El “piojo” y el “cepillo”
Lilia Arellano
Estado de los ESTADOS
El “piojo” y el “cepillo”
A cuenta gotas informan sobre normalistas
Guerrero y Michoacán, en plena ebullición
Otra vez aparecen ahorradores defraudados
Ante engaños, mantiene el SME sus luchas
Fallo: Caro Quintero sí asesinó a Camarena
“Un buen gobernante te aplica la Ley severamente cuando te conviertes en un competidor de peligro para el”.- Jorge Saldaña
Tal vez exista un fondo de verdad en las declaraciones, sin embargo la percepción generalizada es que todo es una gran farsa cuyo guión se les complica ante la exigencia y participación de investigadores de otros países así como de especialistas foráneos. Lo que pretenden ahora es desmentir todo lo dicho por diversas organizaciones y equipos en relación a lo difícil o imposible de que se instalaran, al aire libre, auténticos crematorios que terminaran con todos los indicios que permitirían identificar los restos. A esto se une quien aprendió al “cepillo” y en dónde. Fueron militares y tal evento tuvo lugar en Juitepec, Morelos, sitio que ahora identifican como asentamiento oficial del grupo Guerreros Unidos. ¿Dos Entidades unidas geográficamente y con mandatarios surgidos de las filas perredistas metidos con la delincuencia organizada? Y, ¿Graco Ramírez y Aguirre Rivero tan campantes?
En este caso son ya 98 los detenidos implicados en la desaparición y muerte –según los datos proporcionados por la PGR- de los 43 normalistas y siguen con su primera versión, con la de la quemazón en masa. Sin embargo y pese a que son ya casi una centena no hay indicios claros, definitivos y solo sigue vigente el dicho del hidalguense Murillo Karam, como si cada paso que se da en esas oficinas solo tuviera como objetivo darle credibilidad a la versión que terminó con el célebre “ya me cansé”. Cada reunión de los padres con las autoridades arroja declaraciones de burla como la de autorizar que entren a los cuarteles, o aquella de no tenemos las investigaciones cerradas, o la de vamos a buscarlos casa por casa y en cada rincón. Buscan que el hecho encuentre su punto de liquidación, que se apague, que se callen las protestas, que se canse la gente y mientras tanto le dan juego a las elecciones y a las apuestas sobre si logrará o no mantener el PRI su primera posición en el cuadro político.
GUERRERO, INGOBERNABLE
Se acepte o no, Chilpancingo es zona de guerra; hay autoridad que no se ejerce, funcionarios que valen lo mismo que un cero a la izquierda, un pueblo empobrecido, enojado, ajeno e inerme que ni siquiera observa, mucho menos participa. Hay todos los días ataque a oficinas públicas municipales, estatales y federales, del Instituto Nacional Electoral, al Congreso; el ejército que custodia las instalaciones es un mudo testigo de la toma de casetas de la autopista del Sol que ocurre un día si y al otro, también. A quien se culpa es a los miembros del Ceteg, que agrupa a los maestros guerrerenses y quizá ellos fueron los primeros pero ya no son los únicos.
Y todos, tan campantes: No los tocan ni con la espina de un rosal. Ayer, en Acapulco, ciudadanos molestos por los constantes ataques de vándalos que se dicen solidarios con los 43 de Ayotzinapa, fueron enfrentados por la ciudadanía cuando intentaron bloquear los trabajos del INE, en el último día de credencialización ciudadana. El seudo Gobernador Rogelio Ortega asegura que se aplicará la ley “hasta que se agote el diálogo”. Hartazgo, es lo que hay en Guerrero por el vandalismo generalizado, la ausencia de autoridad y un gobernador que tardó muy poco en perder el piso y andar en las nubes.
El recrudecimiento de hostilidades y el agravamiento de las tensiones y de la violencia es rasgo distintivo de los últimos 75 días en el país. Michoacán es un volcán en erupción, Guerrero otro tanto. La gente se pregunta ¿hasta dónde?, ¿hasta cuándo?, porque no se le ve fin a la cada vez más evidente ausencia de autoridad, de rumbo, de serenidad. Los conflictos se agudizan a ciencia y paciencia de una autoridad (¿?) expectante, inamovible e inconmovible que parece no reaccionar absolutamente a nada por más grave que sea.
MICHOACAN, MISMO ESCENARIO
Unos salen y otros entran. Apenas la noche del jueves liberaron a 43 de los 44 detenidos a los que acusaron de estar directamente involucrados en la balacera del 6 de enero protagonizada en Apatzingan en donde murieron 9 personas. Para no hacer el ridículo completo, a seis les dictaron auto de formal prisión acusándolos de otros delitos que nada tienen que ver con ese enfrentamiento. Para variar, las declaraciones y aseveraciones del comisionado Alfredo Castillo tuvieron la fuerza suficiente para que el Juez Quinto Penal se pusiera muy atento en este caso y sin importarle que el enviado presidencial presumiera de tener poder hasta para removerlo, dicto la libertad a quienes, comprobó, solo tenían como delito encontrarse en la mira de quien, dicen, ya perdió sus facultades mentales. Las redes sociales en aquella Entidad le sugieren buscar la cordura en las orillas de su cama, tal y como encontró a Paulette.
LOS GRANDES FRAUDES
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