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El Gobierno Mundial
Michael Vázquez Montes de Oca
El Gobierno Mundial
Los imperios a través de la historia han soñado con crear un gobierno mundial y algunos casi lo logran.
En la historia reciente, después de la Primera Guerra Mundial, los imperios realizaron un nuevo reparto del mundo creando colonias y repartiéndose las existentes en Asia, Africa y América Latina, que perdieron después con el proceso de descolonización e independencia de estos pueblos.
Con la Segunda Guerra Mundial se derrumbaron los sueños de Adolfo Hitler y su Tercer Reich de un gobierno mundial de mil años, se desvanecieron los sueños de predominio en Asia del imperio japonés, se hizo evidente el debilitamiento del imperio británico y se hizo más pujante el nuevo imperio, el norteamericano.
Según los analistas del tema, el término gobierno mundial o gobierno universal es la noción de una misma autoridad política común para toda la humanidad.
Después de la Segunda Guerra Mundial, muchos piensan que se comenzó a ensayar por el capitalismo transnacional la posibilidad de instrumentar un gobierno mundial.
Se fortaleció la institución de las naciones unidas, al sustituirse la existente Liga de las Naciones y crearse la Organización de Naciones Unidas (ONU) con su Consejo de Seguridad y se crearon otras instituciones como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, la Organización Mundial de Comercio (OMC), el Club de París y, en el plano militar, la Organización del Tratado del Atlántico Norte, la famosa OTAN, todas ellas controladas por el gobierno norteamericano, dado su peso económico y militar. Eso para no hablar de sus instrumentos propios como la Agencia de Seguridad Nacional, la CIA, la USAID y el Ejército Norteamericano.
En América Latina, la más tristemente famosa es la Organización de Estados Americanos (OEA) con su Comisión Interamericana de Derechos Humanos y su Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca.
La forma más acabada de lo que pudiera ser este gobierno supranacional es la Unión Europea.
Los Grupos de Integración Económica Regionales, los Acuerdos de Integración entre países y los Tratados de Libre Comercio también se han convertido en herramientas de dominación del capital que los gobiernos de izquierda, progresistas o nacionalistas, están tratando de enfrentar con sus propios mecanismos de integración.
Sobre todas estas formas de dominación imperial ampliaremos en posteriores artículos.
Al parecer, estas ideas de dominación a escala mundial fueron tomando forma en organismos empresariales o académicos al servicio del capital como la Comisión Trilateral, el Consenso de Washington, el Programa de Santa Fe del Partido Republicano de Ronald Reagan, la Universidad de Chicago y sus Boys con Milton Friedman al frente, el Grupo Bilderberg, el Grupo de los 7 más Rusia, el Foro de Davos, el Congreso de los Estados Unidos y otros que por su carácter secreto quizás no se conozcan o se constituyen eventualmente por las transnacionales, para coordinar sus políticas en mercados específicos.
En la actualidad no hay un Poder Ejecutivo, Legislativo o Judicial con jurisdicción sobre todo el planeta y elegido por los ciudadanos. Las Naciones Unidas están limitadas a un papel mayormente asesor y sus miembros no son elegidos directamente por los ciudadanos.
La idea de un gobierno mundial es a menudo explorada en la política ficción, como un tema central o como trasfondo. También aparece en las teorías conspirativas y de grupos religiosos de corte apocalíptico, de igual manera que sucede en relación con el poder en los gobiernos nacionales.
El sagaz y sombrío magnate húngaro, George Soros, habla sobre el Nuevo Orden Mundial en entrevista con el diario británico Financial Times y a pesar de que podría parecer una coincidencia retórica, lo cierto es que utiliza el término Nuevo Orden Mundial para referirse a la necesidad de un nuevo diseño estructural para la economía mundial, enfatizando en que China debe jugar un rol fundamental en este proceso y se refiere a la innegable debilidad del dólar y al ser cuestionado sobre la posibilidad de crear una nueva divisa mundial, no duda en afirmar que el actual sistema financiero se encuentra quebrado, por lo que es necesario generar uno nuevo.
En 2010, Soros ocupó el sitio 35 en la lista de billonarios de Forbes, con 14,200 millones de dólares. Es considerado uno de los hombres de negocios más poderosos del mundo y se volvió famoso por una movida financiera que reforzó la devaluación de la libra esterlina en 1992, algo que incluso le valió el sobrenombre de “el hombre que quebró al Banco de Inglaterra”.
