lunes, 16 de marzo de 2015

Muy clara la censura contra Aristegui

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Homozapping

Aristegui y MVS, la escalada de agresión 
(Primera Parte)
Jenaro Villamil 
Reportaje publicado originalmente en la edición 2002 de Proceso 

A unos cuantos días que Eduardo Sánchez, ex abogado general de Grupo MVS, asumiera las funciones de vocero y director general de Comunicación Social de la Presidencia de la República, la empresa de Joaquín Vargas inició una escalada en contra de Carmen Aristegui y su equipo de investigación que reveló el escándalo de la Casa Blanca del primer mandatario Enrique Peña Nieto y su esposa Angélica Rivera.

El acoso inició como una reacción airada de la empresa contra la presentación de la nueva plataforma digital Mexicoleaks. En desplegados a página entera en la mayoría de los periódicos capitalinos y a través de spots en sus propios espacios informativos, Grupo MVS afirmó el 11 de marzo que no forma parte de Mexicoleaks y calificó “no sólo como un agravio y una ofensa, sino un engaño a la sociedad” el uso de su marca.

El 12 de marzo aparecieron otros desplegados y otros spots de Grupo MVS donde corrigen su posición original: “La plataforma Mexicoleaks no es el problema”, afirmaron. El conflicto fue porque “algunos de nuestros colaboradores comprometan y dispongan de recursos y marcas de la empresa para realizar alianzas, sin conocimiento y la autorización de la administración, es inaceptable”.

“El problema, obedece y se limita a la disposición indebida de recursos, marcas y facultades de la empresa”, afirmó Grupo MVS. El texto no mencionaba a Aristegui ni a sus colaboradores, pero la alusión era muy clara.

En menos de 48 horas, MVS decidió despedir al mediodía del 12 de marzo a los reporteros Daniel Lizárraga e Irving Huerta, ambos de la unidad de investigaciones especiales del equipo de Carmen Aristegui, argumentando “pérdida de confianza” y “el uso indebido de nuestros recursos humanos tecnológicos y materiales”.

Aristegui no fue notificada ni consultada antes sobre los desplegados ni sobre el despido de los dos periodistas que realizaron el trabajo de investigación en torno al escándalo de la Casa Blanca, revelado en noviembre de 2014, y otros asuntos importantes como el seguimiento de la matanza de Tlatlaya y el caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

Desde su cabina radiofónica, Aristegui respondió primero con extrañeza ante la hostilidad de MVS. Ningún encuentro entre Joaquín Vargas y ella se produjo en ese contexto. La conductora consideró el 12 de marzo que el caso Mexileaks era un “conflicto artificial” para forzar una ruptura o una salida del espacio noticioso.

El ombudsman de MVS, Gabriel Sosa Plata, emitió un posicionamiento público de diez puntos en el que consideró que “ se debió solicitar autorización” de los directivos del grupo para el acuerdo con Mexileaks, pero criticó la campaña mediática como “un mecanismo de presión inédito de una empresa hacia algunos de sus propios periodistas y conductores que podría afectar su desempeño periodístico”.

Sosa Plata exhortó a directivos de MVS Radio y al equipo de Aristegui a “retomar el diálogo, evitar las descalificaciones y dar solución pronta al uso de la marca y el establecimiento de alianzas estratégicas”.

El tono de la respuesta de Aristegui cambió el viernes 13 de marzo en su emisión radiofónica. Tras conocerse la salida de Lizárraga y Huerta, la periodista rechazó “categóricamente” el despido de sus colaboradores. Hizo un llamado a MVS para que “los reinstale voluntariamente” y advirtió: “todo parece indicar que hay una clara intención para que esto se convierta en un conflicto interno, de manera artificial, y con unas preguntas sin contestar”.

Aristegui subrayó que este despido “contraviene seriamente el acuerdo fundamental, de carácter contractual, entre MVS y yo”, haciendo alusión al contrato de autonomía e independencia editorial que firmó desde 2009 con la empresa.

No es tiempo de sometimientos, no es tiempo de aceptar regresiones…No tenemos derecho a aceptarlo que parece ser ya no un aroma sino un vendaval autoritario, de regresiones en el mapa nacional con capítulos que aquí hemos abordado muy ampliamente como lo que acaba de pasar en la Suprema Corte”, sentenció Aristegui, en relación a las críticas por la elección de Eduardo Medina Mora como ministro de la corte, ampliamente abordada en ese espacio informativo.

En ese momento, el acoso a Aristegui y a sus colaboradores ya era tema de interés en los medios internacionales y en las redes sociales. En menos de dos días, se juntaron más de 135 mil firmas en la plataforma Change.org con la frase #EnDefensaDeAristegui. En Twitter más de 250 mil menciones a este hashtag lo convirtieron en Trending Topic. The Washington Post, The Wall Street Journal, Telesur y agencias internacionales mencionaron el caso como un diferendo por la plataforma Mexileaks y destacaron que MVS despedía al equipo que dio a conocer el escándalo de la Casa Blanca.

“Lógica mexicana: descubrimos conflictos de intereses en la compra de tres casas. ¿A quiénes despiden en México? A quienes lo descubrieron”, escribió el periodista de Univisión, Jorge Ramos, en su cuenta de Twitter.

El jueves 12 en la tarde decenas de jóvenes y activistas protestaron con chayotes frente a las instalaciones de Grupo MVS. “Es censura”, escribieron en la calle reclamando la reinstalación de los reporteros despedidos. Frente a los manifestantes estuvo Javier Tejado Dondé, vicepresidente de asuntos informativos de Televisa. El mismo personaje que encabezó la campaña para sacar a Carmen Aristegui de WRadio, en enero de 2008 (ver Proceso No. 1627).

(Continúa mañana)

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