Reina el cinismo
Estado de los ESTADOS
“Ni vendo, ni me voy”: Luis Videgaray
“No hay conflicto de intereses”, alegan
Precio de petróleo se mantiene a la baja
En enero, encuentro Peña Nieto-Obama
Del PRI y Verde, única coalición oficial
“Si en la política tuviesen que decirse sólo verdades, habría un gran silencio nacional”: Jorge Saldaña
Como se sabe, The Wall Street Journal publicó fotos y nota informativa sobre una propiedad del titular de Hacienda, Luis Videgaray. Esta se encuentra en Malinalco, dentro de una zona residencial de lujo en el Estado de México. Para variar, la compró a Juan Armando Hinojosa, al del Grupo Higa, que tiene la inmobiliaria H&G, S.A. y su costo fue mucho menor, asegura, que lo que costó la casa de la señora de Peña Nieto. Y es lógico pensar y creer que así es, ya que don Luis, pese a que finge una y otra vez, sus actuaciones son mucho peores que cualquiera de las que presentan las actricillas de Televisa y nunca, que se sepa, ha cobrado por exclusividad, sino que recibe comisiones, desde hace tiempo, por las renegociaciones de deuda y las asesorías a diferentes gobiernos, como sucedió en el gobernado por el actual Ejecutivo Federal y a partir de la cual se trepó al gabinete.
Así como en los 70s se creó el Infonavit para que los trabajadores tuvieran casa, hoy los poderosos del poder político tienen su Higa que les garantiza la posibilidad de mansiones millonarias, sin exigir garantías o avales crediticios, trámites burocráticos o intereses leoninos, como los que se imponen a todos los demás mortales que tienen que trabajar toda su vida para acabar señalados en el buró de crédito o perseguidos porque se retrasan en sus pagos. Todo esto ya representa una gran ventaja, a la cual puede sumársele el que no hay investigaciones de por medio y que los pagos pueden ser en efectivo, con cheque o en especie… en especie de contratos, aunque el funcionario señala que no ha sido de su responsabilidad el otorgamiento de éstos, por lo que no existe ningún conflicto de intereses ni cualquier otro cargo en su contra.
De lo que seguramente no se ha enterado el señor Videgaray, es que las reuniones en la casa -o mejor dicho las casas-, en la que acostumbra estar y dormitar el primer mandatario, son ya muy conocidas y se sabe quiénes son los invitados y, por supuesto, de dónde surgen esas relaciones que, como lo describió en su momento doña Angélica Rivera, les permiten acercamientos que, más temprano que tarde, les reditúan sendos beneficios. Los privilegios del poder que, como nunca, tienen tan enojado al pueblo que ya no se sorprende por los abusos de los burócratas. De acuerdo que no sea ilegal, es inmoral y hasta podría calificarse con palabras peores son: “Contar el dinero delante de los pobres es la mayor ofensa. Se cumple la advertencia lopezportillista de que, ojalá, el país no tuviera al cinismo como su rasgo de personalidad, que no se llegara a esos extremos. Pero aquí estamos, aquí vamos avanzando en este terreno y sin que exista un solo límite para quienes esbozan toda clase de discursos y actúan en un sentido contrario total.
“Ya éramos muchos y parió la abuela”, así cayó la noticia del beneficio de Higa que obtuvo el entonces desempleado Luis Videgaray Caso, cuando aún en esa condición, pudo tener crédito para comprar su mansión de recreo. Para observadores bisoños, el súper puente “Lupe – Reyes” vendría a ser como un bálsamo a los hombres del presidente que se han visto “bajo fuego” ante las constantes desgracias que han ocurrido en el país, a partir de Tlatlaya, pasando por Ayotzinapa para llegar a la llamada “Casa Blanca”. Nada de eso, ahora toca al secretario de Hacienda y Crédito Público su “dosis” de escrutinio, nada menos, que de las páginas del influyente The Wall Street Journal.
