viernes, 22 de mayo de 2015

Basta d sus pinches reformas estructurales

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Economía en caída libre
Lilia Arellano

Estado de los ESTADOS

Hacienda baja expectativa hasta el 2.2%
Política fuertemente ligada a corrupción
Deben profundizar reformas: Bancomext
Crece abismo entre pobres y ricos: OCDE
Avanza ATP en Senado de Estados Unidos


“Cuando nada de lo deseable florece, lo único que queda es el optimismo”: Jorge Saldaña

Las promesas de campaña y compromisos de gobierno de Enrique Peña Nieto no se cumplen, ni se cumplirán. Sólo en el discurso se quedan las expectativas de alcanzar un crecimiento económico de 5 por ciento al término de la actual administración. No hay bases para ello. El bienestar económico y social de la población prometido con las reformas que impulsó en lo que va de su gobierno no se tendrá en este sexenio. El país se aprieta el cinturón este año y el próximo, como resultado de los recortes al gasto público, que en conjunto sumarán alrededor de 1.5% del PIB, unos 259 mil millones de pesos. Las reformas estructurales de esta administración no pondrán al país en una “vía rápida hacia la prosperidad”. De hecho, el PIB per cápita, en el periodo de enero a marzo bajó 8.25% contra igual lapso de 2014, al pasar de 10 mil 519.4 a 9 mil 651.5 dólares.

Finalmente, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) bajó su pronóstico para el Producto Interno Bruto (PIB) de 2015 a un rango de entre 2.2 y 3.2 por ciento, desde el previo de 3.2 a 4.2 por ciento. Horas antes, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) había reportado que durante el primer trimestre de 2015 el PIB registró el avance trimestral más bajo de los últimos cinco trimestres, al crecer sólo 0.4 por ciento (1.6 por ciento anualizado).

Este jueves, Hacienda hizo el primer ajuste a la baja a su pronóstico de crecimiento en el año y se suma a los realizados por el Banco de México (Banxico) y analistas privados en días anteriores. En los primeros años de la actual administración federal, que comenzó en diciembre de 2012, la economía creció sólo 1.8 por ciento en promedio anual, una tasa menor a la de los 25 años precedentes, que fue de 2.1 por ciento promedio por año, de acuerdo con datos oficiales.

La limitación del crecimiento económico en el primer trimestre, según explicó Fernando Aportela, subsecretario de Hacienda, se debió a un crecimiento menor a lo esperado en la economía de Estados Unidos, y a la baja en la actividad petrolera, además de que el precio del crudo tuvo un nivel inferior al primer trimestre de 2014.

De acuerdo con el funcionario, la producción petrolera registrada fue de 2 millones 275 mil barriles diarios, cuando la expectativa inicial era de 2 millones 400 mil barriles diarios. Esta caída tuvo un impacto en el crecimiento económico de 0.43 puntos porcentuales.

Frente a ese panorama, el gobierno insiste, según palabras de Aportela, en que la economía mexicana marcha por buen camino y crece a un ritmo más acelerado que el registrado el año pasado, a pesar del incierto panorama internacional y la volatilidad de los mercados.

El gobierno de Peña Nieto cifra sus esperanza en que se fortalezca la economía de Estados Unidos, a fin de que repercuta en un mayor crecimiento de las exportaciones mexicanas con el consiguiente aumento en la generación de empleos. México envía casi un 80 por ciento de sus exportaciones, en su mayoría productos manufacturados, a Estados Unidos, y está batallando por revertir décadas de declive en la producción de petróleo.

Lo cierto es que la confianza de los consumidores y la de los empresarios respecto de la situación económica van a la baja. Cifras oficiales muestran que la economía se expandió sólo 0.4 por ciento en el primer trimestre de este año a tasa desestacionalizada, un menor vigor frente al periodo inmediato anterior, afectada por la contracción de la actividad industrial vinculada al petróleo. En comparación, datos del Inegi muestran que en el cuarto trimestre de 2014, el Producto Interno Bruto (PIB) creció 0.7 por ciento. A tasa interanual, el PIB creció un 2.5 por ciento en el primer trimestre.

La actividad industrial, que representa casi una tercera parte del PIB nacional, registró una contracción trimestral de 0.2 por ciento (0.8 anualizado) en su PIB del primer trimestre. Las actividades agropecuarias registraron un avance de 3 por ciento (12.5 anual), respecto al último trimestre de 2014. Este sector sólo participa con el 3.5 por ciento del PIB global. Y el sector de más peso en la economía mexicana, el terciario o de servicios, que contribuye con 64 por ciento de la riqueza generada, presentó un avance trimestral de sólo 0.5 por ciento (2 por ciento anualizado).

ECONOMIA Y POLITICA A LA BAJA

Es difícil definir qué es lo que está peor: economía o política, en el entendido de que ambas tienen personajes que se han convertido en toda una pesadilla para la población. En el primer punto, la reducción del crecimiento es un reporte largamente anunciado. No hay ninguna cifra en este terreno, ningún porcentaje al cual brindarle un grado de credibilidad, ya que el desarrollo, el crecimiento, no se percibe en ningún renglón y lo que se presume recae en una mentira, ya que se finca en la industria automotriz cuando el país carece de ella, se trata simplemente de maquila automotriz y no existe un solo elemento que nos lleve a percibir que en un futuro próximo, México participará de manera real y directa en esta rama.

