martes, 24 de diciembre de 2013

'Valentía' de EsPurioN?...eso es ¡cobardía!

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
La tolerancia tiene límites
Guillermo Fabela Quiñones

Sobre aviso no hay engaño: “la tolerancia tiene límites”. Así amenazó el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, en la ceremonia conmemorativa del 198 aniversario luctuoso del prócer de la Independencia, José María Morelos y Pavón. Tales palabras encierran la frustración de una camarilla gobernante que se topó con una oposición inesperada a sus designios depredadores. Se equivocaron al calcular que la mayoría de la sociedad, tan manipulada por la televisión y la radio y tan conformista luego de varios siglos de enajenación ideológica, estaba lista para aceptar sin chistar un golpe al corazón de la patria como el que acaban de dar.

En efecto, la tolerancia tiene límites. Así lo han demostrado los integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), hartos de tanto abuso a sus garantías individuales, a su condición de profesionales de una labor fundamental para la sociedad a quienes jamás se toma en cuenta, a su pérdida constante de nivel de vida y de posibilidades de mejoramiento social. Aun cuando hay todavía quienes se dejan embaucar con el “argumento” de que se trata de simples agitadores, lo cierto es que cada día hay más comprensión en el país sobre los alcances de la lucha del magisterio disidente, contrario a la simulación criminal que existe en la política educativa oficial.

La tolerancia del pueblo tiene límites, es lo que debería preocupar al grupo en el poder, luego de varias décadas de abusos interminables, no estar planeando cómo seguir humillando a las clases más desfavorecidas, que ya son la inmensa mayoría. Sin embargo, eso no está contemplado en su “proyecto” de gobierno, en cuanto que este sexenio es el de la consolidación del modelo fascista iniciado hace treinta años, a fin de facilitar la anexión del país a los intereses estratégicos de Estados Unidos, y de paso beneficiar a la oligarquía en su calidad de “socios” de los inversionistas extranjeros.

El titular de Gobernación se mostraba realmente indignado al hacer su inquietante amenaza, demostrativa del enojo del grupo en el poder, al darse cuenta de la oposición de amplias fuerzas políticas a su política entreguista. Con todo, más preocupado debería estar por las consecuencias del modelo seguido hace tres décadas a instancias de intereses extranjeros, pues en ese lapso se consiguió revertir todo lo ganado en más de cinco décadas luego de la expropiación petrolera, el acto emancipador que nos permitió a los mexicanos colocarnos a la vanguardia en América Latina. Hoy, estamos en el vagón de cola del tren latinoamericano, con las menores tasas de crecimiento en la región y los salarios mínimos más bajos.

Aun así, Osorio Chong no tiene empacho alguno en amenazar a quienes osan alzar la voz para clamar mejores salarios, a quienes insisten en defender la razón histórica del pueblo mexicano al oponerse a designios opresivos. Y pone, como ejemplo de “valentía”, la extrema muestra de debilidad de Enrique Peña Nieto ante las presiones de la Casa Blanca para entregar nuestros recursos energéticos. Un acto valeroso hubiera sido oponerse con firmeza a las ambiciones desaforadas de la súper potencia, como en su tiempo lo hizo el generalísimo Morelos al enfrentar con plenas convicciones y desinterés al imperio español.

Porque, finalmente, lo que reclama el pueblo es nada más y nada menos que la justicia a la que tiene legítimo derecho, no está pidiendo nada fuera del marco constitucional, como lo hace la oligarquía en servil actitud frente a sus “socios” extranjeros. Un acto de valentía hubiera sido que Peña Nieto enfrentara, junto al pueblo, los embates reaccionarios de la minoría privilegiada tendientes a fortalecer tan sólo privilegios indebidos, como así ha venido sucediendo desde hace muchos años, a partir de que finalizó la Segunda Guerra Mundial y Estados Unidos emergió como la principal potencia del planeta.

Lo que está haciendo la actual “administración”, no es más que proseguir un proceso entreguista que se aceleró gravemente con el golpe de Estado que dio la tecnocracia al servicio de Washington en 1982. Por eso el PRI compró literalmente la Presidencia para Peña Nieto, gracias no sólo a su discrecional manejo de recursos en la campaña, sino a los resultados negativos para la sociedad que ha tenido la despolitización y deseducación de las masas, sólo vistos en regímenes autoritarios.

(guillermo.favela@hotmail.com

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