¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
Anatomía de una traición (casi) perfecta
Víctor M. Quintana S.
MEXICO, D.F, 22 de diciembre.- De que es traición, la es. Por más que la
quieran vestir de seda, la entrega de la exploración, explotación,
transformación y transportación de los hidrocarburos de la Nación a
empresas privadas nacionales o extranjeras no tiene nada de gesto
patriótico. Los artículos 27 y 28 constitucionales, ahora reformados por
el PRI, el PAN y sus aliados, fueron de los máximos logros de la
Revolución y aún no se cumplen las metas para las que fueron
instituidos: una reserva soberana para el desarrollo y la justicia
social para todas y todos los mexicanos.
Ahora dependerá de la dudosa eficacia de una Comisión Nacional de
Hidrocarburos donde la partidocracia se servirá con la cuchara grande.
Dependerá también de una muy corruptible y deficiente labor de
fiscalización de lo que las trasnacionales extraigan de nuestro suelo.
Ni Santa Ana ni don Porfirio se hubieran imaginado tanto entreguismo.
¿Cómo le hicieron EPN y sus ahora aliados blanquiazules para
perpetrarlo?
1. Escondieron varios ases bajo la manga: en ningún acto, debate o
programa de campaña propusieron los candidatos del PRIAN una Reforma
Energética como la que acaban de llevar a cabo. Les hubiera restado
votos que ni las tarjetas de MONEX hubieran podido recomprar. Muchos
priístas y panistas de convicción les hubieran volteado la espalda.
2. Propusieron un Pacto en el que no tenían nada que perder: a EPN le
urgía legitimarse y pronto y no lo podía hacer llenando de sangre y
muerte el país como Calderón. Así que invitó a un Pacto para sacar las
reformas que el gran poder económico y la OCDE le habían prescrito, con
algunos ralos beneficios para el pueblo. El PAN los iba a aceptar, dada
su cercanía con la clase acomodada y si el PRD los aceptaba, como de
hecho aceptó la mayoría, tanto mejor. Si pegaba con la izquierda,
excelente, si no, despegado estaba. ¿Las concesiones para las mayorías?
Una reforma de telecomunicaciones que ahora no ve el día que pueda
aplicarse, pero nada de mejores salarios, de mejores condiciones de
vida.
3. Le aflojaron la rienda al PAN. Es decir, plantearon una Reforma
Energética tímida, para dar oportunidad a que el PAN la llevara más
adelante y tuviera la ilusión de que se salió con la de él. Si Peña
Nieto y los suyos hubieran presentado una iniciativa que no admitiera
adendas ni modificaciones, el PAN no se hubiera sentido incluido y no la
hubiera apoyado. Si los priístas tuvieran la firme convicción de no
llegar más que a los “contratos de utilidad compartida”, ahí se hubieran
quedado; pero sabían que habría que darle al PAN la impresión de que se
llegó hasta donde este quería: las concesiones disfrazadas de
licencias. Ahora se van a disputar el título de quien fue el más
entreguista.
4. Cocinaron los acuerdos en las cúpulas de Washington y de Los Pinos.
La decisión última no se tomó ni en el Senado ni en San Lázaro. Ya
estaba pactada por el PRI y por el PAN con Washington desde 2012, más en
concreto en el Senado norteamericano, y con las trasnacionales
petroleras, como hace varias semanas lo dieron a conocer el Wall Street
Journal y la agencia de noticias económicas Bloomberg. Luego se vistió
de china poblana en el espacio del Pacto, entre el PRI y el PAN, con el
PRD ya fuera, emberrinchado como las novias que sientan después de la
primera tanda.
5. Rechazaron toda forma de consulta a la ciudadanía: el PRI nunca ha
sido partidario de este tipo de consultas, y el PAN, sólo cuando le
benefician, así que, ¿para qué tomarse la molestia de acudir a la
democracia directa si la representativa les representa tantos dividendos
de poder y de dinero? Una consulta hubiera significado retrasar el
proyecto urgido por las trasnacionales y, de acuerdo a los sondeos de
opinión, arriesgarse a que el proyecto de reforma fuera rechazado. Por
eso lo desdeñaron con toda la arrogancia de una clase política que
siempre quiere manejar a la ciudadanía como menor de edad. Exactamente
como hacían los blancos con la mayoría negra en Sudáfrica en tiempos del
apartheid (para no dejar de recordar la lucha de Mandela).
6. Emplearon todo el poder de los medios y de la propaganda de Estado
para justificar su proyecto. Con el duopolio televisivo a modo para que
no se le afecte con las leyes secundarias en telecomunicaciones. Y con
el enorme y opaco presupuesto de comunicación social como palanca,
tuvieron EPN y sus aliados varios meses para desinformar, contar medias
verdades, hacer comparaciones sofistas, manejar tramposamente las
estadísticas para defender su proyecto privatizador. Contaron con la
ayuda incondicional de conductores oficiosos y oficialistas como
Fernández Meléndez, Ferriz de Con, Hiriart, Beteta y compañía. Los
capitales detrás de eso: Azcárraga, Salinas Pliego, Vázquez Raña, etc.
7. Emplearon todo el poder de los medios electrónicos para satanizar y
desprestigiar a los críticos y opositores a su reforma: de pronto,
nuestra democracia balbuceante se llenó de denuestos a quienes pensaban
diferente. Como no podían contra argumentar a quienes muestran lo
endeble de la racionalidad privatizadora, los atacan como “atrasados”,
“cerrados”, “radicales”. Todo aquel que no concuerde con esta forma de
pensar está loco, con López Obrador a la cabeza. En este país hay que
pensar como Videgaray, Coldwell, Cordero, o Madero para ser cuerdo y
razonable. Pocas veces se ha visto una campaña tan amplia y tan
irracional de ataques mediáticos a quienes se oponen al pensamiento
único definido como lo definen los grandes del poder y del dinero.
8. Impusieron el tiempo y el ritmo: Había que hacer la Reforma
Energética ahora, para que en un año Peña Nieto tuviera la joya de la
corona y para que el gasto público que manejó de manera recesiva en
2013, provoque el rebote y la ilusión de crecimiento y beneficio del
reformismo en 2014. Había que hacerla ahora, en diciembre, cuando
abundan los distractores del populacho: posadas, final del futbol,
sorteo de la Copa del Mundo, miedo a los asaltos, etc. etc. Y había que
hacerla rápido, antes que la cuesta de enero, la pertinacia de las
ejecuciones y la delincuencia, y el deterioro del salario, irriten a
este fatigado país. Así lo hicieron, y, el PAN aceptó bailar a ese ritmo
con ellos.
Las recompensas visibles, inmediatas no se hicieron esperar: las y los
diputados tendrán un fondo especial de 50 mil millones de pesos para
utilizarlo y repartirlo a discreción, es decir, 100 millones de pesos
por legislador, para comprar clientelas, a realizar obras donde más les
convenga a ellos, gastar para preparar su reeleción cuando ya se pueda,
etc. Pero las recompensas no inmediatas, algún día se harán visibles:
acciones en las petroleras extranjeras, contratos con ellas, puestos en
sus consejos de administración, inmuebles en el extranjero, cuentas en
los paraísos fiscales…En fin, habría que transpolar a Churchill para
concluir: “Nunca tantos habían sido traicionados por tan pocos. (A los 4
Vientos)
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