sábado, 13 de diciembre de 2014

El perredismo es basura de fosa séptica

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
El cartel de Los Chuchos y el botín del PRD-peñista
Alvaro Cepeda Neri

Prólogo Político

I.- Carlos Navarrete, el testaferro de Jesús Ortega, Jesús Zambrano y la mafia delincuencial política que lleva el sobrenombre de: Los Chuchos, logró rescatar los despojos del PRD para seguir usándolo como botín. Chucho de correa para ordenarle ladrar con voz engolada, Navarrete está cumpliendo al pie de la letra el código de la maldad política y las perversidades con las que llevan al perredismo al suicidio. Zambrano y Ortega le pusieron precio a su traición para agregarse al peñismo y convertirse en el intestino grueso por donde defecó el grupo mexiquense, siguiendo la ruta de Atlacomulco que parió el carranclán (los carranclanes eran la escoria del carrancismo): Isidro Fabela y la dinastía de los Hank con su divisa: “un político pobre es un pobre político” que preside las inversiones bancarias, empresariales y financieras del grupo que abortó un poderoso clan burocrático-político donde todos han sido y son diletantes, entre los que podemos contar a los Del Mazo, los Lozoya, Montiel, César Camacho, Chuayffet, Eruviel Avila, Luis Miranda, Nuño, Videgaray la materia gris de Peñaetcétera

II.- El chuchismo es la nueva adquisición de “¡cuidado con los perros!” del peñismo que se tambalea en el poder presidencial al no haber solucionado ningún problema en sus dos años. Y que la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, ha provocado revueltas sociales masivas por todo el país. Y protestas, censuras, de gobiernos europeos, de la ONU, de la CIDH, de Uruguay… para exhibir al peñismo como políticamente incompetente. Los mexicanos reclaman decisiones políticas, económicas y sociales para apaciguar los ánimos de su profundo malestar, ya hartos de los malos gobiernos municipales, estatales y federal. Es una crisis general; una crisis de hartazgo ante la corrupción donde los funcionarios roban descaradamente como en Pemex, donde persiste el botín del grupo de Lozoya-Peña; la impunidad, la denegación de justicia por tribunales y ministerios públicos que veden resoluciones e investigaciones al mejor postor.

III.- En ese contexto se ubica el trío: Ortega-Zambrano-Navarrete, que busca sobrevivir electoreramente y que tras la sangría de la digna renuncia de Cuauhtémoc Cárdenas, anuncia más desprendimientos. Cómplices del peñismo, los Chuchos se exhibieron en Guerrero con el pillo de Aguirre y los Abarca, a quienes defendieron no obstante las pruebas de su criminalidad. Ladrando y mordiendo para alejar a lo mejor que tuvo el PRD, esa camarilla, como cártel electorero, logró transformarlo de oposición a integrantes de los Verdes, del Panal, para integrar el triunvirato a los pies del amo peñista. Junto con sus alfiles y peones, Ortega, Navarrete y Zambrano son la escoria de la “grilla”. Han sido capaces de la mayor degradación. De las más de 500 éticas, no practican ninguna. Son oportunistas a cambio de favores que se cuantifican. Lo que resta del perredismo es basura de fosa séptica. Y como los tres no usan papel higiénico, tienen las manos sucias de sus excrementos y del botín electorero que está llegando a su final.

cepedaneri@prodigy.net.mx

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