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Por Esto!
Los encapuchados del Cisen y los “marines” de Marina
Alvaro Cepeda Neri
Conjeturas
I.-
La historia de las provocaciones corre paralela a la historia de los gobiernos autoritarios.
Desde las autocracias más antiguas a los regímenes presidenciales actuales,
pasando por las monarquías,
sistemas feudales de las tres edades medievales,
y hasta en las democracias,
sus dirigentes desacreditan a la oposición que ejercen los pueblos.
Cuando los sindicatos eran auténticas organizaciones de lucha por la reivindicación de los trabajadores,
sus enemigos y gobernantes infiltraban policías,
soldados y agentes disfrazados como integrantes de las manifestaciones,
con la finalidad de que generaran anarquía,
alborotos,
asesinatos y toda clase de conflictos callejeros,
para motivar la intervención policiaca con el supuesto de cancelar la violencia social con la violencia de las fuerzas públicas.
Casi siempre lograban su objetivo:
crear desorden y pervertir las protestas legítimas con actos ilegítimos.
Para eso son contratados.
Por lo general son elementos militares,
policiacos y de grupos de choque que el sistema presidencialista mexicano tiene para aplacar a quienes protestan.
Son agitadores oficiales;
golpeadores profesionales en grado de delincuentes,
y que ahora también utilizan los narcos.
II.-
Los encapuchados que han estado presentes desde hace unos dos años y que reaparecen en cada manifestación llevando la voz cantante de las provocaciones,
se hacen llamar anarquistas;
que a la luz de los hechos y la literatura anarquista,
algo tienen de esa tradición:
recurrir a la violencia.
Lo mismo hacen los provocadores aunque con diferentes fines.
Por ejemplo,
la intromisión de los “marines” estadunidenses son provocadores que –
con todo y el desmentido del secretario de Marina–
al parecer asesoran a los marinos mexicanos en tácticas y estrategias que los “marines” de Washington usan para asaltar (
matar,
desmantelar y agredir)
genocidamente a los pueblos que someten a sangre y fuego.
Los provocadores pueden llegar a condicionar el éxito del golpismo.
Y lo mismo hacen los anarquistas disfrazados de verdugos que insisten en desacreditar a todos los que se han sumado a la protesta por los 43 estudiantes desaparecidos.
III.- Existe, por supuesto, el Movimiento Anarquista que busca echar abajo al Estado, a los regímenes explotadores y combatir las injusticias. Pero los encapuchados y los “marines” más parecen provocadores para corromper las protestas. No dan la cara, porque son por lo general agentes del Cisen. Son grupos con formación militar y policiaca para atacar, a sabiendas de que serán rescatados por sus patrocinadores. Hay sospechas de que los “marines” están infiltrados en Marina y los encapuchados en las manifestaciones populares, para otros fines. Los “marines” estadounidenses con uniforme de marinos se confunden con los mexicanos. En cambio los enmascarados-anarquistas más parece infiltrados oficiales para que el gobierno tenga motivos para pasar de las amenazas peñistas a la represión de quienes ejercen los derechos a protestar y criticar usando la democracia directa, porque la democracia representativa no cumple con sus obligaciones.
cepedaneri@prodigy.net.mx
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