Homozapping
Se polariza el conflicto en Venezuela
Autor Invitado
Héctor Tenorio
Rusia está logrando formar en Latinoamérica una asociación estratégica a través de la cooperación militar, venta de armamento, tratados comerciales e incluso la participación en la lucha contra el narcotráfico. Preocupado, Washington reaccionó, calificando a Venezuela como una “amenaza” para su seguridad. Esto implica el bloqueo de bienes que pudieran tener en EE UU siete funcionarios venezolanos, que fueron acusados de violar derechos humanos durante las protestas antigubernamentales que iniciaron en febrero del 2014 y que dejaron un saldo de 43 muertos entre activistas de la oposición y del oficialismo. Con está decisión, veta la posibilidad de que eventualmente ascienda al poder el militar Diosdado Cabello, a quien lo han vinculado al narcotráfico.
Este aumento de la tensión entre ambos países es el último episodio de unas difíciles relaciones marcadas por diversas fases de altibajos desde que, a finales de 2010, retirarán a sus respectivos embajadores. La diferencia es que este desencuentro podría desembocar en un conflicto bélico. ¿Veremos una nueva versión de la crisis de los misiles con otros actores?
Por lo pronto el ministerio ruso de Exteriores ve con preocupación la situación y Cuba cerró filas con su aliado. De igual forma el arzobispo de Caracas, cardenal Jorge Urosa Savino, consideró inaceptable las declaraciones de Estados Unidos.
En contra partida, el presidente español Mariano Rajoy instó al gobierno de Maduro a que deje de reprimir a la oposición democrática, y revoque la resolución que permite a las fuerzas de seguridad el uso de la fuerza potencialmente mortal. El mandatario condenó la muerte por impacto de bala del adolescente Kluviert Roa y demando poner fin a la censura de los medios de comunicación. La derecha franquista se esta vengado porque hay vínculos de los últimos años entre la formación política española Podemos y el gobierno venezolano.
Sin duda el presidente Nicolás Maduro enfrenta a una oposición que ha elegido la calle como un escenario de enfrentamiento. A lo que se le suma la llamada “guerra económica” que no es otra cosa que la presión de quienes se privilegiaron de 1959 a 1999. Para colmo, los bajos precios del petróleo complican el panorama de la actual administración. Ante tal coyuntura, el mandatario pretende consolidar su poder a través del nacionalismo: 80 mil militares y 20 mil civiles iniciaron ejercicios militares el pasado 14 de marzo y concluirán el 24 de presente mes. A esto se añade que la Asamblea Nacional le otorgó poderes legislativos especiales; hasta el 31 de diciembre, podrá gobernar por medio de decretos. Pretende juntar diez millones de firmas con la intención de solicitar al presidente Barack Obama que derogue la ley que amenaza con una agresión militar a su nación.
En este escenario, en diciembre se desarrollará un proceso electoral para definir la conformación de la Asamblea Nacional que actualmente es controlada por el oficialismo. Representantes de los 25 partidos de oposición y movimientos que integran la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) alcanzaron un acuerdo para dar continuidad a su plataforma y permanecer unidos de cara a las elecciones legislativas de 2015.
Las últimas derrotas en las elecciones presidenciales, en abril del año pasado, y las municipales, en diciembre, dejaron al descubierto al menos dos visiones bien distintas sobre cómo seguir adelante: el ala radical está encabezada por el partido opositor Voluntad Popular (VP), de Leopoldo López, (detenido) y la ex diputada María Corina Machado, que llamó a protestar en la calle exigiendo la renuncia del presidente Nicolás Maduro.
Mientras que los moderados están representados por el excandidato presidencial Henrique Capriles, quien ha expresado su preocupación en el sentido que los poderes especiales se han utilizado para violentar los derechos civiles.
Lo que suceda en Venezuela repercutirá en el resto del continente. La verdadera revolución apenas está iniciando.
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