domingo, 14 de diciembre de 2014

Priístas con su opacidad y su corrupción

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!

Gobiernan como en su rancho y sólo para beneficio de los de su rancho

Los resultados negativos de los primeros 24 meses de la actual administración federal de Enrique Peña Nieto, que ha conducido a una crisis de credibilidad como no se había visto en décadas, han evidenciado que ni el Presidente ni los integrantes de su equipo más cercano, la mayoría emanados de su periodo como Gobernador en el Estado de México (16 de septiembre de 2005 al 15 de septiembre de 2011) y hasta heredados, como es su propio caso, del gobierno de su antecesor en ese puesto, Arturo Montiel Rojas (16 de septiembre de 1999 al 15 de septiembre de 2005), tienen las herramientas suficientes para dimensionar la responsabilidad que representa gobernar un país tan grande, tan poderoso en términos de su calidad humana y, ahora, tan alerta, tan pendiente de las acciones de los funcionarios.

Gobernar México no es gobernar Toluca, Metepec o Atlacomulco.

Los mexicanos que votaron por Peña Nieto pensarono se esperanzaronque aunque su experiencia era poca, el priista mexiquense tendría detrás el respaldo y la guía de los integrantes más experimentados, conocedores e incluso los de mayor cultura histórica y política del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Pero la desilusión llegó pronto para los que votaron por el priismo y, por supuesto, para los que no le hicieron, que fueron por cierto la mayoría de los integrantes del padrón electoral, que eligieron opciones distintas al tricolor.

El Presidente Peña y el grupo que lo acompaña en el gobierno muy pronto se dieron cuenta de que el país no es Toluca, Metepec o Atlacomulco, donde afianzaron su poder con vicios y prácticas tradicionales heredadas de los abuelos priístas: la opacidad, la corrupción, el conflicto de interés, la compra de votos y conciencias, el compadrazgo con el sector empresarial, el control de los medios de comunicación locales con cañonazos de billetes, policías represoras para evitar y castigar las expresiones de quienes no piensan igual; en fin, todos los métodos para instaurar un gobierno con poder absoluto, caciquil y ranchero, y que allá, en su pequeño mundo, les dio muy buenos resultados.

El equipo que ahora gobierna al país, sin embargo, subestimó el hecho de que en toda la Repúblicay en el propio Estado de México, más allá de su círculo entre Toluca, Metepec y Atlacomulco hay una sociedad cansada de los abusos del poder, del robo de las arcas públicas, de la violencia indiscriminada, de la falta de empleos y oportunidades, pero mejor informada y con mayores herramientas para organizarse, enviar mensajes de alerta, de protesta, de repudio y que, para sorpresa de los funcionarios actuales, ya no necesita a los medios tradicionalessean diarios, revistas, televisión o la radiopara enterarse ni dejarse manipular con mensajes que están totalmente alejados de la dolorosa realidad de millones de mexicanos.

Además, los asesores del Presidente, confiados en que podrían gobernar México como lo hicieron en Toluca, Atlacomulco y Metepec, no previeron que el país también tendría encima la lupa de los medios de comunicación internacionales y que no podría comprar ni a esos ni a los que, por fortuna, ejercen el periodismo crítico en el país.

La evidente relación del Jefe del Ejecutivo local con empresas y empresarios que se hicieron ricos en unos cuantos años desde su gobierno en el Edomex ha sido exhibida ahora, porque ni desde Los Pinos ni desde las principales carteras del gabinete, ni entre los legisladores del tricolor en el Congreso ni desde el seno del PRI, ha habido una sola persona que le ponga freno a los llamados “Golden Boys, una sola voz que les diga que gobernar México no es lo mismo que controlar un rancho, en son reyes y pueden hacer y deshacer.

Enrique Peña Nieto y su equipo, además del propio PRI, están en serios problemas, porque ahora que su imagen está por los suelos en México y el mundo por la crisis social que desató la tragedia de los estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, ahora también enfrenta el descrédito por escándalos relacionados con conflicto de interés. Tal es el caso de Grupo Higa, ampliamente beneficiado con miles de millones de pesos por los gobiernos de EPN en el Edomex y ahora también en buena parte del país, y que el misco corporativo que le construye y en teoría les vende casas lo mismo a la Primera Dama, Angélica Rivera Hurtado, que al hombre que alguna vez fue considerado el “cerebro” del gobierno peñista, e incluso un funcionario presidenciable para 2018: el actual titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Publico (SHCP), Luis Videgaray Caso.

Esta administración, encima, no enfrenta ni los señalamientos ni las dudas ni las acusaciones. Al contrario, se esconde tras un discurso de negación que no le está haciendo nada bien a un país indignado socialmente y con un escenario que se ha llenado de nubarrones por una economía que no marcha desde el primer mes del sexenio, debido a la ineficacia de las políticas públicas aplicadas por los estrategas que encabeza Videgaray Caso desde Hacienda.

¿Les quedó grande el paquete? Todo indica que . ¿Se han servido con la cuchara grande, esperando que no iban a tener consecuencias? Todo indica que . ¿Quisieron repetir el modelo de gobierno todopoderoso y desde su pequeña visión en el Edomex? Todo indica que .

Pero México, por fortuna, no es esa hacienda o una finca rural que se controla a gritos y cintarazos. No es el ranchote donde nada se mueve si el dueño no lo ordena. México es hoy un país de ciudadanos activos, que no se atemorizan, que no se venden, que se informan y actúan en defensa de sus legítimos derechos.

El gobierno no tiene más opción: o comienza a rendir cuantas por sus excesos, omisiones e incluso por su ineficacia, o serán los ciudadanos, de la mano de la comunidad internacional, los que le pongan un hasta aquí a los noveles priístas, que gobiernan como en su rancho y sólo para beneficio de los de su rancho.
(SINEMBARGO.MX)

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