¡¡Exijamos lo Imposible!!
Por Esto!
Difícil será entregar buenas cuentas
Guillermo Fabela Quiñones
Apuntes
Según el nuevo secretario de Asuntos Jurídicos del PRI, Sadot Sánchez,
“no hay ningún pretexto” para que Enrique Peña Nieto no entregue buenas
cuentas al finalizar su mandato. Así es porque, dijo, con las reformas
estructurales aprobadas este año que hoy termina, se tiene asegurada
“una profunda transformación para nuestro país”. Sin duda así será, pero
muy negativa bajo cualquier punto de vista, en cuanto que las tan
comentadas reformas sólo habrán de beneficiar a quienes han sido ya
ampliamente beneficiados desde hace tres décadas.
Esto hay que repetirlo cuantas veces sea necesario, para que la
ciudadanía no se deje embaucar todavía más por la costosísima propaganda
gubernamental dirigida a desinformar y así seguir manipulando al
pueblo. Dice el funcionario del partido tricolor, que Peña Nieto “ha
asumido los costos políticos” que entraña la aprobación de nuevas
medidas muy perjudiciales para la nación. Como si les importara, a los
miembros de la burocracia dorada, lo que se diga de ellos. ¿Acaso Carlos
Salinas de Gortari y toda su camarilla de tecnócratas al servicio de
intereses extranjeros, se sienten avergonzados por sus acciones contra
el país?
Ha trascendido que el sindicato petrolero, plenamente al servicio del
gobierno federal, está ya preparando los mecanismos institucionales que
les competen para facilitar el despido masivo de trabajadores mexicanos,
y la entrada de extranjeros que formen parte de las empresas foráneas
que saquearán los hidrocarburos que le quedan al país, que todavía son
muy cuantiosos, de acuerdo con informaciones de expertos en el tema.
Cabe puntualizar que en la reforma energética, no hay ningún apartado en
defensa de los trabajadores y de su contrato colectivo.
Toda la infraestructura de la industria petrolera, que tanto costó al
país, será en adelante aprovechada por depredadores extranjeros. Desde
luego, Pemex seguirá siendo de México, pero es preciso decir a qué
empresa se refiere la propaganda. Se trata de los fierros viejos y la
chatarra que “no se vende ni se privatiza”, como tanto les gusta afirmar
a los tecnócratas, porque lo que realmente interesa a las compañías
extranjeras es la materia prima enterrada en el subsuelo, la cual habrán
de saquear desaforada e impunemente.
Ni qué decir de las instalaciones eléctricas de la Comisión Federal de
Electricidad (CFE), las cuales serán para beneficiar a empresarios
extranjeros, sin que les hayan costado un centavo. México es uno de los
países emergentes más y mejor electrificados, pues el 97 % del
territorio nacional cuenta con energía eléctrica, gracias al trabajo
realizado por técnicos mexicanos con inversiones públicas. Ahora,
gracias a la reforma energética, toda esa infraestructura será
aprovechada por depredadores foráneos que sólo vendrán a lucrar con el
contubernio y complicidad del gobierno federal, como así ha sido desde
hace tres décadas.
Ahora que ya fueron aprobadas las reformas por un Congreso servil, que
denigró al Poder Legislativo, los voceros del gobierno de Peña Nieto
empiezan a decir que los beneficios serán a mediano y largo plazos, lo
cual significa que no habrá ninguno, como no los ha habido desde que los
tecnócratas, al servicio de la Casa Blanca y de intereses extranjeros
corruptores, impusieron el modelo neoliberal. ¿Cuándo, en los últimos
treinta años, ha habido un crecimiento real que beneficie a la sociedad?
¿Acaso no es un hecho incuestionable que los salarios reales han
perdido su poder de compra en más de cien por ciento en dicho lapso?
Sin embargo, los tecnócratas apátridas siguen insistiendo en que así
como vamos, vamos muy bien. Desde luego que sí, pero sólo le va bien a
una minoría cada vez más reducida, como lo patentiza la realidad. Cada
reforma constitucional ha sido devastadora para la nación, aun así los
voceros de organismos al servicio de los grandes poderes trasnacionales,
como la OCDE, siguen insistiendo en que se le hunda más la daga al
pueblo. No debe ser mera casualidad que José Ángel Gurría, muy cercano a
Salinas, dirija este organismo, el cual sólo sirve para apretar el
cuello a los gobiernos a fin de que obedezcan sus políticas criminales.
De ahí que sea muy conveniente prepararnos para que el año 2014 no nos
tome tan desprevenidos, confiando absurdamente en que nos va a ir mejor
con las famosas reformas. Las evidencias, luego de tres décadas, son por
demás ilustrativas de todo lo contrario.
(guillermo.favela@hotmail.com)
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