Por Esto!
Raterocracia “política”
María Teresa Jardí
En la narcodictadura mexicana, la raterocracia “política” se deshace de Carmen Aristegui y a prepararse los pocos que quedan con honorabilidad y decencia. En el país de los corruptos si no te corrompes sobras.
El nombramiento de un policía como ministro de la Corte debe ser —y será en el futuro— documentado como el momento en el que un puñado de sinvergüenzas se alzaron como dueños de los tres poderes que antaño le dieron vida a una república, la mexicana, hoy enterrada al lado del Estado y de la soberanía política. Al lado de cientos de miles de ejecutados extrajudicialmente mientras aumentan todos los días las desapariciones forzadas y la tortura ya se sabe que es regla. El miedo extendiendo sus alas fantasmales susurrando: o te callas o te mueres.
La orfandad es ya casi absoluta. Trabajo de todos es cuidar hoy a POR ESTO!, que en unos días cumple un año más de una larga e intensa vida, como recordaron en la Filey, los que hicieron un repaso de la vida de Mario Renato Menéndez Rodríguez, de los pocos hombres con mayúscula que quedan en un país de malditos traidores y de mediocres que tienen miedo a perder la limosna que les tiran los que se quieren alzar en amos de un pueblo al que ya lo único que le queda por perder es el derecho a decidir en lo que puede pensar, creer y saber. Un pueblo que todo tiene que ganar si se enfrenta a lo que ya no es posible ocultar.
Lo de Carmen no está acabado. MVS es nada sin ella y los Vargas aún son menos que nada. La censura viene de la Gobernación del peñismo, que tampoco manda. Le cumplen su deseo de venganza a Peña, quienes también lo desprecian, porque los exhibe como lo que son: mierda. Mierda no en sentido que se da a la palabra desde Grecia y desde Plauto en Roma como deseo de abundancia en el sentido de mucha asistencia.
Mierda de la que abrevan las ratas en las alcantarillas donde se esconden los censores de las gobernaciones en las dictaduras. Y que no se engañe nadie. México no es una dictadura a secas como eran las de antaño con los milicos como cabeza.
México es el experimento del imperio yanqui de imposición de una narcodictadura con nuevas características, sin dejar de llevar como componentes los mismos de las anteriores dictaduras, impuestas también en el pasado con la aprobación de traidores de la misma calaña mostrada aquí por los corruptos y corruptores ladrones que se han llaman a sí mismos neoliberales.
Una narcodictadura con cabezas más serviciales, que a la vez son amos, como poderes de facto, de los elegidos para ser convertidos en productos televisivos comprados con grandes y blancas residencias, que en un futuro, posible, cuando los Higa sean impensables y también los policías convertidos en ministros, se alzarán como casas de cultura.
Cuando los traidores sean juzgados, que lo serán —que no lo duden ni Zedillo ni Fox, ni Calderón—, de manera impecable, recibiendo el castigo que merecen, en particular Carlos Salinas y Enrique Peña, de manera implacable, haciendo justicia al pueblo mexicano.
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