Por Esto!
Vamos requetebién
Laura Bolaños Cadena
Cada año un número creciente de jóvenes queda fuera de la educación media superior en los planteles oficiales. Pero no les va muy bien a los que logran entrar. Según la evaluación internacional, nuestros egresados de bachillerato no alcanzan los niveles básicos de conocimientos para su desempeño posterior en el trabajo. La evaluación nacional también revela que los jóvenes estudiantes de las preparatorias oficiales tienen una preparación inferior a los egresados de las preparatorias privadas.
Esto no viene de la docena trágica panista, pues si era lógico que empeorara en ese lapso, cuando llegó a la cumbre el reinado de “la maestra”, no debemos olvidar que fue Salinas de Gortari, o sea el PRI, quien la impuso en la dirigencia del SNTE. Este sindicato corrupto ha sido pieza clave para el gobierno desde sexenios anteriores. Si le dieron el papirotazo a la líder fue por haber querido salírsele del guacal a Peña Nieto, quien al quitarla dejó en su lugar al cómplice principal de las pillerías de la susodicha. Hoy el SNTE sigue siendo modelo de corrupción e ineficiencia, pero también de docilidad.
La educación oficial fue durante mucho tiempo superior a la privada. Empezó a decaer desde el sexenio de Echeverría y desde entonces no ha parado el descenso.
La desigualdad siempre ha existido
Nunca hemos estado peor en seguridad
Los terribles años de la guerra sucia no afectaron a un número tan grande de gente; y si ahí comenzaron las desapariciones, se incrementaron la tortura y el asesinato de opositores, no padecíamos todavía a la delincuencia organizada incrustada en el aparato de gobierno. No se daba el caso de municipios, ciudades y regiones enteras en poder de los criminales. Las mujeres siempre han sido víctimas de la violencia, pero no como en estos años con el fenómeno atroz del feminicidio y el secuestro de muchachas y menores para la explotación sexual.
Por fin, a raíz del caso de Ayotzinapa, las desapariciones sacuden la conciencia nacional y estremecen al mundo con la realidad mexicana. Hoy la gente se da cuenta del dolor de las familias afectadas por este delito de lesa humanidad. Poca atención habían merecido los grupos de madres que, sobre todo en el Norte de la república, clamaban por sus hijas desaparecidas.
Estos son sólo los peores de nuestros males.
¿Qué ha pasado en México? ¿Cómo hemos llegado a semejante desastre?
Calmaditos, no pasa nada
No hay que ser pesimistas, no todo está mal, no exageremos. Hay a quienes les está yendo muy bien, demasiado bien. México se mueve, transitamos por un camino exitoso. Vean si no. Desde Miguel de la Madrid nuestra economía empezó a integrarse con los países más ricos y poderosos del mundo -léase Estados Unidos- como nunca antes, sobre todo a partir del Tratado de Libre Comercio con América del Norte -léase Estados Unidos otra vez-. Como bien dijo Carlos Salinas: o nos aliábamos con los ricos o nos aliábamos con los pobres. Es lógico, ¿o no? Y siguiendo las sabias indicaciones de nuestros socios, que por algo son tan exitosos, comenzamos desde adentro la alianza con los ricos. Los pobres que se jodan, como dijo en un arranque de sinceridad una individua, sujeta o tipa que ocupa alto puesto en el gobierno español de Mariano Rajoy.
Avanzamos
La integración con las potencias del Norte -más bien con la, en singular- sigue adelante. Pronto conformaremos un solo bloque en todos los terrenos. Los productos fabricados en cualquiera de los países de la amplia región, llevarán la marca de la nueva unidad territorial, por ejemplo, las piezas de automóvil producidas aquí, ya no dirán “Hecho en México”, sino “Hecho en América del Norte”. No es una elucubración, lo escuché casualmente en un noticiero radiofónico donde, con mucho gusto, lo daban por un hecho. No parece algo alejado de la realidad. Y como tal “América del Norte” iremos adonde ordene el socio mayor.
¿Qué más da que la educación de los pobres sea pésima, que estemos más pobres y sigamos mal en seguridad? A los ricos les está yendo muy bien, mejor que nunca.
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