Partidos a la baja
Estado de los ESTADOS
Sistema político a punto de naufragar
Jerarquías atraídas sólo por el dinero
Crece el desprestigio en el extranjero
“Cuatemochas” dará goles por votos
Matrimonios protectores de caciques
“Quien vive de un partido político es un padrote cívico”: Jorge Saldaña
El Instituto Nacional Electoral, hoy caricatura del anterior IFE en el rubro “prerrogativas”, destina miles de millones a los partidos, quienes a su vez tienen el control total del árbitro electoral. PRI, PAN, PRD, Panal, Verde, PT y hasta los que acaban de recibir registro oficial (sería mejor franquicia) se pelean a muerte por los millones y millones que tienen asignados. Nada más hay que revisar los pleitos que traen los grupos de cada uno de ellos, acusándose mutuamente de transas, de corrupción, de traiciones, cuando finalmente todos pertenecen a las familias de poder y los ejemplos saltan a la vista cuando de bodas, cumpleaños, bautizos se trata. Es ahí donde la exhibición es total.
Esta es la realidad, sin maquillaje. Da risa o, de plano, ternurita el comportamiento de algunos llamados políticos o políticas que “denuncian” robos, despojos, agandalles y contubernios al interior de los partidos. Por supuesto, como en la parábola bíblica de la mujer adúltera, nadie tiene calidad moral para tirar la primera piedra, ni siquiera para sustentar un “yo acuso”, sin que alguien corra el riesgo de que le pisen la cola.
Por eso aquel refrán o premisa de que en la política “para tener la lengua larga hay que tener la cola corta”, aunque sería preferible no tener cola, pero eso es pedirle peras al olmo. Ahí está el conflicto panista entre los calderonistas. Margarita Zavala, una calderonista cuyo calificativo va mucho más adelante que “de hueso colorado”, contra Gustavo Madero, que se vale de la inocencia de un joven que a corta edad perdió la dignidad al aceptar convertirse en su marioneta. Destaca la ¿ingenuidad? de la ex candidata presidencial panista (de la que nos salvamos), Josefina Vázquez Mota, que declara que los partidos no deben ser usados patrimonialmente, como si en el panismo no hubiese sido esa la tónica general de la gestión gubernamental que nos empujó y mucho al desastre.
En el PRD tampoco se cantan mal las rancheras. Las evidencias encandilan de tanto que brillan. El dominio de “los chuchos” está a punto de lograr romper con todo su pasado, no importa quedarse sin militantes, con tal que se quede la lana. “Entre menos burros más olotes”, mientras la diáspora amenaza con crecer al ritmo de los ceros. De esta forma, como en sus mejores tiempos, Alejandro Encinas fue arropado por Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muños Ledo, Marcelo Ebrard e incluso Ifigenia Martínez, al rendir su Informe de labores como Senador de la República.
En realidad, quienes estuvieron con él quizá no lo hicieron por saber lo que ha hecho en su función legislativa; en realidad lo que se buscaba saber era si renunciaba o no a las filas del Partido de la Revolución Democrática que, junto con Cuauhtémoc Cárdenas, fundó un grupo de militantes de la izquierda que ahora busca nuevos derroteros. En la víspera, Alejandro Encinas fue prácticamente defenestrado por la cúpula del perredismo, en manos de “los chuchos”, es decir, Jesús Zambrano y Jesús Ortega, en la persona de Carlos Navarrete. Encinas renuncia al PRD, no sin antes lanzar una serie de acusaciones lapidarias entre las que figura la ausencia de principios y solidaridad de quienes mangonean la franquicia del PRD, particularmente en el drama de los 43 de Ayotzinapa.
Un largo trayecto ha transcurrido desde los tiempos del viejo y defenestrado Partido Comunista Mexicano e, incluso de la conjunción de fuerzas de la izquierda, ultras y demás, que dieron forma al Partido Socialista Unificado de México hasta la actualidad del Partido de la Revolución Democrática que “los chuchos” se empeñan en desbaratar. Muchos años de lucha dentro de una oposición que mereció respeto y crecieron hasta lograr convertirse en la segunda fuerza política nacional con cargos de elección popular, incluido el Gobierno de la Ciudad de México.
Toda esta historia cambia de página no sólo para Alejandro Encinas, Senador de la República, que dice adiós al PRD de Jesús Ortega, de Jesús Zambrano y de Carlos Navarrete, sino para la izquierda, para la historia que pudo tener para estos tiempos un registro totalmente diferente. Así es como puede explicarse ampliamente el crecimiento de MORENA cuya definición se empeñan en manejar dentro de una izquierda que, para los pobladores, para los electores, para los ciudadanos, para los jóvenes está gastada.
En el PRI la unidad es un lujo que hace tiempo es mejor ni mencionar. Menos ahora que se han dado duro los distintos grupos influyentes por colocar a sus candidatos a diputados, presidentes municipales y todos los cargos de elección popular que están en juego este año. Contra sus deseos han juntado muchos huesos rotos por lo que, cual plañideras, los rechazados andan llorando en los rincones porque les bajaron a sus candidatos o sus propuestas nomás no pasaron y eso traducido a dinero y poder es una gran pérdida.
Pero eso cosa de dinero y de fracasos que no se consideran como tales ya que ninguno trabaja para lograr objetivos de servicio sino para sí mismo y algunos compas.
DESPRESTIGIO INTERNACIONAL GARANTIZADO
Todo esto contribuye a acrecentar el desprestigio internacional de México. Qué tiempos aquellos cuando en el mundo sólo se hablaba bien del país y ahora cada día, en los principales medios de comunicación se da cuenta de todo lo negativo. Por eso se reconoce que el presidente Peña Nieto haya cancelado su participación en el foro de Davos, en Suiza, uno de los grandes bastiones del neoliberalismo injusto. Seguramente que le informaron que habría manifestantes provenientes de muchos países para reclamarle la desaparición de los normalistas, independientemente de las denuncias comprobadas sobre víctimas de tortura y no faltarían las pancartas sobre la “casa blanca”. Mejor no ir.
Ya es tiempo de una “limpia”, con todo y su manojo de hierbas de olor y la sangre de una gallina negra, al área internacional de Los Pinos, pues a cada rato se les va el santo al cielo con el sistemático martilleo de la prensa extranjera, en especial The Wall Street Journal. Cómo andarán las cosas, cuando se extrañan otros tiempos, no sólo en lo que se refiere al manejo de los medios, a la información que se hacía llegar a los corresponsables de los diferentes medios del mundo, sino del contenido de éstas, de lo que nuestro país representaba en las relaciones de siempre respetuosas con el exterior, de la presentación de problemas en los foros mundiales de manera directa, abierta, sin el temor a no quedar bien con quienes, finalmente no son los que pagan los salarios.
DE LOS PASILLOS
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