sábado, 23 de mayo de 2015

Pues siempre presume q' es el chipocludo

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
¿Manda o no manda Salinas?
Manú Dornbierer 

Satiricosas

“Cuando Carlos Salinas de Gortari, refiriéndose a la presidencia de Enrique Peña Nieto, dice que ni una operación de cirugía le saca la sonrisa, está trabajando para mismo, a costa de dañar la imagen del presidente. Él necesita hacer creer a la sociedad lo que ni él mismo se cree: que sigue mandando, que sigue operando”

Esta es la última frase de un texto del bajacaliforniano Julio Martínez Rojo. Llegó aquí para contestar a los ingenuos que creen que Salinas está detrás de Peña Nieto “porque vieron una foto en la cual las dos parejas estaban muy felices juntas en una fiesta”. Pero responde también a todos los que en efecto creemos que Salinas sigue siendo la Eminencia Gris en México. ¿Y si fuera cierta su apreciación? Hay que recurrir a la historia.

 Oficialmente Carlos Salinas de Gortarí dejó el poder hace 21 años, en 1994, con graves pendientes, misterios y crímenes, pero además con una economía “prendida con alfileres” que volaron en pedazos cuando el error de diciembre y pusieron a su sucesor Zedillo de rodillas frente a Clinton. Eso tras uno de los años más trágicos en la historia del país porque entregó la industria a la voracidad internacional y los buenos negocios del gobierno a sus amigos y/o prestanombres. Sin embargo, quiso hacernos creer que él “era el bueno” .

Dada la impunidad total en México y como no pudo volver a la reelección, lanzó el anatema de que gobernaría 24 años más, la mayoría de los mexicanos piensan que sigue mandando a través de los gobiernos prianistas que creó. Pero hay gente que dice que Carlos Salinas es un venerable señor retirado y solito. Empezando por el principio, veamos el atípico destape de Carlos Salinas en octubre de 1987.

“ … A mediados de agosto de ese año el presidente del PRI, Jorge de la Vega, anunció que tras su gira por todo México para conocer la voluntad de las bases, se había seleccionado a seis políticos, “merecedores de ser considerados para alcanzar la precandidatura del PRI a la presidencia de la República”. Los seis son siempre nombrados por riguroso orden alfabético: el regente (gobernador) del Distrito Federal, Ramón Aguirre (52 años); el secretario (ministro) de Gobernación, Manuel Bartlett (51 años); el de Energía y Minas, Alfredo del Mazo (43 años); el procurador general de la República (especie de ministro de Justicia), Sergio García Ramírez (49 años); el secretario de Educación Pública, Miguel González Avelar (50 años); y el de Programación y Presupuesto, Carlos Salinas (39 años). (El País, 1987)

 Se conoció como la pasarela esa humillante faramalla de democracia. El propio sádico Salinas pudo haberla planeado, porque en aquel entonces no se sabía bien a bien quién mandaba, si el presidente De la Madrid o el subalterno Salinas. Es hoy poco comprensible y hasta penoso que personajes de primera le hayan hecho el juego al dueto De la Madrid-Salinas. Dos de ellos hoy siempre con ganas de vengarse, entre mucho más, de aquel inolvidable ridículo que aceptaron en pos del Poder. En la oposición radical, Manuel Bartlett, que tanto ayudó a De la Madrid, y el otro es uno de los tíos que asesoran a Peña Nieto, Alfredo del Mazo, al que el mismo día del destape, le impusieron unos tontos un innecesario trago amargo.

El DESTAPE DE SALINAS.

 El 4 de octubre de 1987, fue el día del destape de Carlos Salinas de Gortari para la presidencia de México. “Un día negro en la historia de México, lo llamaron connotados periodistas de Excelsior (en donde yo publicaba entonces), pero pronto cambiarían de opinión para convertirse en sus dóciles amanuenses. Quién sabe porqué…

El destape se hizo de tos, pero luego para seguir hablando en mexicano, se les hizo bolas el engrudo.
Dice el politólogo Felipe Moreno que había varias cenas para esperar el veredicto sobre el elegido entre los “distinguidos priistas”demócratas a moriry dispuestos a contender por el título de tapado destapado con sus diferentes partidarios. En una de esas cenas se encontraba Jaime Kamil, el rico coahuilense-acapulqueño proveedor de armas del gobierno, con su hija y el novio en ese momento. Lo malo es que el novio era Federico de la Madrid, y al preguntarle su “suegro” si sabía quién era el tapado de su papi, Federico dijo: No, pero tengan por seguro que es un abogado”. Entonces Kamil se paró y telefoneó a Alfredo del Mazo y le dio “La noticia” . El abogado, era, según su razonamiento, el procurador Sergio García Ramírez.

 El único periódico que ese día se fue con la finta, fue La Jornada, dice Felipe Moreno, y su Director Carlos Payán y Miguel Angel Granados Chapa, recorrieron todos los puestos de periódicos para intentar rescatar esa edición histórica e histérica.

 Y corrió como pólvora la noticia del destape del procurador y el entonces presidente del CEN del PRI, Jorge de la Vega Domínguez, telefoneó a Los Pinos, donde le tomó la llamada Emilio Gamboa Patrón. El chiapaneco le solicitó al yucateco que le preguntara al Presidente Miguel de la Madrid, había cambios de último momento.

 Después de unos instantes, la Gran Boa le dijo a De la Vega, que estaban en lo dicho. “Así, después de un par de horas de temblores de Jorge de la Vega, rompieron el sobre que contenía el nombre de Carlos Salinas de Gortari. En una de las decisiones más importantes durante este siglo en materia política, dado que en esa misma confusión Jorge de la Vega Domínguez tuvo en sus manos pronunciar cualquiera de los seis nombres, dando a uno el triunfo y la derrota a los otros cinco. Una decisión que pudo ser histórica, de haber tenido Jorge de la Vega las agallas y decisión de un verdadero líder o cuando menos de un verdadero dirigente político“. (Felipe Moreno) El destape se empañó y naturalmente la gente empezó a decir todo tipo de cosas encontradas. Y lo malo fue que los precandidatos naturalmente se desesperaron y dijeron e hicieron cosas indebidas, pero tibias. Eran tiempos en que la decisión del presidente, aún uno tan deteriorado como Miguel de la Madrid, era ley.

 Desde el principio la auto imposición de Salinas provocó un mal clima que habría de terminar peor, con los crímenes de Colosio y de Ruiz Massieu. Pero Salinas ha sabido siempre promoverse y camuflar su muy defectuoso sexenio como si hubiera sido el de la modernización y salvación de México. Y no es cierto.

 Hoy por hoy quieren hacernos creer que ya no hay salinismo ni bushismo en el nuevo PRI, que sea dicho de paso, es peor que el viejo.

 Muchos creemos que del gobierno de México nunca se fue el clan Salinas de Gotari y que la verdad demuestra que todos los presidentes neoliberales son parte de un nefasto plan urdido por él y que su sometimiento al clan Bush es lo que lo ha mantenido en vilo. Prueba de su prevalencia es la total exoneración del hermano Raúl Salinas y la devolución de todo el dinero que obtuvo en sus muchos os de expoliar a México como uno de los funcionarios más corruptos que ha tenido el país.
Así que cuando voten este 7 de junio, piensen ciudadanos, si quieren seguir en el mismo carril descendente.

Manoudornbierer @gmail.com

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