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“Alito”: historias de narcos
José Luis Campos Fizu Un cuento muy viejo dice que, si tiene cola de pato, alas de pato y hace cuac, cuac, es un pato; “Alito” Moreno Cárdenas, el candidato del PRI-PVEM, maneja trocas blindadas y es acompañado por guardaespaldas en camionetas blindadas y muy bien armados, como los narcos; organiza fiestas a las que llega en helicóptero, donde corre el licor como ríos, mujeres y drogas, como en las fiestas de narcos, y calza y viste como los narcos; y ahora, aseguran que ya hasta tiene “salvas” personales, para evitar que algún enemigo intente envenenarlo, como lo hacen algunos narcos; entonces ¿qué puede ser?, pues un narco, agregando el sufijo, político, “Alito” es un narco-político, como su padrino Manlio Fabio Beltrones “Don Beltrone”, y otros políticos campechanos que han sido señalados desde hace mucho como miembros de asociaciones del crimen organizado. Desde hace mucho tiempo, el narco está asentado en Campeche, con la complicidad de los gobernantes priístas; primero, para no meterse en problemas de violencia, y luego, ya con tendencia a compartir ganancias. Desde principios de la década de los ochentas, la región de Candelaria era señalada como lugar de siembra de enervantes y paso de traficantes a gran escala; luego la actividad se extendió por la región de Escárcega, y bien se recuerda que en el sexenio de Jorge Salomón Azar García, hubo un acontecimiento que llevó a Campeche a planos nacionales e internacionales, el avionazo o aterrizaje de una avioneta en el rancho “Siete Copas” propiedad de Tirso R. de la Gala Guerrero, prominente político, de gran influencia en ese tiempo. Después ha venido una serie, ya bastante grande de hechos “aislados” como suelen decir las autoridades, que exhiben la permanente presencia del narcotráfico en la entidad. Actualmente se encuentra en disputa una amplia región de los municipios de Hopelchén y Calakmul, esa región a la que Alejandro Moreno ha visitado en muchas ocasiones, y que ha sido asiento de narcotraficantes desde hace mucho, y no en vano, otro narcopolítico preso en Estados Unidos, Mario Villanueva Madrid, comenzó a disputar a Campeche, lucha que han continuado los grupos políticos de Quintana Roo, para tener ese espacio ideal para la actividad de los narcos, en el traslado de cocaína de Sudamérica con rumbo a los Estados Unidos, y los más interesados en conseguirlo es el grupo que encabeza Pedro Joaquín Coldwell y Joaquín Hendricks Díaz, ligados a muchos grupos. Unos pocos años atrás, con el abatimiento de Heriberto Lazcano “El Lazca”, se confirmó que un lugar de descanso era precisamente Campeche, específicamente el poblado de Imi, donde actualmente se asientan las lujosas residencias de políticos y empresarios. Corrió fuerte el rumor, incluso se supo de pruebas documentales y fotográficas, de reuniones de “El Lazca” con políticos campechanos de muy alto nivel, pero todo sin confirmar, quedando en calidad de rumor. Lo cierto es que la presencia de “El Lazca” en Campeche ha sido documentada, en tiempos en que “Alito” fungía en sus primeros encargos políticos, como regidor del Ayuntamiento de Campeche, siendo alcalde Jorge Carlos Hurtado Valdez. Con mucho cuidado, con absoluta discreción y protegiéndose por todos lados, hasta la presente fecha no ha pasado de algunas ejecuciones sumarias, extorsiones y secuestros, como fueron los casos de una sobrina de quien fuera secretario de Finanzas del Gobierno del Estado, Santiago Pérez Aguilar, o de uno de los hijos del prominente empresario champotonero Raúl Uribe Flores, la violencia criminal no ha sido masiva, pero siempre ha preocupado. Hoy, el temor entre los campechanos es mucho mayor, pues el avance del crimen organizado y el narcotráfico, es evidente, y la senadora Layda Sansores Sanromán, acusó directamente a Alejandro Moreno Cárdenas, como el personaje que abrirá las puertas a este flagelo social, y Alito no lo ha podido desmentir. Pero las pruebas en su contra, son contundentes. |
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