martes, 23 de diciembre de 2014

El capitalismo es un sistema corrupto

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!

Nuevos fraudes para cerrar el año
Guillermo Fabela Quiñones

Apuntes

Es difícil suponer que aún pueda hundirse más el país de lo que ya está, sin embargo no es imposible. No lo es por la sencilla razón de que nada se hace por frenar la impunidad y corrupción que caracteriza al sistema político mexicano. Ambos flagelos se mantienen vivos y cobran nueva vida al paso de los sexenios, sobre todo a partir de que México se unció al carruaje diabólico del Consenso de Washington, con el que la falange de súper capitalistas de Occidente ha despojado a los pueblos de la mayoría de sus bienes en poco más de tres décadas.

Como bien dice Luis Eduardo Auté, poeta y músico español: “El capitalismo es un sistema construido sobre la corrupción, eso no quiere decir que en otros sistemas no haya personas corruptas, (sino que) el capitalismo es un sistema corrupto enmismo”. Así lo vino a corroborar el neoliberalismo, que elevó a niveles de inhumanidad, corrupción y salvajismo al que sus beneficiarios consideran el grado más alto de organización social. Los hechos demuestran que es al revés, pues favorece que una minoría de personas sin escrúpulos, sin un mínimo de principios, explote inmisericordemente a las mayorías, con el apoyo de la fuerza del Estado.

De ahí que a medida que pasan los años, las relaciones sociales en nuestro país sean cada vez más desfavorables a las clases mayoritarias. Los que están en la punta de la pirámide gozan de impunidad plena, motivo por el cual cada día se cometen mayores atrocidades contra quienes carecen de recursos para comprar a las autoridades, como lo confirman múltiples hechos a lo largo y ancho del territorio nacionalAsimismo, cada vez hay más descaro para cometer delitos patrimoniales, que tienen a la nación en una decadencia lamentable. Ejemplos sobran, pero baste referirse al más reciente de los abusos contra ciudadanos inermes, como el fraude cometido por la empresa Ficrea.

Como es justo y razonable, los defraudados exigen la devolución del 100 por ciento de sus ahorros, pero como no tienen poder real como los banqueros, será muy difícil que lo consigan; aunque deberían lograrlo dado el antecedente del Fondo Bancario de Protección a los Ahorradores (Fobaproa), que en realidad a quien benefició fue a los banqueros, quienes siguen cobrando intereses por cerca de 900 mil millones de pesos que dizque se les siguen adeudando. En cambio, las personas defraudadas por Ficrea literalmente tuvieron que secuestrar al presidente de la Comisión Nacional para la Defensa de los Servicios Financieros (Condusef), Mario di Constanzo, para lograr ser escuchados y recibir la “solidaridad” del subsecretario de Hacienda, Fernando Aportela.

Los defraudados por Ficrea, cuyo principal accionista, Rafael Olvera Amezcua, goza de libertad plena y la seguirá disfrutando, acusaron al presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), Jaime González Aguadé, de omisión, incapacidad o colusión por no haber hecho una supervisión adecuada o haber alertado al público inversionista de no colocar recursos en Ficrea. Cabe suponer que lo más probable, de acuerdo con la experiencia, es que quienes recibirán todo tipo de presiones de las autoridades son los afectados, a fin de que dejen de reclamar justicia, pues conforme al modo de pensar y de actuar de la camarilla en el poder, el pueblo carece de mínimos derechos, sólo está para obedecer y cumplir al pie de la letra, él , todo tipo de ordenamientos.

Por esa misma razón, la protección de que gozan los amigos y compinches del grupo en el poder, hay tanta obra pública sin mínimos de calidad. Un ejemplo por demás obvio es la súper carretera Durango-Mazatlán, obra estratégica de la que se empezó a planear su construcción desde hace más de medio siglo, pero finalmente construida a partir del sexenio de Vicente Fox, continuada en el de Felipe Calderón y terminada hace poco más de un año, cuando la inauguró Enrique Peña Nieto

Los habitantes de Sinaloa y Durango saben que decir “terminada” es una verdad a medias, porque ya está llena de baches (sobre todo en la parte que corresponde a Durango), y de plano es incosteable su uso. ¿Quién ha llamado a cuentas a las empresas constructoras responsables de semejante fraude a la nación? Nadie, por supuesto. Sería tanto como romper el círculo vicioso que le da sentido al sistema político mexicano.

(guillermo.favela@hotmail.com)

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