Homozapping
"La reforma en materia energética es política, social y éticamente ilegítima”: Grupo Paz con Democracia
Al Pueblo de México y otros Pueblos del mundo
A los Poderes de la Federación y de los Estados
A las compañías nacionales y extranjeras
La Constitución es la expresión de los acuerdos nacionales fundamentales, y por lo tanto en su naturaleza está que su texto recoja la opinión de las mayorías del País. Cuando la Constitución es reformada en sus decisiones políticas fundamentales a espaldas del pueblo, sin su conocimiento, y sin que sea consultado, se atenta contra su carácter de pacto político y social nacional, y en consecuencia contra su legitimidad.
Esto es lo
que ha ocurrido con la reforma a los artículos 25, 27 y 28
constitucionales. Quienes como legisladores del Congreso de la Unión y
de los congresos de los estados transformaron el régimen constitucional
de la explotación de los bienes de la Nación en materia energética, para
beneficiar a grandes empresas, en perjuicio de las mayorías nacionales,
modificaron una parte esencial del texto de la Constitución, y
rompieron así una parte sustancial del pacto histórico de 1917. Más aún
cuando la reforma fue realizada sin que se tomara deliberadamente en
cuenta la opinión de la población, con lo que los propios legisladores
desconocieron su carácter de representantes de la soberanía popular.
Hecha así, con desconocimiento de esta
soberanía a la que la propia Constitución se refiere en sus artículos 39
y 41, la reforma en materia energética es política, social y
éticamente ilegítima.
Pero además, la reforma está viciada de
ilegalidad en razón de las anomalías jurídicas que para su aprobación se
dieron en la Cámara de Diputados, en la cual no se cumplió con la
normatividad de los procesos parlamentarios. Por lo tanto, la mayoría
necesaria para la reforma constitucional se obtuvo con acuerdos
ilegales, lo que deviene en que la reforma misma se hizo de manera
ilegal.
De esta manera, la reforma tampoco
brinda condiciones jurídicas seguras a los inversionistas privados,
nacionales y extranjeros. Esta reforma será revertida definitivamente
cuando la soberanía popular y nacional esté realmente representada en el
Congreso de la Unión y en los congresos locales. Mientras tanto, sin
dejar de recurrir a las instancias legales, es imprescindible el
fortalecimiento de la organización popular y ciudadana, al margen de
simulaciones políticas que dan prioridad a intereses partidarios por
encima del interés general.
Por el Grupo Paz con Democracia,
Raúl Vera, Pablo González Casanova,
Rodolfo Stavenhagen, Miguel Concha Malo, Jorge Fernández Souza, Víctor
Flores Olea, Magdalena Gómez, Ana Esther Ceceña, Dolores González,
Alicia Castellanos, Gonzalo Ituarte, Gilberto López y Rivas, Luis
Hernández Navarro, Carlos Fazio, Miguel Álvarez Gándara, Héctor de la
Cueva, Pablo Romo Cedano
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