Sin el menor de los recatos y advirtiendo que no hay delito que perseguir, el prestigioso diario de la capital estadounidense “denuncia” que Luis Videgaray también tuvo crédito en el ahora llamado Infonavit del poder o de la alta burocracia, es decir, la empresa constructora favorita del régimen, el Grupo Higa de Juan Armando Hinojosa. El periódico norteamericano publicó que en Malinalco, en el club de golf, Videgaray adquirió una propiedad de la empresa que, ahora se sabe, es de la misma que se ha beneficiado de innumerables contratos tanto en el Gobierno del Estado de México como en los de otras entidades y que forma parte del grupo que estaría a cargo del súper tren México – Querétaro, en algo que se menciona como “conflicto de intereses”.
De acuerdo con los datos aportados por la publicación de marras, la casa del titular de Hacienda tiene un costo de 7.5 millones de pesos y a decir de Videgaray, la misma fue adquirida en el año 2012, sin que en ese momento él desempeñara cargo público alguno; sin embargo, tendríamos que recordar que se encontraba nada más y nada menos que haciendo las gestiones pertinentes para la renegociación de la deuda, y que ya estaba dentro de la nómina de la entidad entonces gobernada por Peña Nieto, en calidad de asesor. Nada de eso se le preguntó, ni él mencionó, dentro de una intensa ronda mediática en estaciones radiofónicas, en las que tuvo que “aguantar” que le hicieran cuestionamientos sobre la situación económica del país y, en este renglón, sí que fue duramente cuestionado.
Luis Videgaray, quien con Miguel Ángel Osorio Chong es considerado como uno de los “hombres del presidente”, rechazó dos cosas: Que venda su casa o que vaya a renunciar a la Secretaría de Hacienda. Y de nuevo llegó y se hizo presente el discurso del cinismo, de la mentira, el que adujo que el suyo es “un caso que despierta suspicacias, pero he actuado con legalidad y transparencia”, para luego hablar de las bondades de un nuevo sistema anticorrupción que permitirá hacer las investigaciones de éste y otros casos que son de tanto interés para la opinión pública. ¿Y luego? Porque con un fiscal anticorrupción a modo que, seguramente hará válidas todas las afirmaciones de quienes han sido los protagonistas de los últimos escándalos, no habrá ningún remedio y la enfermedad, esa mortal enfermedad llamada corrupción, seguirá manteniendo al país en la mira del mundo con una enorme dosis de desconfianza.
La caída de los precios del petróleo, cuyo barril se encuentra en el nivel más bajo de los últimos años; las constantes revisiones a la baja del crecimiento económico del país; millones de conciudadanos que no encuentran trabajo o cuyos salarios hoy compran menos que nunca, y el necio precio de la gasolina que sube y sube, a pesar de que el precio del crudo baja y sigue bajando, tiene inconforme al “respetable” y las afirmaciones de los líderes de opinión tienen bases al preguntar al titular de Hacienda: “¿Piensa renunciar?”. Por supuesto, la respuesta es “no”, porque su jefe cargará también con esta losa.
Se caen los precios del petróleo. Dentro del panorama económico, como para aumentar el riesgo de estallido, amenazan con bajar y bajar y bajar. Ya en todos lados se presiente y prevé la grave crisis económica que vivirá el país en los próximos meses, con unos ingresos petroleros que alcanzan cada vez para menos y aunque aseguren que tienen seguros para este tipo de contingencias, conociendo sus formas de hacer previsiones, no se considera que hubiesen alcanzado a marcar una cifra tan mínima como lo es la actual cotización. Así que, menuda combinación: crisis política, con crisis económica y crisis social. “Que Dios nos agarre confesados”, si es que no está enojado con este pueblo tan, pero tan pasivo.
EPN VISITARA WASHINGTON
Al empezar el 2015, año eminentemente político para los mexicanos, el Presidente Enrique Peña Nieto se reunirá en la capital de los Estados Unidos, Washington, con el Presidente Barack Obama, para intercambiar puntos vista y fortalecer las relaciones que mantienen ambos países en el marco de la cooperación bilateral. La Reforma Energética, la cuestión social, la seguridad pública y muy seguramente la situación que para entonces guarde el delicado asunto de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, son temas que habrán de figurar en la agenda de trabajo.
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