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DF: tan lejos del PRD, tan cerca de MORENA
En diciembre pasado, una encuesta realizada y publicada en el diario Reforma prevé que 2015 será un año de cisma en el partido del Sol Azteca, por sus yerros y omisiones de los últimos 25 meses, en que, para analistas y politólogos, se plegó a los designios del Presidente priísta Enrique Peña Nieto.
Pero eso no es todo: además de traicionar sus principios de izquierda y perder la credibilidad de sus gobernados, especialmente en la capital del país donde ha gobernado desde 1997, tras el triunfo de su fundador Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, ahora también es visto como un partido que permitió la infiltración de la narcopolítica. La masacre contra los estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, lo confirmó y lo ha puesto de rodillas ante el electorado.
Las cifras plantean que Movimiento Regeneración Nacional (Morena), encabezado por Andrés Manuel López Obrador –la primera figura en abandonar el barco perredista, en septiembre de 2012– y que recibió su registro del Instituto Nacional Electoral apenas en julio pasado, avanza con pasos firmes en la Ciudad de México rumbo a las elecciones de junio de 2015.
Morena encabeza las preferencias para dominar la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) –que se renovará en su totalidad–, con 26 por ciento, por arriba del 22 por ciento del PRD y muy adelante del 18 por ciento del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y del 14 por ciento del Partido Acción Nacional (PAN).
Además, en las preferencias electorales en las 16 delegaciones políticas del DF, el partido de López Obrador –sin hacer aún campaña alguna– ya se sitúa en segundo lugar, con 22 por ciento, y persigue al primero, que es el PRD, con 29 por ciento. El PRI y el PAN aparecen abajo, con 15 y 12 por ciento de las preferencias, en cada caso.
Además, en la intención de voto para diputados federales –la Cámara Baja se renovará por completo en 2015–, Morena se ubica en un empate técnico con el PRD, con 24 por ciento de las preferencias de los capitalinos.
Sin embargo, los actuales dirigentes perredistas, “Los Chuchos”, han desdeñado estas cifras, como también minimizaron la renuncia al PRD de su fundador y ex líder moral Cuauhtémoc Cárdenas, quien el pasado 25 de noviembre se separó de ese instituto político por los “desacuerdos que encuentro con la forma de conducción del partido”.
En una carta a la opinión pública, Cárdenas escribió: “Quiero decirles también que ante la disyuntiva de correr el riesgo de compartir responsabilidades de decisiones tomadas por miopía, oportunismo o autocomplacencia, en las que no haya tenido cabida la autocrítica, he preferido correr el riesgo de recibir críticas, válidas o no según se les quiera ver, y optar por decidir de acuerdo a los principios que he sostenido y me han servido de guía en mi comportamiento público y privado”.
Como Cárdenas Solórzano, otros militantes de prestigio comienzan a saltar de ese barco que hace agua y a reforzar las filas de Morena: ayer, el Senador Mario Delgado Carrillo anunció su salida del Sol Azteca para unirse al partido de Andrés Manuel, en lo que se prevé, ahora sí, sea el inicio de una desbandada de legisladores perredistas en busca de nuevos rumbos.
Horas antes, Ricardo Monreal Ávila, coordinador parlamentario de Movimiento Ciudadano (MC) y ex perredista, también se registró como candidato de Morena para competir por la Delegación Cuauhtémoc, una de las de mayor peso económico, político y social en el DF.
Y otros miembros del PRD con peso específico, como el actual Senador Alejandro Encinas Rodríguez, también ex Jefe del Gobierno del Distrito, ya también prepara su salida pues, considera, el partido “ha sido herido de muerte”.
Los siguientes días dimensionarán el nuevo rostro del PRD de cara a las elecciones del 2015 y, en particular, en el Distrito Federal, que inclinará la balanza de su futuro. Si antes de Ayotzinapa ese partido ya vivía una crisis interna por traicionar sus principios y plegarse al PRI y al actual gobierno, la masacre y desaparición de los normalistas le quitaron la careta.
Encima, la administración de Miguel Ángel Mancera Espinosa, al frente del Gobierno del Distrito Federal, quien es acusado ahora de “represor” y de “tolete” de Peña Nieto por grupos civiles, también ha puesto en riesgo su dominio en la capital del país.
Así, a pesar de lo que digan “Los Chuchos”, cada vez más capitalinos están dispuestos a decirle adiós.
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