¡¡Exijamos lo Imposible!!
La Jornada
Que mi protesta se transmute en un "colectivo de conciencia": Daniel Blázquez
Héroe, valiente, modelo a seguir, un ejemplo. Son algunos de los epítetos que la sociedad civil le han atribuido a
Daniel Blázquez Aguilar, joven que increpó a Peña Nieto el 21 de
diciembre, día en que el priísta promulgó la reforma energética. En la mañana
de ayer sábado convocó mediante un perfil de Facebook a ciudadanos para
que lo conocieran y supieran que él es real, que el perfil donde
aparece en la red social es real y que su causa también es real.
Estudiante de derecho en la UNAM y de 20 años, comenzó a ser rastreado en Facebook por gente que admiró su acto. Su perfil está a punto de superar los 5 mil amigos (que se tiene como límite en la
red social).
Cuenta que ahí le llegaron invitaciones para crear un
fondo para que pueda tener dinero y otras para armar una guerrilla pero
se negó pues no quiere desvirtuar algo que para él podría ser grande y
lo quiere hacer de manera pacífica. “Con el corazón y la mente, no con
violencia”.
En los últimos días, se lanzó una convocatoria a su nombre para una marcha hacia los Pinos el 26 de enero en “donde todos estén vestidos de blanco”. A la reunión de hoy, citada a las 10 de la mañana Daniel confirmó dicho emplazamiento. Ahí estaban
presentes un puñado de personas entre un psicólogo, un comerciante
simpatizante del nacional socialismo, un maestrante en derecho, un
excompañero suyo de la vocacional, un joven vestido de traje cuya
ocupación no especificó y su novia. A Daniel le hubiera gustado ver más personas pero entiende la cotidianidad laboral y el escepticismo de la gente.
Daniel no menciona a Marx, Proudhon, Rousseu, Locke,
Russell, Magón, etc. Sus referencias son una madre trabajadora que le ha
inculcado valores de integridad y un padre cuyo esfuerzo diario se ha
manifestado en pan y hogar para su familia. Él cree en dios y fue
panista. Se decepcionó del partido blanquiazul luego de ser testigo de
cómo el partido a quien apoyó fue el cómplice del PRI para aprobar reformas como la energética.
La pasión que muestra Daniel por aquel “México mejor” no se
deposita en filosofar, sino en materializar alguna acción como lo que
hizo en el acto de presidencia. La elocuencia de sus palabras fluyen
conforme su indignación va en aumento, en donde incluso existió un
momento cúspide donde soltó lágrimas (ver video)
¿Estamos frente a alguien que es un líder? Pregunté a
Israel, el comerciante socialista y a Kevin, el psicólogo. “No creo que
sea un líder aún, puede serlo, pero es joven y tiene mucho camino por
recorrer, yo le aconsejaría juntarse con gente que sepa del movimiento
contra el actual gobierno como Fernández Noroña”, dice Israel el
comerciante. “Hacen falta líderes, muchos de los que estaban han sido
bloqueados o enturbiados. Aún así, sin líder, aquí estamos nosotros para
mostrar inconformidad con el gobierno; que por ejemplo a mi me afectó
en la reforma hacendaria pues en un negocio que tenemos (tengo
entendido) que nos quitarán casi el 10% de las ventas diarias” dijo
Kevin el psicólogo.
Sobre lo que se puede hacer con la figura de Daniel
se habló de que muchas formas de protesta se han ido agotando, donde
incluso se dijo que #YoSoy132 quedó disuelto por la estocada de un
miembro (Antonio Attolini) al aparecer en un show de Televisa, por lo
que hubo un breve consenso en que “este movimiento será de los de abajo,
de los ciudadanos que laboran día a día en difíciles jornadas de
trabajo y trayecto para subsistir”.
Lugares comunes o no, los ciudadanos presentes están
indignados porque en el año de Peña Nieto: “subieron los impuestos, la
gasolina es más cara, continúan los homicidios y una mayor represión en
manifestaciones”.
En otro aspecto Daniel contó que para entrar al acto
de Peña Nieto fue sencillo: “un viejito que repartía papeles rosas,
seguro yo creo que andaba cansado, me dio uno y así pude
entrar porque uno de los reporteros me dijo que agarrara uno pensando
que también yo era un reportero, entonces pensé: pues sí, voy a entrar”.
Y ahí en Palacio Nacional, a unos metros de Peña Nieto, fue donde espetó la enunciación clave para que hoy sea figura pública: “¿Por qué no nos pidió opinión para la reforma energética?
¡Ya inició el movimiento y vamos a tirar tu gobierno. Vamos a
derrocarte! ¡Yo voy a transformar este país; voy a ser Presidente y
vamos a acabar con tu gobierno!”.
El joven Blázquez también contó que en un lote
cercano a su hogar estuvieron acudiendo dos sujetos en un automóvil gris
por varias horas. “Yo no temo a que me maten, porque si lo hacen saldrá
otro y si lo matan también, otros más y más. Sí me preocupa mis seres
queridos, pero ¿cuándo alguien iba hacer algo? Nos mantienen viviendo
con miedo y no podemos seguir estando con miedo”.
Daniel no culpa a los delincuentes, ni a traficantes
de los males sociales. Concibe el problema de sus actos como una causa
de un mal gobierno. El quisiera que policías, comerciantes, jornaleros,
amas de casa, estudiantes y toda la sociedad civil se unieran.
La palabra que nunca se mencionó en la reunión fue utopía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario