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Por Esto!
¿Otra Revolución se está gestando en el Occidente de México?
Jorge Canto Alcocer
El tiempo actual es de agravios y dolor para la Patria. No sólo ha sido
el despojo petrolero, la cancelación final de la Revolución Mexicana,
maquinada por el PRI de Peña y los traidores de la derecha. Entre los
agravios está también la escalada represiva del gobierno federal contra
los movimientos populares, la desatada inflación de los precios de los
productos básicos y los aumentos a los servicios públicos, especialmente
al del transporte, que se han generalizado en el país este mes de
diciembre. Entre los dolores está la terrible indiferencia que se ha
apoderado de la mayoría de nuestros conciudadanos, abrumados por las
miserias cotidianas y mareados por la publicidad mediática; la ausencia
de luchadores sociales, como Mario Menéndez Cámara; los tropiezos de
salud de Andrés Manuel, el eminente líder nacional de la resistencia
contra los gobiernos neoliberales.
Pero, justo ahora que se cumplen veinte años del levantamiento del EZLN
en las selvas mayas de Chiapas, noticias desconcertantes y aparentemente
contradictorias, originadas en el Occidente de México, podrían estar
apuntando a nuevas respuestas populares ante lo que para algunos
comienza a representar, con la figura de un Peña arropado por campañas
mediáticas y el fortalecimiento de las fuerzas represivas, el
restablecimiento de la “dictadura perfecta”.
Las noticias procedentes de Michoacán no son en principio positivas ni
alentadoras. Confirman que ese Estado continúa viviendo en un espantoso
infierno de violencia, en el que grupos delictivos y cuerpos públicos
represores se matan entre sí, dejando al ciudadano de a pie en la casi
absoluta indefensión. Los recientes asesinatos de los mandos policiacos
de mayor rango del municipio de Tarímbaro nos recuerdan que fue en esa
región donde se inició la “guerra” estúpida del “generalito” Calderón, y
que siete años después, el nuevo “generalito” Peña sigue fracasando.
Del mismo Michoacán nos llegan, de manera continua, exacerbada en este
diciembre, noticias del irrefrenable avance de los llamados “grupos de
auto-defensa”, sin que se sepa a las claras si son –como las policías
comunitarias de Guerrero— formaciones auténticamente comunitarias,
fuerzas sufragadas por los empresarios y terratenientes locales para
defenderse de los grupos delictivos, o incluso grupos financiados por
las propias asociaciones delictivas que operan en Michoacán y en los
Estados vecinos.
Lo que nos queda totalmente claro es que Michoacán es un territorio no
gobernado propiamente por nadie, en el que las autoridades únicamente
ostentan cargos de pacotilla, donde ni el Ejército, ni las policías
federales, ni los cuerpos represores estatales y municipales son capaces
de ejercer una autoridad plena. Y ello, indudablemente, es un boquete
que ni todo el autoritarismo de Peña ha logrado cerrar, bueno, ni
siquiera paliar en tantito.
De Jalisco nos llegan otras noticias inquietantes. Hace algunos días, en
este mismo espacio, resaltamos la pavorosa indiferencia con la que en
la generalidad del país se ha tomado el despojo petrolero. No fue así en
Guadalajara, donde la convocatoria conjunta de MORENA y del Movimiento
Ciudadano lograron reunir a miles de personas el pasado 14 de diciembre,
fecha que los traidores del PRIAN seleccionaron para convalidar el
criminal robo en el Congreso de Jalisco. El vigor de la protesta popular
hizo que los sinvergüenzas se tuvieran que saltar los reglamentos
internos y llevaran a cabo una sesión ilegal. Pero aún así, el pueblo
estuvo firme para defender lo suyo, y los represores se vieron obligados
a golpear personas, realizar detenciones arbitrarias y agredir a la
multitud con gases lacrimógenos, lanzados desde el propio palacio
legislativo.
Ofuscado ante su mala nota, el gobernadorcito priísta ordenó el
encarcelamiento de los líderes de la protesta, ante lo que su Fiscal
amenazó públicamente con órdenes de aprehensión, nombrando como
presuntos delincuentes a varios representantes del Movimiento Ciudadano.
Éstos, encabezados por Enrique Alfaro, presidente estatal del partido,
encararon al Fiscal en su propia conferencia de prensa, lo pusieron en
un total ridículo, lo hicieron aceptar que había enviado a infiltrados
disfrazados para crear caos en la protesta y, finalmente lo hicieron
huir, lo que hizo cobardemente este estúpido funcionario, como puede
constatarse cabalmente en videos difundidos en redes sociales.
En los días subsecuentes, y hasta la fecha, el gobierno de Jalisco ha
continuado hostigando a los líderes del Movimiento Ciudadano, y en
particular a Enrique Alfaro, un líder popular que en apenas un lustro en
la política, ha logrado destacar como uno de los principales
protagonistas de una nueva alternativa política, como lo demostró
durante su gestión como presidente municipal de Tlajomulco, en donde
impulsó POR PRIMERA VEZ en el país la elaboración de un presupuesto
participativo y se sometió a un referéndum popular, en el que obtuvo los
votos aprobatorios de más del 95 por ciento de sus gobernados. Las
encuestas lo señalan como el político jalisciense más popular del
momento, lo que claramente explica la urgencia del gobierno priísta por
fincarle cargos y emprender una “guerra sucia” en su contra.
Es bueno recordar que del Occidente de México llegó el más grande apoyo
para la rebelión de Hidalgo, que luego se convertiría en Revolución de
Independencia; y que también en esta región proliferó el apoyo a Madero y
otros líderes de la Revolución Mexicana. La Patria está agraviada y
dolida, pero está viva y sus hijos están hoy en día dando batallas cuyos
frutos conoceremos en el futuro.
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