La Jornada
Credibilidad incinerada
Pedro Miguel
El "Documento inicial sobre investigaciones en el basurero de Cocula y Río San Juan", emitido el sábado 7 de febrero por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), puso en evidencia algunas de las miserias en las que se cimenta la construcción de lo que le procurador Jesús Murill Karam llamó "la verdad histórica" sobre la agresión perpetrada en Iguala en contra de normalistas de Ayotzinapa: los estudiantes llegan a la ciudad, una banda de narcotraficantes locales despistados los confunde con gatilleros de un cártel rival, asesina a tres, secuestra a otros 43, con apoyo de la policía municipal, los lleva al basurero de la vecina Cocula, allí los ejecuta e incinera los cuerpos con llantas, leña y diesel, en una pira gigantesca que arde durante 16 horas; acto seguido, tritura los huesos calcinados, los mete en bolsas y los arroja al río San Juan. Asunto arreglado y punto final.
Los forenses argentinos documentaron que en el sitio referido las fogatas han venido ocurriendo desde cuatro años antes, que parte de los restos encontrados allí no pueden corresponder a ninguno de los normalistas desaparecidos, que los subordinados de Murillo Karam confudieron los perfiles genéticos de 16 de los 43 estudiantes y declinaron convalidar algunas de las "pruebas contundentes" presentadas por ésta en virtud de que fueron excluidos de algunos peritajes y diligencias, particularmente los inicialmente realizados en el basurero de Cocula y el presunto hallazgo de la bolsa en la que apareció un fragmento óseo perteneciente al normalista Alexander Mora Venancio (http://bit.ly/1C7WO5h)
La respuesta oficial, dada a conocer ayer, fue muestra clara de debilidad. En síntesis: la PGR es la única legalmente facultada para investigar, los forenses argentinos no están suficientemente calificados ni capacitados, si no estuvieron en las diligencias es porque no quisieron y se les hubiera hecho caso "no se habría podido ejercer acción penal en contra de los autores de este trágico evento" (http://bit.ly/1Dytc5x ). En ocasiones anteriores, Murillo Karam ha dicho en diversos tonos –insinuación o afirmación– que todo intento por poner en duda su versión ayuda a la causa de aquellos a los que él presenta como presuntos responsables materiales.
Los forenses argentinos documentaron que en el sitio referido las fogatas han venido ocurriendo desde cuatro años antes, que parte de los restos encontrados allí no pueden corresponder a ninguno de los normalistas desaparecidos, que los subordinados de Murillo Karam confudieron los perfiles genéticos de 16 de los 43 estudiantes y declinaron convalidar algunas de las "pruebas contundentes" presentadas por ésta en virtud de que fueron excluidos de algunos peritajes y diligencias, particularmente los inicialmente realizados en el basurero de Cocula y el presunto hallazgo de la bolsa en la que apareció un fragmento óseo perteneciente al normalista Alexander Mora Venancio (http://bit.ly/1C7WO5h)
La respuesta oficial, dada a conocer ayer, fue muestra clara de debilidad. En síntesis: la PGR es la única legalmente facultada para investigar, los forenses argentinos no están suficientemente calificados ni capacitados, si no estuvieron en las diligencias es porque no quisieron y se les hubiera hecho caso "no se habría podido ejercer acción penal en contra de los autores de este trágico evento" (http://bit.ly/1Dytc5x ). En ocasiones anteriores, Murillo Karam ha dicho en diversos tonos –insinuación o afirmación– que todo intento por poner en duda su versión ayuda a la causa de aquellos a los que él presenta como presuntos responsables materiales.
Los peritos argentinos no tienen por qué saberlo, pero su informe engarza con la historia de invenciones y maquinaciones de la máxima institución nacional de procuración de justicia. Hay que acordarse de aquellos narcos que “confundieron a un arzobispo con un narco” o del "giro de 180 grados" con el que la PGR explicó los dos balazos en el cuerpo de Luis Donaldo Colosio (Salinas), de la intervención de la vidente conocida como La Paca en el "esclarecimiento" del crimen de Mario Ruiz Massieu (Zedillo), del uso de la PGR para inventarle delitos a un aspirante presidencial opositor como López Obrador (Fox) o del individuo señalado por vínculos con el narco que, sin embargo, fue nombrado procurador por Calderón (http://bit.ly/1Ccate8 ).
De acuerdo con los indicios disponibles, es probable que la hoguera de Cocula se inscriba en esta misma línea de fabricaciones oficiales. Ante la manifiesta incapacidad y falta de voluntad del régimen actual, más temprano que tarde otras autoridades tendrán ante sí el desafío de esclarecer por qué, en el caso de Iguala, se ha decidido incinerar lo que pudiera quedarle de credibilidad a la PGR en lugar de emprender una investigación profesional, honesta y apegada a la verdad.
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