El país más mortífero de las Américas

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
2018: Democracia ausente

Lilia Arellano

Estado de los ESTADOS

México, el más mortífero de América
Asesinan otro periodista en Veracruz
Se acumulan asesinatos sin culpables
Movimientos chinos pegan en México 

“Recuerda que el poder es relativo, si no les infundes temor”.- Jorge Saldaña

En la conducción del país y en las prácticas políticas del futuro cercano ya se visualiza que la riña para alcanzar la presidencia de la República volverá a tener el corte de lo inédito. Las encuestas siguen señalando que un primer lugar –si las elecciones se llevaran a cabo en estas fechas- lo ocuparía el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador, quien al rechazar la oferta del gobernador electo de Michoacán, Silvano Aureoles, vio sus puntos elevarse de manera inmediata, situación que también se ha registrado en favor de Manlio Fabio Beltrones, quien estaba ubicado en un quinto lugar –después de Margarita Zavala, Miguel Ángel Mancera y Miguel Ángel Osorio Chong- a raíz de su anunciada llegada al CEN del PRI.

Si bien las candidaturas de lo que han dado en llamar “las principales fuerzas políticas del país” no han sido definidas, las organizaciones van encaminando nombres, soltando elementos en favor de quienes podrían resultar sus abanderados y en esto habría que ser mucho más detallistas con las izquierdas, ya que si el Jefe de Gobierno del DF ha optado por desligarse del PRD, éstas sólo encontrarían auténtica representación en quien por primera y única vez en su historia, los llevó a constituirse en una segunda fuerza con mínima diferencia hacia quien mantuvo no sólo la primera sino el poder presidencial. Visto el panorama actual y sin organizaciones de gran representación dentro de la sociedad civil, no hay duda que, en el presente, la caballada de los partidos de siempre está muy, pero muy flaca.

A ello habrá que añadir el que desde ahora se tenga antecedentes suficientes para conocer que no habrá limpieza electoral, que se seguirán ejerciendo las mismas prácticas de siempre, que la obediencia hacia el jefe supremo prevalecerá por encima de cualquier intento democrático. La resolución del INE, respecto a la permanencia del Partido Verde, es más que reveladora de que se mantendrán todas las acciones que han generado la irritación de los electores, pero que también sirven para alimentar un abstencionismo que resulta favorable para quienes acostumbran la compra de votos y ejercen la política explotando la ignorancia y la pobreza. 

Las ilegalidades y faltas del Verde, según los consejeros del INE y su presidente Lorenzo Córdova, no pusieron en riesgo la pérdida del registro. No resulto válida ni siquiera su actitud desafiante ante la autoridad y que ésta se hubiese hecho pública. Así que no hay remedio y no sólo en lo que respecta al partido del tucán, porque esas mismas ilegalidades, retos, transgresiones han sido cometidas por quienes ganan la presidencia del país y, aunque posteriormente se afirme que sí hubo elementos suficientes para desviar el resultado final, simplemente se entra en la práctica del “palo dado ni Dios lo quita”, bajo la certeza de “París bien vale una misa”. 

PERIODISTAS: BLANCO DE MAFIOSOS

Un fenómeno altamente preocupante se manifiesta aleatoria, pero persistentemente en el país y amenaza la libertad de prensa en México: se multiplican las agresiones a periodistas por parte del crimen organizado ante un Estado cada vez más debilitado para protegerla. El principal problema en los ataques contra periodistas es la impunidad, además de que se afecta la libertad de prensa y la democracia en el país. Los enemigos del periodismo, agazapados en las sombras, gozan de una vergonzosa impunidad. El último caso ocurrió la madrugada de este jueves: Juan Heriberto Santos Cabrera, ex reportero de Televisa y colaborador de varios medios digitales, murió con otras cinco personas durante una balacera registrada en Orizaba, Veracruz. También resultaron heridos dos elementos de la fuerza civil, uno de ellos reportado como grave, así como otros dos reporteros que acompañaban a Santos Cabrera, Enrique Rivas y Guillermo Ramos. 

En el bar “La Taberna”, se desató un enfrentamiento entre delincuentes y elementos de la fuerza civil, donde en el fuego cruzado resultó muerto el reportero que se encontraba en el lugar con otros dos periodistas. Otra versión señala que cinco personas con armas de alto poder llegaron al lugar y fueron directamente a disparar a las víctimas. De acuerdo con la Fiscalía General del Estado (FGE), los otros asesinados fueron identificados como José Márquez Balderas, alias “el Chichi”, identificado como jefe de plaza del grupo delincuencial autodenominado “Los Zetas”; Sergio Felipe Mendoza Morgado, Alberto Rodríguez Romero, José Eduardo Castillo Romero y una persona más aún sin identificar. 

