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Querétaro: lo que dicen los datos
Julián Andrade
El último corte de índices delictivos, de enero a abril de 2015, dado a conocer por el Secretariado del Sistema Nacional de Seguridad Pública, por desgracia confirma las tendencias, poco halagüeñas, en Querétaro y en particular en su capital (http://www.razon.com.mx/spip.php?pa...).
Hay que recordar que estos datos responden a las averiguaciones de las procuradurías, son datos duros.
Querétaro presenta un alto número de delitos por cada 100 mil habitantes (585), superando la media nacional, que es de 407.
Además la tasa delictiva es creciente en 3.8 por ciento, lo que contrasta con la tendencia a la baja de la mayoría de las entidades en el país. Por ejemplo, San Luis Potosí, Colima, Sinaloa y Michoacán reportan caídas de 42, 38, 26 y 23 por ciento, respectivamente.
La incidencia en Querétaro está por arriba de la de Coahuila, Guanajuato, Tamaulipas, Jalisco y Guerrero.
Las entidades con reportes mayores son Baja California y Baja California Sur, con 955 y 922 delitos por cada 100 mil habitantes.
Lo importante, sin embargo, es que en esos estados norteños de todas formas hay una tendencia de disminución de conductas delictivas.
¿Pero en Querétaro qué está ocurriendo? Son múltiples los factores. Me detengo en algunos de ellos que pueden dar pistas, entendiendo que ninguna variable es definitiva. Por ejemplo, el consumo de alcohol en el Estado es más elevado que a nivel nacional.
En la ciudad de Querétaro hay 160 pandillas, la mayoría de ellas en Epigmenio González. Esto representa un reto mayúsculo, ya que puede significar, si no es atendido del modo adecuado, niveles elevados de violencia.
Las pandillas suelen responder a estímulos de fuerza y violencia distintos, inclusive a las organizaciones criminales.
Es un error pensar que todos los pandilleros terminarán mal, pero las probabilidades son mayores.
A ello hay que sumar que la deserción escolar, de acuerdo con reportes de 2012-2013 es de 7.5% en secundaria y 15% en preparatoria.
La participación de la sociedad es poca. En la Encuesta Nacional sobre Cultura Política se revela que el 88% de los queretanos nunca ha colaborado en organizaciones ciudadanas.
Querétaro es un estado próspero y ello también se convirtió en un polo de atracción para las bandas delictivas que actuaban en Michoacán.
Son señales de alarma, en efecto, pero lo que procede es aumentar las acciones que ya se realizan y reforzar lo que se tenga que reforzar.
Insisto: se trata de hacerse cargo de las cosas, para que no ocurra lo que nadie quiere.
julian.andrade@razon.com.mx
Twitter: @jandradej
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