Por lo que se refiere a la política, a la base desde la cual se lanza a quienes posteriormente ejercen el gobierno o por lo menos eso nos dicen, es decir los partidos políticos, han descendido a un extremo nunca visto. Según el estudio del IMCO y el del CIDE, el 91 por ciento de los ciudadanos encuestados no confía en los partidos políticos. La partidocracia, a la cual han sujetado a los electores, les está pasando su respectiva factura y no es para menos, ya que en plena paralización económica se destinan miles de millones de pesos para que estas organizaciones sufraguen sus gastos y, además, se den el lujo de comprar votos, de derrochar recursos en el enriquecimiento, por todos vistos, de sus dirigentes y de los dueños de las franquicias en las que convierten sus siglas.

Llama la atención que en el caso del estudio “México, anatomía de la Corrupción”, sólo el 27 por ciento de la población se encuentra satisfecha con el desempeño de los políticos y que es, precisamente ese porcentaje, el que se considera saldrá a votar el próximo 7 de junio. Como si se tratara de un gran descubrimiento, señalan que la única explicación al rechazo, a la desconfianza existente entre los ciudadanos, misma que alcanza a las Cámaras legislativasfederal y locales- al 83 por ciento, es que los jugadores de la políticaseñalan que los nuevos, pero la contribución de los viejos es inocultable- han encontrado en la corrupción y la impunidad un modo de vida y que les resulta más rentable no llamar a cuentas a los adversarios si estos tampoco los llaman a cuentas a ellos.

Al “no sirven para nada”, con el que se calificaba a los legisladores, ahora se agrega el de la corrupción, la impunidad y la ambición que los lleva a la realización del coyotaje, de servirles la curul únicamente para enriquecerse con sus familiares y amigos, independientemente de convertir esa posición en un trampolín desde el cual saltan de una Cámara a otra o alcanzan las gubernaturas de sus entidades natales. Estos personajes son abanderados por los partidos políticos, 8 puntos arriba en el porcentaje de desprestigio. Es difícil desde este esquema que quienes tienen una reputación que cuidar y que se encuentran hartos de la clase de sujetos que convierten en candidatos a cargos de elección popular, decidan participar en una actividad tan desprestigiada como lo es la política.

Pero si a lo anterior le agregamos que el 80 por ciento no tiene confianza en el sistema judicial, se tiene enfrente toda una crisis no sólo institucional sino del sistema que basa su gobernabilidad en la participación de tres Poderes y, sin excepción, los mismos están inmersos entre dudas y rechazos. Para muchos estamos a punto de tocar fondo, tanto en lo económico como en la fase política. Sin embargo, otros advierten que aún es muy temprano para afirmar que estamos en esa posición, lo cual sería lo mejor para poder emerger con otras bases. Así, de nada sirven los miles de millones que se destinan a los partidos políticos, lo que nos cuesta el Poder Legislativo, lo correspondiente al Poder Judicial y en lo que se advierte en el Ejecutivo, la creación de “elefantes blancos” dizque para combatir la corrupción. Es éste un derroche que un país paralizado, como el nuestro, debería cancelar y de tajo.

La propuesta de que se cancelen las prerrogativas gubernamentales a los partidos políticos ha pasado a convertirse en exigencia. Que cada una de las organizaciones que se disputan el poder, los cargos públicos, busquen sus propias fuentes de financiamiento. Esa sería la mejor medida, ya que en lugar de regalar despensas para obtener votos tendrían que recurrir al convencimiento a un grado que llevara a los electores a darles, inclusive, apoyos económicos con la seguridad de que sus planes de gobierno o sus propuestas sobre iniciativas serán para el beneficio colectivo.

A lo anterior, habrá que agregarle en estos momentos la poca o nula credibilidad que acompaña al Instituto Nacional Electoral, debido a la forma en la que han pretendido “castigar” a partidos que han violado las leyes una y otra vez, como el caso del Verde Ecologista, al cual le han impuesto multas que una vez que sean impugnadas ante el Tribunal, verán porcentajes de descuento que, con las prerrogativas a recibir de acuerdo a la obtención de sufragios, les causarán mucha risa, tanta como la que provoca la penalización de no transmitir su propaganda durante 3 días anteriores al tiempo de “veda” de anuncios antes del 7 de junio.

Ambas, economía y política, corren de la mano de la recomposición de reglas para estos comicios. Nunca antes se pensó que a mitad de estas etapas se cambiaran reglas y ahora se ve con lo relacionado con los candidatos independientes y el ordenamiento surgido del INE a los Estados que han registrado a estos participantes. No se trata, y esto es notorio, de un desprestigio que se hubiese creado, los propios consejeros de ese Instituto se han empeñado, con su presidente, de sentar todas y cada una de las bases que se tienen para calificarlos no sólo en su desempeño sino como personas, teniendo como ejemplo al propio Lorenzo Córdova y sus expresiones insultantes a los indígenas.

PROFUNDIZARAN REFORMAS

Tanto el Banco Nacional de Comercio Exterior como Nacional Financiera consideraron que, ante el limitado crecimiento de la economía mexicana en el primer trimestre de este año, es necesario profundizar en las reformas estructurales, esperar mejoría en la economía de Estados Unidos y eliminar la desconfianza de los mexicanos. El director general de Bancomext, Enrique de la Madrid, insistió en que el país debe seguir profundizando en las reformas estructurales e, incluso, se deben hacer “cambios radicales” para modificar las habilidades de los mexicanos y que se empleen en actividades competitivas.

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