Homozapping
Verde que te muerde Verde, un partido en la ilegalidad
Jenaro Villamil
Todo con el aval del gobierno federal y de las autoridades electorales que actúan como tortugas ante la velocidad de los Verdes para violar la ley. Ni siquiera se les ha planteado como máxima sanción el retiro de su registro.
La estrategia del Verde es la de los peñistas. Utilizan a este partido franquicia para resarcir la enorme pérdida de intención del voto que tiene el PRI desde los sucesos de Iguala, Guerrero, los escándalos de corrupción por las mansiones de La Gaviota, de Peña y de Videgaray y por el claro fracaso de sus proyecciones de crecimiento económico.
Si el PRI puede caer a menos de 25 puntos en la preferencia, al Verde lo quieren elevar del 10 al 15 por ciento para garantizar un control de al menos 40 por ciento de las curules en la Cámara de Diputados, tras las elecciones del 7 de junio de 2015.
No han entendido que pueden provocar el efecto exactamente inverso: en lugar de generar empatía y voto, la invasión de los Verdes en el espacio audiovisual dominante acabará por hartar a los electores que quieren ganar.
¿A quién quiere engañar el Partido Verde vendiendo como logros propios la cancelación de animales en los circos, la cárcel a secuestradores, y con la utilización de malos actores de Televisa? Le apuestan al olvido de los votantes o a la ingenuidad de los jóvenes que sufragarán por primera vez. No han entendido que vivimos en circunstancias distintas a las del 2000, 2006 y 2012, cuando aún podían engañar a los incautos con su apariencia de “partido wanabbe”, aspiracional y de “niños bien”.
Ahora el Verde muerde la ley y la Constitución. Violan la prohibición del artículo 134 constitucional y mienten cuando se apropian del programa de vales de medicinas del ISSSTE. Destinará 320 millones de pesos de sus prerrogativas en sus promocionales, según su dirigente Arturo Escobar, producto de “sus ahorros”, pero otros especialistas consideran que el costo de su campaña es muy superior a esta cantidad y existe presunta triangulación de recursos privados.
El Verde también muerde a las nuevas autoridades electorales. El Instituto Nacional Electoral está en un grave predicamento. Si mantiene este nivel de obsecuencia frente a un partido ilegal, sin mayores sanciones, los del partido del tucán arrastrarán la endeble credibilidad del Consejo General del INE.
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