sábado, 16 de mayo de 2015

Hoy es indispensable no bajar la guardia

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Homozapping

Bótica 321: Medios, Felipe Calderón, OHL, Literatura
Jorge Meléndez Preciado 

Georgina Meléndez, “La Yuye”, a un año de su ausencia.

Batallas por la comunicación

Lo dice perfectamente Jenaro Villamil en una entrevista para el sitio Aristegui Noticias: la crisis de los medios en nuestro país empezó en 2005, pero en 2008 se agravó; hoy la situación es terrible y en ella se encuentra inmersos todos los informativos trascendentes, por lo que es necesario hace cambios para que la libertad de expresión, de difusión y de las audiencias no se vea menoscabada en esta crisis donde los poderes (mediático y financiero) sean los triunfadores y la política sea algo insustancial. Por fortuna hay algunas buenas noticias. La solución del conflicto en La Jornada, al llegar a un acuerdo empresa y trabajadores, haciendo concesiones en ambas partes y tratando de construir futuro. La insistencia del juez Fernando Silva que el diferendo entre Carmen y MVS se resuelva de la mejor forma posible. El empuje que es evidente en Proceso. La insistencia de Reforma en sacar reportajes que dejan mal parados a los burócratas. Una buena cantidad de plumas y analistas en El Universal, los cuales posibilitan hablar de asuntos que molestan ampliamente a quienes habitan en la cúspide. La crítica en varias estaciones radiofónicas gubernamentales acerca de asuntos tan desdeñados o incluso tratados de soslayar como la lucha de los trabajadores de San Quintín o la larga investigación acerca de Ayotzinapa y los asesinatos en Tlatlaya. Estamos, pues, en momentos que es indispensable no bajar la guardia, antes bien elevar la mira para tratar de impedir que nuevas voces salgan del aire o de las páginas. La batalla, por cierto, desgraciadamente se da en forma unilateral, sin tratar de construir puentes (ya no hablemos de acuerdos) para intentar hacer algunas cuestiones de gran calado. Una de ellas sería obligar al gobierno federal, vía la legislatura, que la publicidad a los informativos sea transparente, de acuerdo a ciertas normas (tiraje, número de escuchas, etc.), se den estímulos a nuevos medios, se amplié la recepción del internet, se proteja a los comunicadores en serio y se eviten publicidades de empresas como Pemex, CFE, IMSS, etc. y varias más. Esto último sería posible si hay un acuerdo entre medios y ciudadanos para obligar a los que supuestamente nos representan a apoyar decididamente las libertades. A dos meses de ausencia de Carmen Aristegui, es necesario que dejemos la queja personal y pasemos a la acción colectiva (un buen ejemplo fue los amparos promovidos por Aurelio Fernández, Denise Dresser, Temoris Grecko, Lorenzo Meyer y otros). A fin de cuentas, si no conjugamos acciones irán mellando a los pocos que hacen periodismo independiente y el costo lo pagará el ciudadano.

Llegó, provocó y huyó

Felipe Calderón, quien sumió al país en la carnicería que vivimos, vino de Harvard, donde no hizo nada mínimamente aceptable, se paseó como retando a la población y se lanzó contra Jaime Rodríguez El Bronco, ya que este va arriba en la contienda de Nuevo León. Primero le dijo que era émulo de Hugo Chávez, y al responderle el norteño que estaba pedo o crudo, salió con que los autoritarios únicamente insultaban. Pero Felipe resultó todo una ofensa sexenal para la nación. Como ejemplos de sus arbitrariedades están una serie de acciones de Genaro García Luna, los asesinatos de centroamericanos sin explicar, las miles de madres que buscan a sus hijos y el derroche de miles de millones de dólares provenientes del oro negro que no sabemos en qué se utilizaron. Recordemos, también, la Estela de Luz, los terribles descuidos en la Cineteca Nacional y las librerías inútiles como la de Coyoacán (saludos, Consuelo Sáizar), en fin. Que no se le puede impedir su participación política, ya que es un ciudadano más, es cierto, pero no se vale que el panista con ocho guaruras al lado vaya repartiendo sonrisas por todos lados. ¿O ? En realidad lo que hace Calderón no es ni siquiera tener los pantalones de su padre, don Luis, sino arroparse en los beneficios para unos cuantos y tratar de dar línea para empujar a su esposa, Margarita, a próximas canonjías. Una pareja realmente de cuidado, ya que insisten en pensar que a millones se les olvidó cómo dejaron el país mientras ellos se iban cómodamente, con nuestros impuestos, a una universidad donde ni siquiera fue un becario notorio.

