Denuncian hostigamiento
CIUDAD DE MEXICO, 20 de diciembre (SINEMBARGO).– A un semana de que se cumplan tres meses de la tragedia de Iguala, Guerrero, en la que murieron seis normalistas de Ayotzinapa y 43 más fueron desaparecidos, grupos civiles denunciaron que continúan las agresiones en contra de los familiares y estudiantes de la Normal Raúl Isidro Burgos.
Emeterio Vargas, de la coordinadora de egresados de Ayotzinapa, acusó al gobierno federal de condicionar los apoyos a los afectados para que los integrantes del movimiento se confronten.
José Félix Rosas, coordinador del Movimiento Popular de Guerrero en Solidaridad con Ayotzinapa, aseguró que la presión gubernamental contra ellos, los normalistas y los familiares de los desaparecidos ha ido en aumento y algunos han sido amedrentados.
“Llaman y presionan para que dejemos de movilizarnos, hay vigilancia afuera de nuestras casas. A los papás les están hablando para ofrecerles dinero con tal de que dejen de buscar a sus hijos”, comentó el guerrerense.
Y aclaró que que comentan algunos medios de comunicación no es verdad porque ellos no están llamando a la violencia.
“No estamos llamando a tomar las armas, estamos llamando a la manifestación pacífica”, finalizó.
Por su parte, el titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Luis Raúl González, creó una Oficina Especial para el caso Iguala y nombró como encargado a José Trinidad Larrieta, quien atenderá las violaciones a los derechos humanos ocurridas los días 26 y 27 de septiembre.
Nula credibilidad
En un comunicado, organizaciones de la sociedad civil expresaron que el Procurador Jesús Murillo Karam miente cuando dice que sus compañeros fueron quemados en Cocula y que hay pruebas de ello.
El titular del Instituto de Física de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Jorge Montemayor, ha demostrado que es imposible, que “la hipótesis de que fueron quemados en el basurero de Cocula no tienen ningún sustento en hechos físicos o químicos naturales”, expusieron.
Añadieron que fue responsabilidad del gobierno, los hechos ocurridos en Iguala los días 26 y 27 de septiembre y que “testigos estudiantes y gente local, afirman que los atacantes, después del incidente recogieron los casquillos; que la calle estaba cerrada por policías encapuchados, con armas largas y uniformes oscuros (distintos de los de la policía municipal) y que estaban equipados con pecheras, rodilleras, cascos, coderas, y pasamontañas; que una patrulla traía soporte para ametralladora, además de que en uso de los camiones se encontraron residuos de gas lacrimógeno”.
Afirmaron que “vivimos en un Estado de terror, donde no es posible diferenciar al crimen organizado de la clase política. Aún más, sostenemos que Ayotzinapa no es un caso aislado, sino que se inscribe en un clima de constante acoso y terror hacia todas aquellas personas, organizadas o no, que levantan la voz frente a esta política de miseria, entreguismo y despojo, que se expresa claramente en las reformas estructurales y el Pacto por México”.
Además acusaron que se están violando los derechos humanos con las reformas estructurales impulsadas por el Presidente Enrique Peña Nieto y que se está criminalizando a quienes se manifiesta y buscan “desestabilizar” al país.
“A dos años del regreso del PRI, se está consumando un programa de desnacionalizaciones sumamente ambiciosa, el cual más de la clave para comprender los sucesos de Tlatlaya e Iguala, y analizar el binomio de desnacionalización-masacres”.
Denunciaron también que el ataque en Ayotzinapa no es un hecho aislado y que las agresiones se deben a que “Guerrero es un estado que se encuentra en la franja de oro del país, tiene 705 concesiones a trasnacionales mineras vigentes que amparan una superficie de 1,317,452 hectáreas, equivalentes al 20.5% del total de su territorio y a tan sólo una hora de Iguala, se encuentra la mina de oro más importante de Latinoamérica, de la que se pretende extraer más de 60 millones de toneladas del metal áureo”.
“En la región de Iguala se produce cerca del 98 por ciento de la amapola mexicana, Iguala no es sólo la ciudad de un Alcalde coludido con el narco; no es una pequeña “ranchería” que salió del control del Estado; Iguala es una de las ciudades más importantes de Guerrero, es la tercera ciudad más poblada del estado y la urbe más cercana a la Ciudad de México, Morelos y el Estado de México; es el principal punto de conexión entre el norte del estado, la región de Tierra Caliente y la región centro de esa misma entidad”, agregaron.
Jornadas culturales
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