Por Esto!
Peña debe promulgar la Ley sobre su ausencia
Alvaro Cepeda Neri
Conjeturas
I.- Bien recibida por la Asociación Nacional de Autismo, A.C. y por pacientes y médicos, incluyendo centros para atender la “condición de espectro autista”, ha sido la Ley General Federal para buscar los medios que conduzcan a resolver ese problema que afecta desde la niñez; y quienes lo padecen son excluidos, lo cual les genera mayores males psicológicos. Pues se ha visto que técnica y médicamente pueden ingresar a las actividades educativas, laborales y familiares de la sociedad. Está muy claro que el sistema de salud: IMSS, ISSSTE y la secretaría de Salud, padecen autismo político y quién sabe si puedan y quieran cumplir con esta nueva obligación que requiere, en este momento de crisis económica, presupuesto para su puesta en práctica. Pero es el caso que también hay autismo político y éste no tiene remedio. Lo han padecido no pocos presidentes, como: De La Madrid, Salinas, Zedillo, Fox y Calderón, quienes estuvieron ausentes de sus obligaciones. Abandonaron sus funciones. Prefiriendo los viajes, huir. Y como Peña, se evaden, se alejan del cargo. Y por omisión y abusos, han devastado a la Nación.
Conjeturas
I.- Bien recibida por la Asociación Nacional de Autismo, A.C. y por pacientes y médicos, incluyendo centros para atender la “condición de espectro autista”, ha sido la Ley General Federal para buscar los medios que conduzcan a resolver ese problema que afecta desde la niñez; y quienes lo padecen son excluidos, lo cual les genera mayores males psicológicos. Pues se ha visto que técnica y médicamente pueden ingresar a las actividades educativas, laborales y familiares de la sociedad. Está muy claro que el sistema de salud: IMSS, ISSSTE y la secretaría de Salud, padecen autismo político y quién sabe si puedan y quieran cumplir con esta nueva obligación que requiere, en este momento de crisis económica, presupuesto para su puesta en práctica. Pero es el caso que también hay autismo político y éste no tiene remedio. Lo han padecido no pocos presidentes, como: De La Madrid, Salinas, Zedillo, Fox y Calderón, quienes estuvieron ausentes de sus obligaciones. Abandonaron sus funciones. Prefiriendo los viajes, huir. Y como Peña, se evaden, se alejan del cargo. Y por omisión y abusos, han devastado a la Nación.
II.- El autismo de los funcionarios, como es el caso peñista, es más grave que la enfermedad, ya que intencionalmente se hacen tarugos para eludir el cumplimiento de sus obligaciones, mientras roban y reciben sobornos de los empresarios que benefician. Salinas describió mejor su autismo cuando dijo a la oposición: “ni los veo ni los oigo”. Como ahora Peña, quien padece un retraso mental incurable y por eso le dijeron que “no entiende que no entiende”, y no advierte el peligro que Gobierno-Sociedad-Estado llevan por su mala política. Luego entonces debe renunciar, como se lo han planteado, para dar lugar a un político capaz de atender los problemas nacionales; pues Peña está ausente. Sigue en sus actos a puerta cerrada, porque sabe que el pueblo está en su contra por los severos daños que ha causado al país. Y debe irse porque su autismo político lo mantiene ausente de sus obligaciones, y a la Nerón pulsa su arpa mientras el incendio ya empezó.
III.- Ese autismo peñista ha hecho que el país se hunda y el crecimiento económico se reduzca cada día. Por lo cual con Peña debe proceder la última frase del juramento: “Que la Nación me lo demande”. Tiene que irse del cargo para dar oportunidad a un po-lí-ti-co que ponga en práctica un salvamento al estilo de los griegos, para impulsar el empleo, aumentar los salarios y abatir la pobreza e inseguridad, si es que queremos sobrevivir al desastre. Los peñistas tienen sus respectivas obligaciones paralizadas, y Peña, que es el autista número uno, parece estar ajeno a lo que pasa en el país. La dramática realidad es que no hay crecimiento económico debido a su incapacidad política y económica. Y sólo las remesas han mantenido a flote a millones de mexicanos, mientras los servicios de salud y las escuelas públicas no pueden atender la demanda de la sociedad; y los jóvenes, desesperados, sólo pueden delinquir o sobrevivir en la miseria. En suma, el autismo del peñismo nos lleva al despeñadero.
cepedaneri@prodigy.net.mx
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