Por Esto!
Peligrosamente ejecutor
Gilberto Balam Pereira
EPN, eminentemente represor
La casta política –legisladores, gobernadores, alcaldes, caciques, partidos– ha sido el instrumento de que se valen estos magnates para llevar a cabo la devastación de los recursos: minería, carreteras medios televisivos, radiofónicos y telefonía, energía eléctrica, petróleo, Banca y materias primas.
Damnificados.Ya comenzamos a padecer los resultados desde el primer día de este año como el gasolinazo, el aumento de los precios de la canasta básica, desempleo, subempleo, muchos miles de trabajadores de Pemex comienzan a ser despedidos como en Ciudad del Carmen, Camp., donde fueron retirados de golpe y porrazo unos 15 mil trabajadores desde la semana pasada.
La Banca ha bajado hasta en un 50% las utilidades de los pequeños ahorradores y éstos fueron advertidos por los gerentes bancarios que esta reducción se mantendrá cuando menos en todo el presente año.
La ciudadanía percibirá la reducción del gasto público, no habrá inversiones estatales y por tanto la desocupación laboral será un efecto obligado con el consecuente aumento de la pobreza, la seguridad y la delincuencia.
De la perspectiva de la crisis. El problema irá en aumento ante la perspectiva de que la extracción del crudo no tendrá ningún acotamiento sino se explotará con amplia libertad sin ninguna prohibición por parte del gobierno mexicano.
Se devastará el recurso y encarecerá más la gasolina, el diesel, el gas y la electricidad. Todo lo contrario a lo que pregonan los voceros peñistas. Los precios elevados se seguirán imponiendo desde el extranjero.
Por de pronto, desde el presente año se comprará petróleo a los Estados Unidos. El gobierno privatizador de Peña nos quiere ver la cara de penitentes pretendiendo hacernos creer lo contrario a su desastre, a través de todos los medios posibles y cada media hora en spots. Es su publicidad compulsiva y nerviosa, porque se ha ganado por méritos propios el más oprobioso calificativo de traidor del pueblo mexicano el cual pide su renuncia, pueblo al que no ha sabido escuchar y sí golpearlo física y económicamente.
No sólo se ha ganado el calificativo de traidor a su patria por intentar vender a su país, según le gritan las poblaciones del interior, sino también del exterior que le espetan el de asesino como le gritan en todas partes a las que acude, desde Oaxaca hasta Washington, poblaciones que le exigen que renuncie a su cargo ¡fuera Peña!
El primero de enero pasado, entre pancartas de rechazo, anunció en la tierra de Juárez, que desde este año habrá mucha inversión en el gasoducto que se extenderá hasta Chiapas, además de la construcción de 22 barcos que funcionarán en esa benéfica obra. Los oaxaqueños no demostraron mucho entusiasmo ante tales ofrecimientos.
Candil de la calle. Con motivo del acto terrorista perpetrado en París contra una publicación de caricaturas, por cierto caricaturas de continuas provocaciones a los musulmanes y contra sus figuras religiosas, Peña Nieto -a nombre de los mexicanos- envió de inmediato sentido pésame por el hecho sangriento al diario francés. Aunque al cumplirse tres meses de la tragedia de los normalistas de Ayotzinapa no envió ninguna alusión de solidaridad a los padres de familia ni mensaje navideño a los familiares de las víctimas de Tlatlaya, Apatzingán y tantos más lugares del país que han sufrido la desintegración de sus familias, que han visto desaparecer a sus hijos, padres, hermanos y otros allegados a manos del narcotráfico y el crimen organizado. Ni una palabra sobre los flagelos que han sido propiciados por intereses de los gobiernos neoliberales de los EU rápidos y furiosos.
Peña fue citado para un rendimiento de cuentas en la Casa Blanca, pero sólo informó de las “grandes ventajas” de sus celebérrimas reformas, que mantuvieron más que aburrido a su interlocutor.
Por cierto, ni una palabra pronunció el mandatario mexiquense sobre el tráfico de armas hacia México desde ese país, tráfico que ha impulsado el trasiego de drogas y delincuencia armada en esta nación vecina.
Más bien fueron los mexicanos residentes en aquel país los que se manifestaron verbalmente y por medio de pancartas exigiendo la suspensión y cancelación del comercio de armas que contienen el Plan México y el Plan Mérida.
Por supuesto que estamos de acuerdo con las críticas, ironía y sarcasmo que han utilizado infinidad de articulistas contra la vergonzosa actitud del presidente mexicano que exhibió durante la entrevista con Obama. Pero este afroamericano no ha tenido ninguna intención de prohibir o acotar el envío comercial de armamento bélico para el uso de los narcotraficantes mexicanos contra sus enemigos competidores y contra la población civil colateral e inocente de las pugnas delincuenciales. No obstante, los comentaristas y politólogos se olvidaron de condenar la malévola acción de Obama al respecto.
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