viernes, 27 de diciembre de 2013

En el DF abusos del poder y la corrupción

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Por Esto!
Conjeturas
Alvaro Cepeda Neri

Abuso de poder y corrupción de Edgar Elías, alias “La garra”

Desde el desgobierno de Marcelo Ebrard al de Miguel Mancera, y desde el presidente del Tribunal Judicial del Distrito Federal, Edgar Elías, con anuencia de la Asamblea de Representantes, los abusos del poder y la corrupción a todo lo que puede ser el tráfico de influencias para obtener sobornos, no ha parado y va en aumento. Lo anterior a la sombra del árbol podrido de más corrupción del calderonismo, pues Alejandra Sota en la Oficina de Los Pinos, y Carlos Olmos Tomasini en Comunicación Social de la Secretaría de Salud, son tan millonarios como el “Chapo Guzmán” y próximos para entrar a la lista de Forbes.

Ya en dos números 360 y 361 de la revista semanal Contralínea, han aparecido las investigaciones periodísticas sobre el tal Elías, quien con sus reelecciones se ha apoderado del Poder Judicial defeño; y está muy bien apadrinado por Mancera, con quien es “uña y carne” o vasos comunicantes de la corrupción. Asimismo, sobre Olmos Tomasini y su cómplice, la señora Sota, han enriquecido a sus socios con los que compartieron el saqueo mayor a la cueva de los “40 ladrones”.

Abusando del poder, Edgar Elías controla a la mayoría de los jueces y éstos están esperando que se vaya para dar a conocer la documentada corrupción en que se les ha obligado a ejercer (otros jueces lo hacen por el “toma y daca” tradicional de la corrupción), y resolver los problemas judiciales conforme a la divisa de “a tanto más cuanto”. Protegido por Mancera, el señor Elías es capaz de todo si le llegan al precio. Todo está a la venta en asuntos fiscales, comerciales y donde las partes riñen por multimillonarias aportaciones ilegítimas y, ante todo, ilegales. Como un cáncer o una peste, la corrupción tiene invadido al sistema-régimen federal y de los Estados. También en la ciudad de México, al menos al Judicial, de Edgar, a quien empleados y litigantes, apodan “La Garra”; y al Ejecutivo de Mancera, quien ha ido enseñando los dientes a la Peña para arremeter contra los derechos democráticos de las manifestaciones. Por todo esto, los mexicanos estamos atrapados en un callejón sin salida. Y mientras aguantamos las embestidas, la solución es el ejercicio del Artículo 39 constitucional.

Cuentan que Obregón cínicamente decía que era el presidente que menos había robado, ya que solamente contaba con un brazo y los demás a dos manos-brazos se llevaban hasta los costales. Ahora tenemos funcionarios que nada los detiene para rateramente cargar con lo que encuentran. El sistema judicial defeño huele a putrefacción, porque su cúpula vende resoluciones al mejor postor y según “el pájaro es la pedrada”.  
De Ebrard a Mancera, el sistema judicial es una cañería por donde circula la corrupción y nadie la detiene, ya que los que deberían hacerlo también están en el negocio y, los que no, esperan el momento para dar a conocer los dos períodos de Elías en el máximo tribunal. Son tiempos de pavorosa corrupción, donde los que pierden son los ciudadanos en general y quienes directamente solicitan justicia. Pues ésta es parcial y baila al son de “poderoso caballero es don dinero”.

cepedaneri@prodigy.net.mx

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