domingo, 22 de febrero de 2015

5 consejeros que oyen, callan y obedecen

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!

Lo que nos faltaba: La crisis del INE
Javier Corral Jurado

Siete partidos de los diez que tienen representación ante el INE: PAN, PRD, Morena, MC, PT, PH y PES, decidimos levantarnos de la más reciente sesión del Consejo General en protesta por el nivel de deterioro y la falta de imparcialidad que, como en ninguna época, se vive en esta institución clave”. En estos términos se suscribió por todos un comunicado; como en ninguna desde la existencia del IFE y hoy INE

La postura de los partidos trasciende el asunto de los proyectos para reglamentar la imparcialidad del uso de los recursos públicos y para garantizar el uso legal y no electoral de los programas sociales. Esa fue la gota que derramó el vaso. Es el resultado de una ya larga lista de hechos que señalan acciones y omisiones, que a ciencia y paciencia de la mayoría de los integrantes del Consejo General del INE, han violentado los principios de certeza, legalidad, independencia, imparcialidad, objetividad y de máxima publicidad

El hecho más preocupante es la existencia de un bloque de consejeros al servicio del PRI-gobierno que actúan coordinadamente hacen prevalecer criterios parciales en diversas resoluciones, tanto de los comités como en el pleno del Instituto. Conformado el bloque por 5 consejeros, han perdido cualquier escrúpulo o forma en su desempeño. Son un grupo que oye, calla y obedece. Bajo esa batuta se integraron de manera facciosa los Organismos Públicos Locales Electorales (Oples) para asegurarle control al PRI

Logran la mayoría de seis a través de agendas particulares y desequilibran las decisiones del Consejo. Ello tiene su manifestación más grotesca en la integración y desempeño de la Comisión de Quejas y Denuncias, convertida en un órgano de censura del oficialismo, se otorgan medidas cautelares de acuerdo al partido que las solicita, y con tiempos diferenciados para casos similares

Lo más delicado es la cancelación del diálogo; el desdén y la descalificación hacia los partidos por parte de varios consejeros, creando un ambiente de creciente adversidad, entre partidos y autoridades. La arrogancia de Lorenzo Cordova y su incapacidad para presidir el órgano dio pie a su suplantación de facto por parte del consejero Marco Antonio Baños, lo que ha abonado al desacuerdo general.

Es urgente recobrar la institucionalidad del INE, sustentada en los principios que lo rigen, decididamente los de legalidad e imparcialidad. No bastará que se rectifiquen decisiones y criterios, es necesario un cambio de actitud. Porque persistir en esta dinámica aumentará el descrédito y la desconfianza. Son las autoridades, los partidos y los ciudadanos, quienes podrán reconstruir la legitimidad democrática, devastada también hoy, como en ninguna época.

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