Por Esto!
El compadre-tutor: Barbosa y el servilismo de la Corte
Alvaro Cepeda Neri
Conjeturas
I.- Dicen que los palos dados ya no se quitan. O como dice la letra del bolero: “El beso que negaste ya no lo puedes dar”. Esto referido a la imposición de Medina Mora Icaza, como el undécimo ministro de la Corte, el tribunal colegiado al que Peña y los senadores del panismo-priísta-verde humillaron y que los diez ministros aceptaron servilmente. No mostraron algo de dignidad. Y es que el presidente en funciones, el senador Barbosa, todavía en el PRD, a cambio de ser invitado por Peña para acompañante a visitar a la reina inglesa y hospedarse en el Palacio de la vetusta monarquía, en lugar de excusarse para no ser cómplice en la toma de protesta de Medina Mora, con gran aplomo le advirtió que: “La Nación se lo demande”, si no cumplía con hacer cumplir la Constitución. Lo cual era suficiente para que hubiera sido destituido del nombramiento y darle a uno de los magistrados el cargo. Pero era un arreglo peñista para que su candidato fuera ministro de esa Corte que ya es una nueva secretaría del despacho presidencial.
I.- Dicen que los palos dados ya no se quitan. O como dice la letra del bolero: “El beso que negaste ya no lo puedes dar”. Esto referido a la imposición de Medina Mora Icaza, como el undécimo ministro de la Corte, el tribunal colegiado al que Peña y los senadores del panismo-priísta-verde humillaron y que los diez ministros aceptaron servilmente. No mostraron algo de dignidad. Y es que el presidente en funciones, el senador Barbosa, todavía en el PRD, a cambio de ser invitado por Peña para acompañante a visitar a la reina inglesa y hospedarse en el Palacio de la vetusta monarquía, en lugar de excusarse para no ser cómplice en la toma de protesta de Medina Mora, con gran aplomo le advirtió que: “La Nación se lo demande”, si no cumplía con hacer cumplir la Constitución. Lo cual era suficiente para que hubiera sido destituido del nombramiento y darle a uno de los magistrados el cargo. Pero era un arreglo peñista para que su candidato fuera ministro de esa Corte que ya es una nueva secretaría del despacho presidencial.
II.- Impugnado por más de 53 mil firmas entregadas al Senado, y la publicación de su paso por el Cisen de la PGR, desde donde la hizo de tapadera de Peña, recobrador de los millones de Raúl Salinas, encubridor de la embestida sangrienta y carcelaria en Atenco para limpiar a Peña, más otras cosechas de funcionario obsequioso para con los de élite, este religioso fundamentalista que se opuso al aborto, incluso necesario; y convicto y confeso derechista cubriéndose con el apodo de panista, el señor Medina Mora es uno de los más cercanos amigos de Peña y padrino de bautizo de uno de los hijos que éste tiene fuera de matrimonio. También fungió como tutor del hijo de Peña, que estudia en escuelas estadounidenses, a donde la élite desnacionalizada envía a sus herederos, para evitar el roce social con alumnos mexicanos. Peña ordenó a los senadores que designaran a Medina Mora como ministro por 15 años. Con tiempo para ir y venir a Washington a su tarea de tutor. La complicidad entre Eduardo y Enrique por amistad, por intereses y pago de favores, era clara y suficiente como para no ser ministro. Pero el presidencialismo autoritario peñista sigue cosechando victorias pírricas.
III.- Y las victorias pírricas se revierten contra el que presume de ellas. Y con más de dos años sin convencer al pueblo, el peñismo está padeciendo los reveses del malestar social. Hay repudio a su mal gobierno, ave de mala suerte, que ha concitado desgracias y desastres a la Nación, porque no ha sabido conducir su doble función: Jefe de Estado y Jefe de Gobierno, empeñado en radicalizar su política de neoliberalismo económico (Héctor Guillén Romo: La contrarrevolución neoliberal en México); y en su pragmatismo no prever que el recorte de gastos lleva a la austeridad que daña más a los mexicanos, porque motiva que las demás inversiones que empujan el crecimiento económico se retraigan, salvo las que aprovechan la explotación y sometimiento de la clase obrera por medio de la explotación salarial, como hacen los alemanes ante los cuales Peña se dijo incomprendido.
cepedaneri@prodigy.net.mx
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