El desastre

Invitado por un ex presidente municipal de Tuxpan, Michoacán, a un festejo, viaje con tres personas más del DF al mencionado poblado. Los caminos del Circuito Bicentenario son en algunas partes del estado de México hasta cierto puto decorosos aunque de altas cuotas, pero en otros hay reparaciones por todos lados y las tarifas son muy altas. Ya antes lo había notado cuando fui a un aniversario del gran Raúl Álvarez y tuve que viajar a Malinalco. En realidad, como dice el secretario de comunicaciones del Estado de México, Apolinar Mena, muchas de las transas de la empresa OHL, hoy en predicamento, se hicieron desde el sexenio de Peña Nieto en la entidad que mal gobernó. Y frente a la encuerada que le dieron a Apo, por andar pidiendo viajes y estancia gratis, el siempre ocurrente “Chapitas”, Eruviel Ávila, señaló que no tiene contemplado remover al tan desprestigiado sujeto. Así pues, los contratistas que abusan y lo han hecho desde antes no son únicamente los de la famosa Casa Blanca, sino muchos otros, incluso extranjeros, que hacen obra, cobran por adelantado, suben las tarifas a su conveniencia y en ciertas ocasiones, les dan regalitos a burócratas de segunda y tajadas millonarias a los principales socios políticos.

Muchos de esos caminos concesionados hasta por 30 años, los cuales pagaremos los que necesitamos viajar, son más bien pingües negocios de constructores y grillos. Mientras todo sucede, ni legisladores, ni partidos políticos, ni otros poderes defienden a la población. Incluso algunos llamados partidos de izquierda únicamente en sus anuncios espectaculares sacan familias idílicas que dicen verán un futuro luminoso sin plantear de qué manera se llegará a ello. Y luego, ante las penurias de los mexicanos, se irritan porque muchos llaman a la abstención, el rechazo o hasta la revocación de mandato de Peña Nieto. Seguimos en el México de Pompín Iglesias: No pasa nada, no pasa nada”.

Dos

Miraceti Jiménez, editora, poeta, señora de letras, presenta ahora: Más allá de las sombras (Colección El Secreto), una novela donde Abel de Jesús Amaya (el personaje central) comienza a escuchar voces, las cuales le hacen recordar mil cosas, lo llevan de paseo por múltiples lugares, le abren caminos inéditos; el protagonista: “Es reportero de nota roja, y con las voces vienen los recuerdos: las visiones que tuvo de niño, las limpias y el linaje que lo llama a cumplir su cometido antes de volverse loco”, dice en la contraportada Luis Felipe Lomelí; pero quizá sean las voces que todos escuchamos en estos años, en donde hay miles de almas en pena, reclamos por no hacer lo necesario, exigencias por abatirnos ante una realidad que parece sacada de un cuento de horror; con trazo fino, llevándonos de la mano para encontrar miles de cuestiones agradables pero en el fondo contrastando con lo que ocurre hoy en un México donde “la locura colectiva que de tanto en tanto desgarra a pueblos enteros”, Miraceti abre un sendero que es de todos y el cual necesitamos descubrir; en su dedicatoria está lo siguiente: “Para Víctor, con quien comparto la vida y un riñón”. Carola García Calderón hace una investigación necesaria, básica para los tiempos actuales en: El poder de la industria publicitaria en México (SICI y Comunicación Política); leemos: “El poder de la industria publicitaria emana de los tres tipos de intereses que conjuga: el de los anunciantes (las grandes empresas productoras de bienes de consumo), el de las agencias publicitarias y el de los medios de comunicación. Su fuerza económica se expresa en una inversión que en México en 2013 fue de 72, 040 millones de pesos”; la cifra que aumenta cada año, expresa el por qué las bebidas azucaradas, los alimentos chatarra, la industria farmacéutica, las automotrices y otras compañías son casi intocables, y cuando se les quiere meter en cintura, una llamada a los informativos hace que los políticos echen marcha atrás en las reformas; indispensable en estos tiempos de campaña y para entender cómo funciona el poder.

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