Por Esto!
Ignacio Manuel Altamirano: escritor por sobre todas las cosas
Alvaro Cepeda Neri
Ex Libris
I.- “El Plan de Ayutla era más que un programa de gobierno, una bandera de lucha. Era la protesta generalizada contra el alza desmedida de impuestos, contra la imposición de préstamos forzosos, contra el favoritismo y la erección de grandes fortunas a costa de la miseria del pueblo” (Carmen Vázquez Mantecón: Santa Anna y la encrucijada del Estado. La dictadura: 1853-1855). Aquellos hechos generados por la pobreza, el desempleo, la impunidad y el mal gobierno, y la actual crisis que agita las buenas conciencias (¡oh, Carlos Fuentes!) y pone en alerta a la Nación embestida por nuevos males, son el clamor del pueblo por una Revolución electoral al estilo de los griegos de hoy, o una Revolución que continúe a la de Ayutla. Y de las entrañas de ese glorioso período que nos dio la República Restaurada, la Constitución de 1857, la Reforma y el Estado Laico, nació en Tixtla: Ignacio Manuel Altamirano (1834-1893); en el Guerrero de las primeras luchas democráticas (Francisco Hernández en Taxco; Luis Pinzón en Acapulco; en Chilpancingo, Víctor M. Bravo donde se leyó por primera vez: Los Sentimientos de la Nación), al que le tocó una beca para aprender el español y la preparación para lograr su licenciatura como abogado.
II.- Ericka Montaño Garfias (La Jornada: 12/II/15), nos informa de la publicación de: Altamirano: vida, tiempo, obra, para actualizar a este escritor nacionalista, patriótico, democrático y republicano; periodista, poeta, cuentista, historiador, orador de piezas memorables y, novelista: Antonia, Beatriz, Atenea, Julia. En 1986 se realizó una edición de 10 tomos de toda su obra, cuya prosa es una constante lluvia de palabras que renueva el río caudaloso de sus creaciones literarias; y sus versos, los peces de colores que navegan en esas aguas, a veces agitadas, a veces en calma. En su literatura social (El Zarco), plasmó preguntas y respuestas del sentimiento y el nacionalismo con una concepción democrática y republicana; además de la divulgación cultural en la revista semanal que dirigió por casi un año. Con su maestro y benefactor: Ignacio Ramírez, el Volteare mexicano, alias: “El Nigromante”, dejan constancia de su liberalismo crítico; y aunque no precisamente antijuaristas, guardan distancia con el Estadista oaxaqueño para ponerle límites a su gobierno, dejando huella de su entrega a las conquistas de aquella época gloriosa.
III.- Altamirano es un “indígena de pura cepa, héroe militar contra la Intervención francesa, fundador de nuestra novelística y de la poética modernas, periodista y editor incansable de… medios de prensa, tribuno y legislador de grandes vuelos e inimitable historiador sobre hechos… de la época, especialmente de los tiempos de la Independencia” (Rafael Aréstegui: Altamirano vida, tiempo y obra (Juan Pablo, editor). De inteligencia cultivada en la cultura universal, hablaba y escribía su lengua indígena, español, inglés, francés, alemán, italiano y latín. Analizaba la vida pública del país y los saltos revolucionarios en los que participó, al grado que en los 1880, “pintaba una época en la cual los límites entre violencia publica y violencia privada se habían desdibujado (y parece que está leyendo el presente del 2000 a la fecha)… Esta confusión legitimaba la violencia privada a la vez que volvía ilegítima la violencia pública” (Elías José Palti: Literatura y política en Ignacio M. Altamirano). Su obra sigue vigente; y más porque vislumbró los nuevos problemas sociales que surgen cuando gobiernos y gobernantes se distancian por el carácter antidemocrático y antirrepublicano de sus élites, careciendo “de una política de seguridad pública”.
Ficha bibliográfica:
Autor: Ignacio Manuel Altamirano
Título: Obras completas
Editorial: SEP (primera edición: 1986). Y obras aisladas en: Sepan Cuántos de Porrúa
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