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Tratan de salvar mala imagen
Destacaron que durante en encuentro, realizado esta semana, los dos mandatarios optaron por restar importancia a temas como la corrupción, el tráfico de armas en la frontera, las drogas y el lavado de dinero, en un intento por evitar verse más débiles de lo que los perciben sus gobernados en estos momentos.
En entrevista con el semanario inglés The Economist, Duncan Wood, director del Instituto México del Centro Woodrow Wilson, en Washington, aseguró que Obama y Peña nieto reconocieron “la necesidad de centrarse en la buena noticia”.
“Barack Obama, quien se veía débil frente a un Congreso dividido, ha tomado medidas enérgicas en materia de inmigración y Cuba que le han hecho amar a los latinoamericanos. Enrique Peña Nieto, a quien Obama debe haber envidiado por su habilidad para persuadir al Congreso de México para poner en marcha reformas históricas, en cambio, ha recibido una ‘paliza’ por el crimen y el escándalo”.
En el caso de Obama, publica el semanario, aprovechó el momento para resaltar el fin del embargo económico a Cuba, que se extendió por 54 años, así como su Reforma Migratoria que podría ayudar a 4 millones de mexicanos que viven de manera ilegal en Estados Unidos, en lugar de hablar sobre las deportaciones masivas de mexicanos durante su administración.
“Llamando a la reforma de Obama ‘un acto de justicia’, Peña prometió ofrecer a mexicanos documentación para ayudar a demostrar que habían vivido en Estados Unidos desde antes de 2010, protegiéndolos de la deportación bajo la nueva política de Obama. Dijo que iba a reforzar la frontera sur de México para detener migrantes centroamericanos para que niños solos dejen de inundar la frontera con EU. México sería un ‘seguidor incansable’ de mejora de las relaciones estadounidenses con Cuba”, prometió Peña.
Por su parte, Obama celebró la Reforma Energética de Peña Nieto que abre el sector a las empresas privadas, lo que a su juicio va a desatar “el enorme potencial de la economía mexicana”.
“Obama también dio a Peña algún apoyo moral, muy necesario, sobre el presunto asesinato de 43 estudiantes en el suroeste de Guerrero en septiembre por la policía y las autoridades municipales, presuntamente en la nómina de la delincuencia organizada”, agregó.
The Economist, consideró que durante su visita a la capital estadounidense, el Presidente de México debió haber ofrecido una conferencia de prensa para hablar temas como el abuso de los derechos humanos en el país por parte de las fuerzas de seguridad y el destino de los más de mil 200 millones de dólares que ha desembolsado EU para la llamada Iniciativa Mérida, enfocada a combatir el crimen organizado.
“No hubo mención pública de escándalos que rodean la administración Peña sobre los vínculos financieros entre un contratista del gobierno y de la esposa, tanto del Presidente y el Secretario de Hacienda. Estos han manchado la imagen del gobierno, casi tanto como los estudiantes desaparecidos, y han aumentado las preocupaciones de las empresas petroleras sobre la corrupción en México. Los compadres transfronterizas estaban decididos a no dejar que echan a perder el estado de ánimo”, finaliza la publicación.
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