¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
Apuntes
Guillermo Fabela Quiñones
No quieren ver al fantasma del hambre
En la actualidad es impensable que se haga realidad el sueño de Charles
Dickens, expresado a través del comerciante y usurero Scrooge, quien
arrepentido de su avaricia, usura, mezquindad y egoísmo, luego de que su
socio muerto Marley le enviara tres fantasmas para que corrigiera su
actitud tan negativa, al final de su vida cambia para beneplácito de
todo Londres, sobre todo de él mismo, el viejo Scrooge, paradigma de
miserable y luego de hombre bondadoso, a pesar de que se le juzgara como
un deschavetado sin posibilidad de curación.
Con más sensatez, Jesús afirma sin dudarlo que sería más fácil que un
camello pasara por el ojo de una aguja que un rico se arrepienta para
alcanzar el cielo. Es muy probable que existan ejemplos de millonarios
arrepentidos, pero no en nuestra época, cuando la deshumanización parece
cabalgar en los cuatro caballos del Apocalipsis. Recordemos que el gran
León Tolstoi sufrió el desprecio y enojo de su esposa por su
pretensión, que a ella le pareció absurda, de querer entregar sus bienes
a los campesinos pobres de su comarca.
Aquí, en la actualidad, es una utopía pretender que un millonario se
arrepienta de su nefasto modo de ver la vida y de asumir sus
responsabilidades. Si tal fuera el caso México sería una potencia
económica, pues las riquezas que atesora el más conspicuo grupo de
multimillonarios mexicanos serían suficientes para pagar la deuda
externa y para que no hubiera un solo trabajador sin empleo en el país.
Sin embargo, la realidad es muy dramática y nos demuestra todo lo
contrario. Seguimos cada vez más endeudados como nación y con problemas
estructurales cada vez más complejos y de difícil solución.
La avaricia de los multimillonarios mexicanos no tiene parangón en la
literatura mundial. Ni Shakespeare podría producir un nuevo Shylok,
comparable al modo de atesorar que tienen los actuales multimillonarios
surgidos gracias al golpe de Estado de los tecnócratas liderados por
Carlos Salinas de Gortari. Literalmente no tienen llenadera, como se
dice coloquialmente, y nunca están satisfechos, siempre quieren más,
aunque ello les signifique nuevos males gástricos y más desvelos. Nunca
están ahítos de sumar millones de dólares, y ya se frotan las manos de
ansiedad porque se les hace tarde comenzar a medrar con los negocios que
se van a generar con la explotación irracional de los hidrocarburos.
Ya esta Navidad fue más triste en millones de hogares, sin que este
grupo de multimillonarios se haya enterado, feliz como debe de estar, al
pensar en un futuro más lucrativo, sin parar mientes en las
consecuencias de la explotación de recursos naturales y mano de obra,
gracias a la sevicia y traición a la patria del grupo en el poder. Esta
cena navideña fue alrededor de 30 por ciento más cara que hace un año,
situación que se habrá de recrudecer al entrar el nuevo año porque
inmediatamente se soltará el incremento de precios, jalonado por los
aumentos a los combustibles y por los desajustes que ocasionará la
reforma fiscal.
Sin embargo, a la elite oligárquica le tiene sin cuidado esta dramática
realidad, no tiene a nadie que le envíe fantasmas para que se arrepienta
de su deshumanización, sino un futuro inmediato muy placentero porque
la burocracia dorada, el gobierno de Enrique Peña Nieto, está más que
dispuesto a obedecer sin chistar todas las órdenes que le sean dadas por
esa cúpula oligárquica, sobre todo, por la Casa Blanca en Washington.
Saben que tienen todo para seguir chupándole la sangre al pueblo, el
cual no tiene ni ganas ni fuerzas para oponerse.
Con todo, existe un fantasma muy real que en cualquier momento puede
aparecerse, con su horrible catadura y pésimo humor. Se trata del
fantasma del hambre, el cual históricamente ha demostrado ser muy eficaz
para asustar a los poderosos que lo obligan a manifestarse. Así ha sido
en todas las latitudes y en todos los tiempos. Ahora se puede presentar
en el momento más inoportuno, con infinito coraje, porque no hay
justificación real para que surja, teniendo en cuenta que México ha
sido, y podría seguirlo siendo, una nación con suficientes recursos,
irracionalmente explotados por una minoría insaciable. Lo piensa seguir
haciendo, como si aún estuviéramos en el siglo dieciocho. Qué
lamentable.
(guillermo.favela@hotmail.com)
No hay comentarios:
Publicar un comentario