Los ataques a periodistas en el Estado de Veracruz son frecuentes. Ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos, desde 2005, la entidad acumula 15 reportes de agresiones a periodistas. El asesinato de Santos Cabrera se suma, en unos cuantos días, al homicidio del fotoperiodista Rubén Espinosa, quien salió de esa Entidad tras recibir amenazas por su labor y el viernes pasado fue matado junto con cuatro mujeres en la colonia Narvarte del Distrito Federal. 

Luis Raúl González Pérez, Ombudsman nacional, advierte que “el principal problema en el tema de agresiones a periodistas es la impunidad, dado que, en tanto no se esclarezcan son precisamente condiciones que permitirán que sigan ocurriendo estas agresiones”. Recientemente, a principios del mes de agosto, el periódico “Presente”, localizado en Poza Rica, Veracruz, fue atacado por un comando armado que disparó contra las oficinas del diario y, posteriormente, prendieron fuego a las instalaciones y a tres vehículos de la empresa, localizada en la colonia Manuel Ávila Camacho. La CNDH inició una averiguación de estos hechos y demandó a la Fiscalía General de esa entidad el esclarecimiento inmediato de lo ocurrido. 

El gobernador Javier Duarte se ha defendido de los señalamientos de impunidad por los casos de periodistas asesinados en Veracruz. Explica que ve con preocupación la muerte de 97 periodistas ocurridos a lo largo del país desde 2010, y precisa que once de esos casos ocurrieron en esa entidad, de los cuales ocho fueron atraídos por la Procuraduría General de la República (PGR) y de los tres restantes aseguró que están totalmente esclarecidos, con personas detenidas y procesos penales abiertos. 

Sin embargo, a pesar de los dichos del gobernador, la entidad concentra altos índices de delitos durante su administración, entre 2010 y 2015. Veracruz es el Estado con mayor número de denuncias por amenazas en el país, con más de 20 mil casos. Registra altos índices de homicidios dolosos, ataques sexuales y secuestros desde el 2010 a la fecha, de acuerdo con el Sistema Nacional de Seguridad Pública. En el caso de los secuestros pasó de 16 casos en 2010 a 144 en 2014 y de enero a junio de este año, acumulaba 48 privaciones ilegales de la libertad. Además, de acuerdo con los datos oficiales, en la entidad se denunciaron 582 casos de personas desaparecidas que aún siguen sin ser localizadas. 

Los ataques a representantes de los medios de comunicación no se limitan al Estado de Veracruz, sino que se llevan a cabo en prácticamente todas las entidades del país. De acuerdo con los datos más recientes de la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF), México ocupó el lugar 148 de 180 países, haciéndose acreedor al fuerte apelativo de “El país más mortífero de las Américas”. Más peligroso que Afganistán, Sudán, Jordania, los Emiratos, Honduras y muy cerca de países abiertamente autoritarios como Rusia, Bielorrusia y Arabia Saudí.

De acuerdo con la medición de RSF, 80 periodistas han sido asesinados y 17 desaparecidos en la última década y con un solo enjuiciamiento exitoso, es decir, casi total impunidad. El reporte de esta organización responsabiliza al crimen organizado de los ataques y culpa al deficiente “mecanismo para la protección de periodistas y defensores de los derechos humanos, (que) no posee la eficacia ni la rapidez que se requieren para responder a las necesidades de los periodistas que se encuentran en peligro”. 

Por otro lado, la organización Freedom House elabora el Índice de Libertad de Prensa, y en su última entrega (2014) califica a la de México como “no libre” en general, con una puntuación de 61 donde (0  es mejor y 100 es peor). Según ese índice, entre 2000 y 2013, 76 periodistas fueron asesinados y 16 no aparecen desde 2003. El reporte subraya que semejante clima se debe esencialmente al crimen organizado y a la debilidad del Estado para proteger a los periodistas. 

La Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE) de la Procuraduría General de la República (PGR), cuenta con un presupuesto cercano a 29 millones de pesos para este año. No obstante, se desconoce si está atendiendo algún caso. Aunque de todo lo anterior y para la puesta en la realidad de la problemática habrá que señalar que, si en el caso de los conocidos comunicadores no se llevan a cabo investigaciones serias y se carece de credibilidad en los dictámenes que se emiten, ya puede conocerse el fondo, el que revela la incapacidad de la autoridad y la plena y total ausencia de respeto a la ley y, por ende, la carencia de una impartición de justicia que cada día nos aleja más del Estado de Derecho.