El destacado periodista Cliff Kincaid ha creado una organización llamada National Commitee Against the United Nations Takeover (Comité Nacional en Contra de la Toma de Poder de las Naciones Unidas) con el propósito de impedir que el presidente Barack Obama imponga a la nación estadounidense, leyes y tratados de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que violen la Constitución.
Según otros autores, el gobierno mundial es un concepto teórico o utopía política, que consiste en suponer la abolición de todos los estados nacionales, con sus gobiernos, leyes, ejércitos, fuerzas policíacas, etcétera, de modo que toda la humanidad quedara bajo una sola autoridad mundial -un gobierno mundial- con una constitución mundial, una policía mundial y otros y constituyera un solo electorado mundial.
Una visión evolutiva del proceso planetario señala una tendencia aglutinante en entidades cada vez mayores y más complejas, desde las ciudades-estado, las naciones-estado, las comunidades continentales de naciones, proceso que parece apuntar a la formación de una comunidad planetaria unitaria y para contrarrestar esa visión conviene señalar que esos procesos de aglutinación política siempre han sido acompañados por otros procesos de signo contrario, reclamos de autonomías locales, resurgimiento de regionalismos, etcétera.
Un concepto algo más realista, o más realizable del gobierno mundial consiste en suponer la posibilidad de que las organizaciones internacionales existentes, especialmente la ONU, y el Derecho Internacional, sean dotados de un poder coactivo que les permita arbitrar efectivamente en los conflictos y restaurar la paz entre los estados.
Tal situación, que algunos denominan “nuevo orden internacional”, de todos modos reflejaría siempre, no la expresión de una justicia mundial sino el esquema de poder vigente en el ámbito internacional.
La factibilidad de un gobierno mundial se ha hecho más patente para sus teóricos con el desarrollo de la globalización, tema tratado en un artículo anterior.
El imperialismo actual impregna todas las esferas de la vida material y cultural del orbe, aun aquellas que margina.
La globalización se ha constituido en una transformación sustantiva del capitalismo y ha desarrollado una nueva relación de interdependencia más allá de los estados nacionales y frente a este cuadro se puede afirmar la necesidad de cambiar el rumbo de la globalización, teniendo en cuenta, en primera instancia, la necesidad de su democratización.
La globalización es un proceso histórico de múltiples facetas, políticas, económicas, culturales y medioambientales, que ofrece grandes oportunidades para avanzar en el desarrollo mundial.
Según expresó Fidel Castro “No puede haber desarrollo si no hay paz, ni puede haber paz si no hay desarrollo para la inmensa mayoría de los pueblos de la Tierra… “Hoy hay más intercambio desigual, más proteccionismo, más dumping, más competencia desleal, más control de los mercados por las transnacionales, más altas tasas de interés, más fuga de capital hacia los grandes centros financieros de Estados Unidos y Europa, más manipulación de las finanzas internacionales por las potencias imperialistas que nunca antes en la historia. El precio que pagamos como neo colonias es mucho más alto que el que pagábamos, incluso, cuando éramos colonias…
“La paz, el desarme, la solución de la deuda externa y el Nuevo Orden Económico son por ello cuestiones inseparables. Si los estadistas de los países capitalistas desarrollados son incapaces de verlo así, estarán admitiendo el anacronismo, el egoísmo y toda la irracionalidad que encierra su propio sistema económico y social, así como su incapacidad total para contribuir a la solución de los problemas del mundo actual…”
Como señalamos anteriormente, sus admoniciones seguían siendo “oídas”, pero no “escuchadas”…
Los socialistas también han soñado con un orden a escala planetaria con otras características, donde no exista la explotación del hombre por el hombre, donde impere la equidad y la paz. Es más, sueñan y trabajan con la desaparición de los estados, pasando, como dijo Marx en una de sus pocas y enigmáticas referencias de cómo veía la sociedad comunista en su obra Crítica al Programa de Gotha, de la administración de los hombres a la administración de las cosas.
Como he tratado de apuntar, la idea del gobierno mundial tiene en una de sus bases la globalización, que es un fenómeno complejo, contradictorio, polémico que está todavía en expansión y que lleva en sí mismo el veneno que lo puede aniquilar, la explotación capitalista.
¿Serán estas ideas, de uno u otro signo aplicables en un mundo que hoy es ingobernable?
Al igual que en otros temas la palabra final la tendrán los pueblos.
Nos gustaría en este espacio conocer sus opiniones, sus informaciones y propiciar el debate.
Para esto pueden escribirle al autor al correo vazquezmontesdeoca@gmail.com
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