¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
Plan privatizador premeditado
Gilberto Balam Pereira
Intervienen mafias financieras internacionales
Fue un plan premeditado con gran profundidad, maquiavélico, atrozmente
perverso y pervertido a cargo de las grandes mafias financieras
internacionales, el imperialismo norteamericano y los gobernantes
nacionales entregados de rodillas; como participantes estos últimos
traicionando y vendiendo a la Patria como cualquier porfirista o
santanero o victoriano huertista.
El neoliberalismo, con su voracidad extinguidora de pueblos, estados y
gobiernos, se preparaba hace una treintena de años para cumplir con sus
principios de enriquecimiento ilícito de pandillas voraces mexicanas.
Recuérdese que desde febrero de 1983, De la Madrid como Presidente
inició la reforma (ya sabía su cuento) del artículo 28 Constitucional,
determinando las áreas de rectoría del Estado mexicano, llegando en la
actualidad a cero de sector energético por la gracia de la mafia de EPN.
Antes, los regímenes priístas y panistas que sucedieron a don Miguel
fueron célebres por sus decisiones privatizadoras de las paraestatales y
de escandalosos enriquecimientos ilícitos hasta hoy impunes, incluyendo
los descarados despojos en Pemex, por mexicanos y extranjeros. La
rapiña en la paraestatal sería el pretexto que justificara en adelante
su privatización, hazaña reservada para la secta de Peña.
El Dr. Diego Valadés –exministro de la SCJN– considera que “el autor del
plan reformatorio del petróleo es Luis Videgaray, quien habría
convencido a Peña diciéndole que “vamos a aguantarnos el primer año sin
presupuesto, con un crecimiento menor al 1%; van a haber protestas, pero
necesitamos sacar las reformas primero, sobre todo la energética, para
que fluyan las inversiones el próximo año y entonces tengamos un
crecimiento de 3 o 4%”. Y agrega don Diego: “De cualquier manera, quien
planeó esto, lo diseñó para que así saliera”.
Desde un principio, señaló este tecleador que la reforma energética
planteaba una máxima apertura a la inversión privada nacional y
extranjera mediante cuatro modelos de contratos de utilidad compartida y
daba un plazo de sobrevida a Pemex y a la CFE de cinco años para
abandonar su condición de organismos descentralizados de la
administración pública (¡ah, qué hijos de la…!).
Cualquiera que lea los artículos 25, 27 y 28 constitucionales, –digo–
sobre todo sus transitorios, observará que fueron redactados con dolo y
ventaja para propiciar un presidencialismo hipertrofiado, el Legislativo
acotado y el Judicial debilitado en sus funciones. Ahora, el Presidente
en turno tendrá la última palabra en las decisiones fundamentales,
políticas, económicas y judiciales. Por tal razón, una vez extraído el
crudo, éste queda a expensas de los privatizadores en connivencia con el
Ejecutivo, lo que a todas luces significa claramente un proceso de
privatización, en el que, sobre todo, los socios extranjeros impondrán
sus condiciones ante un Estado debilitado. Cualquier conflicto que surja
tendrá que ventilarse en el orden jurídico del país del socio afectado.
Con ello, el Estado mexicano pierde gobernabilidad y fortaleza que es
lo que pretendieron, a toda costa, los neoliberales. Que el Estado
mexicano pierda su carácter democrático y regulador de la economía en el
país y así, llevarse los foráneos impunemente la riqueza ajena. En lo
personal, soy de la opinión de que la población carece más bien de
información del asunto que de falta de conciencia en cuanto a que es
objeto de la rapiña de los extranjeros.
En cuanto a la debilidad del Estado causada por el neoliberalismo,
evidencia que carece de la estrategia y métodos para la lucha contra la
corrupción generalizada en todos los sectores de la sociedad. Las
contradicciones en que frecuentemente incurre el Ejecutivo al respecto,
son síntomas de una falta absoluta de una política gubernamental de
justicia, en la cual prevalecen los oídos sordos. Ahí está el hecho de
que se encarcela a Elba Ester por corrupción, mientras delincuentes
peores del gobierno permiten a que Forbes ubique al país como uno de los
primeros en cuestiones de corrupción en todos los órdenes de la
administración pública. Elba Ester no puede ser más corrupta que Romero
Dechamps o que Carlos Salinas de Gortari.
Si los gobiernos no pudieron controlar la corrupción en Pemex durante
muchas décadas, la reforma peñanietista no podrá hacerlo tampoco, ahora
que se complicará la expoliación de los recursos del petróleo a manos de
extranjeros ladrones y tramposos. Se enriquecerán impunemente, mientras
70 millones de mexicanos se debaten entre la pobreza y la miseria,
entre el desempleo y las ofertas de reclutamiento de los cárteles.
El relativamente nuevo Presidente, ahora hipertrofiado de autoritarismo,
será además, nada menos que el que controle los nombramientos de los
directivos de las también nuevas instituciones.
Imaginemos de la misma manera otra instancia, el Congreso que se
debilita en el control de los mecanismos de la producción petrolera, al
encargarse el Estado de las empresas energéticas ahora públicas, por
obra y gracia de la reforma en entredicho.
Ya decíamos que ante la posibilidad de conflictos laborales o económicos
con las compañías petroleras extranjeras, éstos (los conflictos)
tendrán que confrontarse en el ámbito legal del extranjero, con lo que
el Poder Judicial también saldrá perdiendo, gracias a la reforma en
cuestión.
Así, la ingobernabilidad en el país nos conducirá a un caos que no
tendrá para cuándo resolverse. Estado, Congreso, Poder Judicial,
acotados. Presidente autoritario, hipertrofiado de poder.
La consulta popular será una alternativa que permitiría echar para atrás
las reformas que la oligarquía capitalista internacional ha impuesto a
Peña. En mi opinión, no es una propuesta descabellada la consulta. Es
factible de llevarse a cabo a fin de que la riqueza sea, ahora sí, del
verdadero Pueblo.
Brasil lo está logrando. Su industria petrolera se está nacionalizando
de nuevo. ¿Por qué nosotros no lo lograremos? La unidad en lucha permite
lograr todos los horizontes supuestamente inalcanzables.
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