viernes, 27 de febrero de 2015

Resulta imposible creer en ese instituto

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La credibilidad del INE también se deteriora

La crisis de credibilidad por la que atraviesa el actual gobierno federal, y que comenzó hace ocho meses, luego de sus gazapos en los casos de Tlatlaya y Ayotzinapa, y que se agudizó con los señalamientos a altos funcionarios y al propio Presidente Enrique Peña Nieto de presunta corrupción y conflicto de interés relacionados con empresas beneficiadas con contratos millonarios, se ha extendido a otras instituciones que son vitales para el funcionamiento del país.

Uno de estos organismos fundamentales es el Instituto Nacional Electoral (INE), que apenas y cumplió un año de haberse creado, luego de que la reforma en materia política-electoral, publicada el 10 de febrero de 2014, rediseñó el régimen electoral mexicano y transformó a ese Instituto en una autoridad de carácter nacional.

Su misión, de acuerdo al propio INE, es “contribuir al desarrollo de la vida democrática, garantizando el ejercicio de los derechos político-electorales de la sociedad a través de la promoción de la cultura democrática y la organización de comicios federales en un marco de certeza, legalidad, independencia, imparcialidad, máxima publicidad y objetividad”.

Sin embargo, luego de que el 4 de abril de 2014 arrancara sus operaciones y con esto se despidiera al Instituto Federal Electoral (IFE) y sus 23 años de historia, la imagen del INE se ha ido deteriorando ante la opinión pública debido a las decisiones que analistas y políticos consideran “parciales” y “subjetivas”, y que sólo abonan a la desconfianza de los ciudadanos.

Todo eso, cuando el INE apenas se alista para enfrentar el primer proceso electoral de su corta existencia.

Encima, las diferencias con los representantes y consejeros legislativos de los partidos Acción Nacional (PAN) de la Revolución Democrática (PRD) del Trabajo (PT), Encuentro Social, Humanista, Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y Movimiento Ciudadano (MC) ante el Instituto Nacional Electoral, se han profundizado. Ayer, esos políticos hicieron un llamado a la autoridad electoral para que reencauce su actuación a los principios de legalidad, ante el deterioro institucional y la falta de independencia e imparcialidad “que como en un ninguna época se vive en esta institución clave en el proceso de construcción de la democracia mexicana”.

En un posicionamiento conjunto, esos partidos políticos dijeron que aunque existen puentes de diálogo con el órgano electoral en la práctica no es así. Como ejemplo manifestaron la sesión que se inició ayer temprano sin su presencia y con una serie de descalificativos en su contra.

Los representantes de los partidos que reventaron la sesión pasada y que no asistieron a la de ayer acusaron a un grupo de consejeros de actuar en complicidad con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y de haber tomado el control del Consejo General del INE sin que Lorenzo Córdova Vianello, presidente del órgano electoral, haga algo al respecto.

El Senador panista Javier Corral Jurado mencionó en conferencia de prensa que esa crisis de legalidad e imparcialidad que vive el Instituto se refuerza en la falta de visión y liderazgo de Lorenzo Córdova Vianello, Consejero Presidente de ese organismo.

Los representantes de los institutos políticos manifestaron que no quieren “una autoridad partidista ni favorecedora de la oposición, pero no aceptaremos ni toleraremos que se pretenda regresar a los tiempos donde el gobierno y el PRI [...] violentaban la voluntad popular”.

“Desde la conformación del INE, advertimos la actuación de un bloque de consejeros que se han desapegado de los principios de imparcialidad que rigen la función electoral para coordinadamente favorecer al Partido Revolucionario Institucional y al Partido Verde Ecologista de México. Con frecuencia, algunos consejeros se suman a este bloque para conformar una mayoría que, dentro o fuera de la mesa del Consejo General, determina el rumbo de sus decisiones, favoreciendo intereses parciales”, establecen en el documento.

La parcialidad, la falta de transparencia y el favoritismoen especial la mano negra del PRI, metida hasta el tuétano en el INEha comenzado a debilitar la credibilidad del INE, en un momento en que el país reclama como nunca antes transparencia, rendición de cuentas y la aplicación de la ley en todos los renglones de la vida pública.

Esta debilidad es un riesgo ante un proceso electoral, el primero desde el regreso del PRI a Los Pinos, al que los ciudadanos también llegan desilusionados y hartos de los excesos y abusos de los políticos.

Si el organizador de esas elecciones no reacciona, lo que vendrá un mayor deterioro de la democracia, por la nulidad de la justicia electoral. Nadie quiere ver, además, una mayor descomposición social, pero el INE y su falta de credibilidad puede ser un nuevo detonante.
(SINEMBARGO.MX)

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