viernes, 27 de febrero de 2015

La peor de las crisis en cincuenta años

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!

No ver ni oír tiene graves consecuencias
Guillermo Fabela Quiñones

Apuntes

En la actualidad, nuestro país semeja una nación recién salida de una guerra civil de graves consecuencias. La polarización es el común denominador en las relaciones sociales, la cual se profundiza a medida que las contradicciones no encuentran salida. Lo más lamentable de esta terrible realidad, que justamente horroriza al Papa Francisco, es que la cúpula en el poder actúa como si no estuviéramos metidos en la peor de las crisis de los últimos cincuenta años. La burocracia dorada sólo piensa en apuntalar sus privilegios, al igual que lo hace la élite oligárquica. Los gobernadores, agrupados en la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), sólo están atentos a fortalecer sus privilegios, y ahora hasta demandan una ley que asegure la permanencia del organismo creado para llenar el vacío de poder que dejó la Secretaría de Gobernación en el sexenio de Vicente Fox.

Como si no viviéramos en una etapa de emergencia nacional, en el gobierno federal se siguen cometiendo todo tipo de tropelías contra el erario que dañan la de por crítica economía popular, como lo ha estado descubriendo la Auditoría Superior de la Federación (ASF) en la revisión de la Cuenta Pública correspondiente al año 2013. Es una burla que la Secretaría de Desarrollo Social se aproveche de los programas asistencialistas que tiene a su cargo para dilapidar el presupuesto y cometer corruptelas absurdas, como las encontradas por la ASF en la llamada Cruzada Nacional contra el Hambre. Así lo corrobora la falta de más de 380 millones de pesos que no aparecen por ningún lado, aunque su destino era la compra de diversos materiales que debían usar los trabajadores de campo de la Sedesol, tales como globos, camisetas, gorras, entre otros artículos que no parecen ser digestivos.

Ahora queda claro por qué Rosario Robles fue designada titular de la dependencia, pues años atrás demostró una absoluta falta de escrúpulos y una notable habilidad para las triquiñuelas que le reditúan buenos dividendos, luego que se prestó a la sucia maniobra que enlodó al PRD, siendo entonces su dirigente, con el apoyo del aventurero argentino Carlos Ahumada, desprestigio del que ya no se pudo recuperar el partido que fundara Cuahutémoc Cárdenas Solórzano. Es obvio así que al grupo en el poder no le importa seguir agravando la crisis, porque finalmente lo único fundamental para sus miembros es mantenerlo, sin importar los costos ni las consecuencias

Es evidente que a la clase gobernante no le interesa gobernar, mucho menos buscar cómo enfrentar la polarización del país ni superar las contradicciones. Esta situación se agravará en los meses por venir, sobre todo si las “autoridades” electorales carecen de voluntad para cumplir su responsabilidad histórica, de frenar el desprestigio que cargan sobre sus espaldas desde hace varias décadas. No entienden que la sociedad les dará la última oportunidad de patentizar que su función es vital para evitar que se haga añicos el sistema político. Así lo están demostrando en estos días, al evidenciar su obediencia a la burocracia dorada en el poder, a la que considera su patrona. Al menos así es como están actuando, lo que resulta muy lamentable.

Parece que no entienden, en el Instituto Nacional Electoral (INE) que un nuevo conflicto postelectoral este año, sería equivalente a cerrar la tumba del sistema político, cavada ya desde 1988, cuando el escandaloso fraude que condujo a la tecnocracia salinista a posesionarse de las instituciones y ponerlas al servicio exclusivo de la oligarquía. La reciente decisión del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, de exonerar al PRI por la corrupción flagrante en que incurrió en la elección federal de 2012, es una pésima señal de lo que está dispuesto a realizar el grupo en el poder para evitar mínimos avances democráticos en el país.

Ni qué decir tiene que de seguir por esa vía, lo único que se habrá de conseguir es agravar la polarización social, y las contradicciones históricas que frenan el progreso armónico del país, cuando lo urgente y vital es atender a fondo las causas y efectos de tan dramática realidad. Hasta los mismos beneficiarios del actual estado de cosas que horroriza al Papa Francisco se verán perjudicados: se les acabaría su máquina de hacer dinero y de obtener privilegios. ¿Hasta cuándo entenderán?

(guillermo.favela@hotmail.com)

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