¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
El país en oferta
Laura Bolaños Cadena
Tiene razón EPN de estar muy contento por la facilidad con que logró la
aprobación de su reforma energética, pues esto le permitirá continuar a
su gusto con otras reformas y llevar a cabo aun la que mayor resistencia
ha provocado: la educativa. Ya está seguro de que puede seguir adelante
modificando reformas como la fiscal a fin de favorecer todavía más a
las grandes empresas, en especial a unas que ya están más que
favorecidas, como son las empresas mineras, canadienses en su mayoría.
Estas últimas llevan a cabo el negocio del siglo saqueando las riquezas
del país, y todavía se pretende hacerles más concesiones. Según
senadores perredistas, la explotación que hacen de oro, plata y otros
minerales ha superado en unos cuantos años el saqueo de estas riquezas
que se llevó a cabo por tres siglos durante Conquista y la Colonia. De
hecho, la forma de explotación que llevan a cabo en México es de tipo
propio de país colonizado. Obtienen ganancias que superan el 90 por
ciento y se las llevan fuera dejando a la nación explotada sólo
alrededor de un 0.3 por ciento de impuestos.
Hasta aquí, las compañías mineras tenían prohibido explorar y extraer
hidrocarburos sólidos, líquidos o gaseosos; sin embargo, obedeciendo a
presiones de estas empresas, EPN cambió a su beneficio lo dispuesto, y
de acuerdo a las modificaciones que se hicieron a la reforma energética,
se les permite ahora incursionar también en la industria petrolera
dentro de los terrenos que tienen concesionados, los que abarcan casi
una cuarta parte del territorio nacional. Son verdaderas depredadoras,
extraen los minerales a cielo abierto utilizando técnicas y sustancias
altamente contaminantes del agua y del ambiente. Mantienen a sus
trabajadores con sueldos bajísimos y en condiciones riesgosas de
trabajo, o sea, se trata de una explotación tipo africano donde se
aprovecha la mano de obra baratísima y los bajos impuestos. Las
ganancias exorbitantes salen para ser aprovechadas en el extranjero. En
la reforma hacendaria y fiscal, EPN se opuso a que se les aumentara el
impuesto de medio punto porcentual al 10 por ciento conque se grava en
Chile la actividad minera. (Información de La Jornada). Así, claro que
se atraerá inversión extranjera a México, y también que no será para
provecho nuestro sino para beneficio de las trasnacionales y unos pocos
capitales nacionales, mas no para los mexicanos en general.
El país, nuestras riquezas, nuestra mano de obra, se ponen al servicio
del extranjero, mayoritariamente ya sabemos de quién. En el caso
mencionado es para las mineras canadienses, que ahora podrán incursionar
también en el terreno de los hidrocarburos. Pero nuestro principal
amigou no se queda atrás. Cómo dejar de mencionar que gracias a las
reformas peñistas, además de otros buenos negocios, EU obtiene aquí
mismo, al sur de su frontera, petróleo barato, seguro, sin grandes
costos de traslado ni riesgos inherentes. Y para ello no necesita
ejercer presiones ni mucho menos amenazas, tiene servidores
incondicionales en el gobierno de México. De paso, si añadimos el
territorio canadiense, EU tiene resguardadas sus fronteras al norte y al
sur.
España: vuelta al franquismo
El gobierno de Franco se caracterizó muy acusadamente por su adhesión a
una fanática fe católica, ya que uno de los principales apoyos del
alzamiento primero y de su gobierno después, fue la Iglesia católica. En
realidad, la iglesia formaba parte del gobierno. Y a las mujeres les
tocó sufrir el contubernio. La misoginia de la derecha se juntó con la
misoginia clerical.
Durante las República, las mujeres habían adquirido derechos como el
voto, el derecho al estudio y al trabajo fuera del hogar. Las españolas
participaban en escuelas y universidades, en puestos laborales y
sindicales, y en actividades políticas hasta ahí reservadas a los
varones. Se establecieron el matrimonio civil y el divorcio, y dentro
del matrimonio se observaba igualdad de derechos, cuestiones todas que
fueron echadas abajo con el establecimiento de la dictadura. Toda la
educación era religiosa. Las mujeres casadas estaban sujetas a la
autoridad del marido. El control sobre la sexualidad era muy estricto,
no se permitía ningún anticonceptivo y mucho menos el aborto. Una vez
finalizada la dictadura y cuando arribaron al poder los socialistas, la
situación comenzó a revertirse. Se acabó el predominio de la Iglesia
católica y las mujeres empezaron a adquirir derechos sobre su cuerpo.
Tuvieron acceso a los anticonceptivos y al aborto terapéutico.
Hoy, bajo el gobierno conservador de Mariano Rajoy, hay una vuelta muy
notoria a la derecha en todos los campos. Los trabajadores han ido
perdiendo derechos y se privilegia el poder de las entidades financieras
sobre la gente común. Desde luego, toca su turno a las mujeres con un
golpe a su derecho a interrumpir embarazos no deseados. La reforma del
20 de diciembre de este año, autoriza el aborto por violación sólo
durante las primeras 12 semanas. Hasta las 22 semanas en caso de grave
peligro para la salud de la madre, y eso sólo con el acuerdo de dos
médicos no pertenecientes al centro de salud donde se realizará el
aborto. El otro obstáculo es la objeción de conciencia de los médicos
encargados de realizar el legrado, es decir, pueden negarse a efectuarlo
por razones morales o religiosas. Las menores de edad deberán obtener
el permiso de sus padres. Se va restringiendo la libertad de las mujeres
a decidir sobre su propio cuerpo, pues como dijo un vocero de la
Iglesia católica mexicana, Hugo Valdemar: “La idea de que la mujer tiene
derecho sobre su cuerpo es una aberración”.
Las religiones mosaicas son enemigas del placer, en especial del placer
sexual. Éste debe quedar ceñido estrictamente a la reproducción, fuera
de eso es limitado y condenado. No en balde, un papa de tiempos modernos
dijo que disfrutar demasiado del placer marital equivale al adulterio.
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