fueron posteriormente adoptadas por unanimidad por la IX Asamblea Nacional del PRI, con lo que se convirtió en la opinión oficial del partido.

El secretario de Gobernación y su equipo (del que era parte principal el brillante parlamentario José Luis Lamadrid Sauza, también miembro de mi Legislatura) trabajaron con mucho sigilo, de manera que pasaron algo así como dos años antes de que se hiciera el anuncio oficial; pero, como es natural, hubo muchas filtraciones, que la CTM recogió y comenzó a hacer públicas, eso ya desde principios de 1976. Las discusiones en su seno acerca del futuro que le aguardaba a ella como organización priísta y al mismo PRI en el marco de la nueva reforma política, se sucedieron, encauzadas por uno de sus principales dirigentes, Arturo Romo, al que Fidel Velázquez le confió todo el trabajo.

Vale la pena referirse a los planteamientos que hizo la organización obrera, sobre todo, porque no volvió a presentarse la ocasión de que se hicieran en el futuro. El anuncio oficial de la reforma lo hizo don Jesús Reyes Heroles el primero de abril de 1977 en Chilpancingo, en un enjundioso discurso que explicaba sus propósitos. La reforma se hacía para que las oposiciones, sobre todo para que, quienes recurrían a medios violentos, pudieran participar de igual a igual con sus adversarios en la lucha por el poder. Era, como luego lo dijo el propio Reyes Heroles en una tertulia, una reforma para la izquierda.

La CTM interpretó muy acertadamente lo que la reforma política significaba para ella, como organización corporativista, y sobre todo para el PRI. Siendo éste un partido en el que los miembros fundadores son las organizaciones de masas, a las que controlan férreamente, era evidente que serían el blanco central de las disidencias una vez que se abrieran los nuevos cauces de la lucha política. “La reforma políticase dice en el documento del 16 de enero de 1978es un hecho consumado. Cuestionarla u oponérsele puede dar lugar a que se nos ubique como fuerza social contraria a todo avance democrático”. Certeramente, los cetemistas encuentran que la reforma es una respuesta a la crisis económica sin, por otro lado, tocar mínimamente los intereses del gran capital.

Ir más allá de esa reforma, dicen, demandando la adopción de un programa integral que incluya no sólo la reforma política, sino la reforma económica y la incorporación de la clase trabajadora al poder decisorio, a nivel nacional y de la empresa. El camino parecía claro: El sistema no quiere perecer, quiere acelerar su transformación; tampoco el PRI desea desaparecer o la CTM debilitarse, pero la única alternativa que queda al sistema, al PRI y a la CTM, para sobrevivir y fortalecerse frente a los ataques y la acción organizada de la oposición, consiste en radicalizar sus posiciones y clarificar su postura frente a los grandes problemas nacionales.

La CTM demandó una política de ingresos dirigida a distribuir con equidad la riqueza del país; una política de precios encaminada a incrementar el poder de compra de la clase trabajadora; la desaparición de los monopolios; la ampliación del área social de la economía; la regulación de las utilidades privadas; una solución efectiva al problema del desempleo; una reforma fiscal integral, y la afirmación del Estado revolucionario como rector de la vida económica, para la consolidación de la soberanía del país y, en especial, para el aprovechamiento de los recursos energéticos en un desarrollo económico independiente. Todo ello, desde luego, sobre la base de la alianza de la clase trabajadora con el Estado de la Revolución Mexicana. Muchos piensan hoy que esas serían muy buenas soluciones para enfrentar la crisis; pero creen que eso es populismo y ya no sirve.

En ningún momento la CTM dio muestras de debilidad o derrotismo. Sabía que la reforma política era mortal para el sistema político y que todos sus componentes iban a tener que cambiar, sin saber cómo, o perecer. Era un momento de definiciones y había que definirse. Desde un principio supo de qué se iba a tratar todo: las oposiciones llegaban en pie de guerra, y tomarían todo lo que se les ofreciera; en el entendido de que todo lo que obtuvieran sería algo que el PRI y sus organizaciones tenían que ceder (y perder).

El primer documento califica esa hipótesis como guerra de banderas. La CTM estaba definiendo con anticipación lo que la lucha política iba a ser en adelante: cada vez sería más difícil aplicar los métodos tradicionales de dominación y pasó mucho tiempo antes de que los priístas lo aprendieran. Nos dice el documento: “… en la medida en que el partido en el poder pierda oportunidades de encabezar y asumir banderas de reivindicación política de este tipo, estará minando su preeminencia… y lo que es más grave, perdiendo puestos importantes de elección popular”. Era el anuncio del futuro y sería la última vez.