jueves, 12 de marzo de 2015

Quién ayudo a Eduardo a llegar a la Corte?

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Medina Mora: ¿A quién se le debe ese favor?

Si el Presidente Enrique Peña Nieto viaja hasta Londres para reconocer que el país está sufriendo una crisis de incredulidad y desconfianza, es porque sabe lo que está pasando en las calles y en las plazas del país, ytiene conocimiento del nivel histórico de rechazo social que ha generado su administración.

El 2 de marzo pasado, por primera vez en sus trompicados 27 meses de gobierno, el Jefe del Ejecutivo federal habló de esa crisisampliamente difundida incluso por los medios de comunicación más prestigiados del mundo–. En una entrevista con el diario Financial Times, con motivo de su visita a Gran Bretaña, Peña Nieto reconoció ante la periodista Jude Weber que México está plagado de “incredulidad y desconfianza”.

Hoy hay sin duda, una sensación de incredulidad y desconfianza [...] ha habido una pérdida de confianza y esto se ha demostrado en la sospecha y la duda”, expuso, y encima agregó: “Les puedo decir que entendemos”.

Entonces: ¿Por qué proponer a un funcionario como Eduardo Tomás Medina Mora Icazaun hombre que tiene una larga cola que le pisencomo Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), a contrapelo con su propio diagnóstico de lo que sucede en el país y de lo que planteó en un medio tan influyente como el Financial Times? ¿Por qué armar un “operativo” desde el Senado de la República para su aprobación, lo que compromete también la imagen de su partido, el Revolucionario Institucional (PRI)? Y, ¿por qué seguir abonando a la incredulidad y la desconfianza que el mismo Presidente ha reconocido, enfrentándose nuevamente a la sociedad civil y a la opinión pública que muy a tiempo, y con pruebas en la mano, le exigieron no dar ese paso?

En ninguno de los puestos que Medina Mora ha desarrollado, desde que en 2000, con el arribo del gobierno de la alternancia encabezado por Vicente Fox Quesada, se convirtió en Director del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), el funcionario ha dejado buenas cuentas y , en cambio, una secuela de opacidad.

En 2005, el entonces Presidente Fox Quesada lo nombró en Secretario de Seguridad Pública federal y luego, tras la llegada de Felipe Calderón Hinojosa, asumió el cargo de titular de la Procuraduría General de la República (PGR), entre diciembre de 2006 y septiembre de 2009.

Analistas políticos recuerdan que el funcionario salió por la puerta de atrás del gabinete de Calderón Hinojosa, ante su enfrentamiento directo con Genaro García Luna y repudiado incluso por los calderonistas por negarse a investigar a gobernadores priístas, antes de las elecciones de 2009. Con García Luna, dicen, reparó las heridas y ya como Embajador de México en Londresentre 2009 y 2013 tuvo tiempo incluso para acercarse, trabar amistad e incluso asesorar en algunos asuntos al entonces candidato del PRI a la Presidencia, Enrique Peña Nieto.

En febrero de 2013, Medina Mora quedó al frente de la Embajada de México en Washington, DC. Para el politólogo José Antonio Crespo, también académico del Centro de Investigación y Docencias Económicas (CIDE) su nombramiento respondió a la deuda de favores y cercanía del diplomático con Peña Nieto.

La imposición de Eduardo Medina Mora, como uno de los ministros de la SCJN, es interpretada, además, como una movida del Presidente y el priísmo para impedir que cualquier acusación contra su gobierno, su gabinete o incluso miembros distinguidos del tricolorque lo hay y muchospuedan ser acusados de corrupción, conflictos de interés, robo a las arcas públicas y cualquier otro crimen.

De acuerdo con la denuncia y la petición de organizaciones civiles y miles de ciudadanos en Change.org, Eduardo Medina Mora es el mismo que como titular de la PGR “fue responsable” de la violación de los derechos humanos de Jacinta, Teresa y Alberta, tres mujeres indígenas otomíes encarceladas por supuestamente haber secuestrado a seis agentes de la AFI. También “fue el responsable” del “michoacanazo, operativo por el que fueron detenidos durante el sexenio calderonista 38 funcionarios públicos en Michoacán, casi todos de partidos políticos distintos al del entonces Presidente de la República, unas semanas antes de las elecciones federales, y tras meses de encarcelamiento todos los detenidos fueron liberados por falta de pruebas.

Además, Medina Mora impugnó la legal interrupción del embarazo en el Distrito Federal en las primeras 12 semanas, a pesar del avance que ha significado en materia de derechos humanos. “Él dice que sus motivos fueron jurídicas, no morales. Sin embargo, 8 de 11 Ministros de la Corte consideraron que no tenía argumentos jurídicos para impugnar la norma aprobada por el congreso local”, dice la petición en ese sitio de la Internet.

Entonces, luego de toda esta controversia, ¿para qué imponer a un funcionario que tiene toda la cola que le pisen?, ¿para qué imponer esa larga cola que no te pertenece, que es además la cola de la guerra del ex Presidente Calderón Hinojosa?

¿De qué sirve, entonces, tener un diagnóstico certero sobre lo que pasa en el país, reconocerlo, aceptarlo, entenderlo, cuando no se está dispuesto a tomar la medicina?

Todo esto deja una gran duda y si es todo el embrollo en el que está metido el país ha sido un riesgo medido. Qué significa: que se han tomado riesgos en seguridad, en transparencia, en corrupción, en viabilidad política… Pero aunque la razón dice que con esta decisión se ahondará el problema de incredulidad y desconfianza, ¿por qué tanta voluntad de imponer a Medina Mora?, ¿a quién entonces se le debe el favor de Eduardo Medina Mora?

Algunos dicen que a un ex Presidente. Pero no, no se equivoquen: no es Felipe Calderón, sino a Carlos Salinas de Gortari
(SINEMBARGO.MX)

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