viernes, 16 de enero de 2015

Subordinada nuestra industria energética

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
Integración energética suicida
Manuel Bartlett

México importará 100 mil barriles diarios de petróleo ligero de EU, se informó; absurdo importar crudo ligero cuando producimos tres veces esa cantidad. Realmente se trata del avance en la integración subordinada de nuestra industria energética a la norteamericana

Al consumarse la reforma, declaré a destacada periodista que ello significaba la culminación del proyecto geoestratégico de EU, imponiéndonos un modelo neoliberal integracionista que rediseña el esquema político y jurídico de nuestra industria energética, la propiedad de los hidrocarburos, privatizándolos, sometiendo el territorio mexicano bajo el concepto de utilidad pública a exigencias de ocupación de tierras por las empresas extranjeras concesionadas, garantizadas por la reforma.

La integración avanza dolosamente como fue la reforma. Peña nos compromete inconstitucionalmente, elimina al Congreso mediante acuerdos entre poderes ejecutivos, a espaldas de la nación. El objetivo final de la reforma es el apoderamiento de nuestros recursos, integrándolos al dominio del poder extranjero. El Wilson Center injertado en el ITAM, instrumento del gobierno norteamericano, adelantó (2012) como estudio académico, el esquema de la reforma que el gobierno ocultó; ahora, describe el siguiente paso: “Integrando los Mercados Energéticos de Norteamérica”. De una reunión de los ministros de Energía, Washington, diciembre de 2014, extrae seis temas para la integración: crear un mecanismo coordinador; determinar la futura demanda y abasto integrada; construir infraestructura con el sector privado; proteger esta infraestructura con las agencias de seguridad nacionales; preparar el capital humano con el sector privado; regulación que garantice a entidades públicas y privadas del sector, operar traspasando fronteras

Propone fundar una Agencia de Información Energética de la región; subraya la necesidad de inversión en infraestructura para mover la producción entre los tres países; los mercados eléctricos requieren fuertes inversiones, necesitadas de directivas compatibles; subraya la vulnerabilidad del sector energético al terrorismo y crimen organizado, lo que exige trabajo de seguridad integrado del Departamento de Seguridad Interior de EU con los relativos de Canadá y México. La infraestructura trasfronteriza: ductos, líneas de transmisión, deben estandarizarse. El reto, afirma, es la aceptación de los proyectos energéticos por las comunidades, ganar su consentimiento. Considera necesario superar el rechazo público a proyectos energéticos, mediante intercambio de experiencias. El Wilson Center concluye: la nueva era de abundante energía exige colaboración profunda; el antiguo paradigma de nacionalismo energético, de seguridad energética y altos precios se ha sustituido por acercamientos basados en el mercado, nuevos abastos y bajos precios; la creación de un mercado energético unificado en Norteamérica impulsará competencia económica

El proyecto integracionista aniquila nuestra soberanía y seguridad; la infraestructura, producción y transporte quedan en manos extranjeras con intereses ajenos a los nuestros, se entregan las venas y el corazón de la actividad económica de México. La era que anuncia precios bajos y abundancia energética es contraria al manejo real de máximas ganancias y estrategias imperiales; afirmar que el mercado impulsará la competencia es falso, la industria petrolera norteamericana es oligopólica y dominante; la superación del paradigma del nacionalismo energético es falso, el proyecto energético de EU es eminentemente nacionalista; la protección de la infraestructura a cargo de agencias nacionales es falso, se impondrá el control en toda la región, incluyendo México, de la Agencia de Seguridad de EU para proteger, como asunto de su seguridad, sus inversiones e intereses; la propuestas de superar el rechazo social de los proyectos energéticos, anuncia la profundización del esquema represivo en la medida que se desplieguen los proyectos energéticos y se impongan los intereses privados sobre los comunes, parcelas ejidales y otros despojos. No puede el Presidente aprobar esta integración suicida, la Patria se lo demandará.

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