Primero muertos que austeros
Gerardo Fernández Noroña
No son los únicos signos del desastre económico que vive el país. El desempleo, la pérdida del poder adquisitivo, la inflación, la carestía, la quiebra de negocios, los despidos masivos, el desempleo y subempleo, son sólo algunos de los muchos síntomas alarmantes de la economía mexicana. Este gobierno se ha empeñado en entregar al capital extranjero la riqueza natural que nos quedaba, como el petróleo, la energía eléctrica y los minerales, y ha hecho pedazos lo que quedaba de la planta productiva del campo y la ciudad. Considero que los indicadores no pueden ser peores. Peña y su desgobierno con su falta de nacionalismo, su entreguismo y su neoliberalismo a ultranza, nos han llevado a estos resultados desastrosos en sólo un par de años, a pesar de haber sostenido que sus medidas fortalecerían la economía mexicana.
La crisis económica se suma a la peor crisis política que vive la Nación y a un deterioro social sin precedente en la historia reciente.
Las autoridades han respondido que el seguro cubre unos $100,000 por ahorrador y el promedio de ahorro de cada cuenta es de 1 millón de pesos. Es gravísimo que las autoridades financieras del país permitan el funcionamiento de entidades como FICREA, que la gente confíe sus ahorros a éstas y que acaben siendo robadas sin más.
Este caso no es el primero. Han robado a ahorradores -sobretodo pobres, a lo largo y ancho del país, de manera reiterada. Pero FICREA abrió un espectro más variado de clases sociales en este robo, a tal grado que tribunales superiores de justicia como el del D.F. o el de Coahuila cayeron en la estafa. No me desviaré en este momento en la ilegalidad en que incurrieron los responsables de los citados tribunales al depositar fondos públicos en esta entidad financiera.
Lo que quiero resaltar es que existe el riesgo de que en México se produzca algo similar a lo sucedido en Argentina en 2001 con el famoso “corralito”, en que los ahorradores fueron robados y sus ahorros desaparecidos. Ello sería una conclusión lógica del desastre económico, de la corrupción, de la impunidad, del entreguismo al capital extranjero (casi la totalidad de la banca está en manos de extranjeros) y de la venalidad del actual desgobierno de Peña y de Videgaray.
Que conste en actas todo lo anterior, y que no digan que nadie advirtió de este grave riesgo de saqueo a los ahorradores del país.
Finalizo con el tema del recorte presupuestal. Quien ejerce la Presidencia al igual que el Secretario de Hacienda, son ambos hipócritas e insensibles. Son responsables centrales del pésimo manejo financiero que tiene de cabeza al país y no son capaces de mandar un signo positivo a los mexicanos. ¿Cómo cual? Preguntarán los lerdos del desgobierno, simple: reducir a la mitad los salarios del gabinete, del Congreso, de la Suprema Corte de Justicia de la Nación , de los altos cargos del Poder Judicial; reducir a la mitad las prestaciones de los funcionarios de primer nivel de los tres poderes de gobierno y el presupuesto de los partidos políticos. Es probable que el porcentaje que resultara de estas medidas no fuera significativo, pero el mensaje de sensibilidad y de austeridad sería evidente. Sin embargo parece que el lema de Enrique Peña y Luis Videgaray es: “Primero muertos que austeros”. Habrá que componerles un coro que diga: “ ¡Ay qué austeros! ¡Ay qué austeros! ¡Primero muertos que austeros!...”
“El pueblo tiene derecho a vivir y a ser feliz”.
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