¡¡Exijamos lo Imposible!!
Proceso
2013, la sombra de ‘Monexgate’
MÉXICO, D.F. (apro).- El Instituto Federal Electoral (IFE) se
apresura a destruir la documentación de “los votos válidos, nulos y las
boletas sobrantes” de la elección de 2012 y, gracias a la cual, más una
serie de operaciones “encubiertas” de ese órgano, el país tiene al
priista Enrique Peña Nieto como presidente de México.
Llama la
atención la destrucción, pues a un año y medio de la elección
presidencial el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación
(TEPJF) no ha podido dar el fallo último sobre el caso Monex, huella
indeleble de la elección de Peña Nieto.
Hace casi un año, el 23 de
enero de 2013, el IFE sorprendió a algunos consejeros electorales y a
la oposición al PRI, cuando presentó un dictamen sobre el famoso caso
Monex y en donde exoneró a Peña Nieto de cualquier movimiento turbio o
triangulación de recursos hacia su campaña presidencial.
A pesar
de que la Unidad de Fiscalización detectó dinero irregular, aportaciones
prohibidas, participación de cinco bancos, ya no sólo Monex, y la
intervención de varias personas físicas, el IFE consideró los
movimientos “atípicos” y no ilegales, por lo que no sancionó al PRI y su
aliado, el PVEM.
Ya sabemos que Peña Nieto jamás recibiría
castigo alguno por el uso ilegal de recursos en su campaña, pues el
actual Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (
Cofipe) no fija culpa ni sanción ni remoción del cargo a quien utilice
el dinero que sí está prohibido.
A casi un año de distancia, el
tema adquiere hoy relevancia, pues dos de aquellos nombres que el IFE
detectó como quienes depositaban millonarios recursos a banco Monex, que
después se traducirían en “monederos Monex” y se utilizarían durante la
campaña presidencial de Peña Nieto, figuran en una investigación que la
Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) del Sistema de Administración
Tributaria (SAT) detectó a esos mismos personajes como parte de una red
de “lavado de dinero”.
Se trata de Raúl Álvarez Longoria y Ricardo
Mauro Calzada Cisneros, los mismos personajes que el IFE detectó
realizando movimientos “atípicos”.
La instancia encargada de
detectar lavado de dinero los incluyó a ambos en una investigación que
alcanzó los niveles de la Subprocuraduría Especializada en Investigación
de Delincuencia Organizada (SEIDO), y de ahí pasó a la Subprocuraduría
de Delitos Federales de la PGR.
Dicen que no hay delito perfecto. Y
en este caso, aunque están abiertas las indagaciones de la UIF y de la
SEIDO, ello ocurrió en el 2012, cuando aún estaba en el gobierno el
panista Felipe Calderón, así es que el PRI-gobierno y la PGR de Peña
Nieto, de la cual dependen tanto la SEIDO como la Subprocuraduría de
Delitos Federales, podrán decir hoy que no existen y así desaparecer las
evidencias.
Sin embargo, en la trama de ocultamiento que realizó
el IFE cometió un error: sacó a la luz nombres de personas y empresas
involucradas que hasta ese 23 de enero de 2013 no figuraban en las
diversas investigaciones periodísticas.
Los nuevos elementos
obligan al TEPJF a retrasar su fallo, revisar el voluminoso expediente
que tiene en sus manos, pues si ya en octubre pasado se puso a Bancomer
como otro de los bancos mediante los cuales se utilizaron “monederos
electrónicos” para la triangulación ilegal de recursos de la campaña de
Peña Nieto, hoy el surgimiento de tales nombres debe llevar al Tribunal a
no tratar de darle carpetazo a asunto. Por dignidad debieran seguir
investigando.
Un presidente de la República que llega mediante la
ilegalidad no puede menos que tener actos ilegales e imposiciones. Para
ejemplo basta volver la vista atrás y pensar un poco en Calderón
Hinojosa quien, como Peña Nieto, acudió al TEPJF por la puerta de atrás
para recibir su constancia de mayoría que lo acreditaba como presidente
de México.
Existe la certeza de que poco o nada se hará para llegar a las venas del Monexgate
de Peña Nieto, sobre todo cuando el representante legal del PRI en la
campaña, el que rechazó frente a los medios de comunicación la
existencia de las tarjetas Monex, es hoy el procurador general de la
República, la entidad en donde radican los expedientes por lavado de
dinero que involucran a los mismos que participaron en la triangulación
del dinero sucio de Peña Nieto.
No obstante, lo que la autoridad
trata de negar y lo que el mismo Peña Nieto trata de olvidar, algunos
medios insistirán en revelar… al tiempo.
Comentarios: mjcervantes@proceso.com.mx
Twitter: @jesusaproceso
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