Beltrones y prianistas votando por el gran depojo del Siglo
¡¡Exijamos lo Imposible!! Por Esto!
¿Qué pretenderán construir los depredadores?
Guillermo Fabela Quiñones
Apuntes
En un afán absurdo de justificar la entrega de nuestros recursos energéticos a empresas privadas, Manlio Fabio Beltrones no tuvo empacho en tildar al presidente Lázaro Cárdenas de “hipócrita nacionalista”. Muy molesto, el líder de la bancada del PRI en la Cámara de Diputados, así calificó a todos aquellos mexicanos que se oponen a la privatización plena de los hidrocarburos, sabedores de que con esa acción depredadora se habrán de magnificar los problemas del país a niveles apocalípticos, porque nuestros hijos y nietos sufrirán, no sólo las consecuencias del desabasto de energía, sino de una vida marginal sin ninguna posibilidad de mejoramiento.
En las palabras de Beltrones se infiere que el expropiador de la industria petrolera actuó como lo hizo porque era un “hipócrita nacionalista”, que se quedó “paralizado por el tiempo y la derrota”, como dijo que están quienes nos oponemos firmemente a la entrega de nuestra principal riqueza a depredadores extranjeros. Puntualizó: “Hoy avanzamos aquellos que quisimos construir. Y atrás se quedaron los que no tienen nada que ofrecer más que su amargura”. Es difícil imaginar qué pretenderán “construir” él y los saqueadores de los cada vez más escasos bienes nacionales. Porque sin recursos no se puede ni poner un ladrillo.
Es cierto, en el país hay un inocultable sentimiento de amargura, pero por la impotencia de saber que México se aleja cada vez más de una elemental democracia representativa. Una minoría apátrida y voraz se apoderó del Estado, con el único fin de saquear a la nación hasta donde se pueda, y para “justificar” su depredación está la mayoría en el Congreso. Lo dijo Beltrones: “No es la primera vez que tocamos artículos que parecían invencibles o inmaculados”; claro que no, pues lo vienen haciendo desde hace tres décadas, con el propósito de poner punto final al régimen emanado de la Revolución Mexicana, defensor de nuestros recursos y soberanía nacional.
Apuntaló su argumento diciendo que para eso está el Congreso, “para poder traducir las necesidades del país en reformas que permitan avanzar, salir de la mediocridad en la que nos hemos encontrado muchos años, que no nos ha dejado crecer económicamente y por ello (se) genera pobreza, desigualdad e incluso hambre”. Qué conveniente para el diputado Beltrones olvidar que fue su partido el que nos condujo a tal situación, y que las reformas neoliberales, impuestas por el PRI y profundizadas por el PAN, son la causa principal del estancamiento económico y de la gravísima descomposición social.
No satisfechos con el terrible daño ocasionado a México en tres décadas, ahora dieron un nuevo golpe de Estado al aprobar reformas estructurales que sólo habrán de agravar la dramática realidad que estamos viviendo hace ya treinta años. No sólo se habrá de agudizar el estancamiento económico, sino que se afianzará la mediocridad del grupo en el poder, situación que será hábilmente aprovechada por los poderes fácticos. No hay que olvidar que antes de la patriótica gesta del presidente Cárdenas, México estaba paralizado económica y socialmente. Fue la expropiación de 1938 el motor de la etapa más brillante del país, que permitió no sólo el fortalecimiento del Estado, sino la emancipación de la economía y el sentimiento de orgullo nacional que se manifestó a través de la cultura y las artes.
Los apátridas en el poder quieren hacer creer a la ciudadanía que el nacionalismo es algo nefasto, y que la defensa de nuestros recursos naturales es una postura anacrónica. Sin embargo, lo que más caracteriza a las súper potencias es precisamente su acendrado nacionalismo, la defensa a ultranza de su soberanía. En ellas está bien actuar de esa forma, entre nosotros es mal visto, lo cual es inexplicable. En las grandes potencias no es “inflacionario” pagar salarios mínimos remuneradores, en cambio sí lo es aquí, según el grupo en el poder, motivo por el que se otorgan salarios de hambre que mantienen en la mediocridad el mercado interno y se profundizan las desigualdades sociales.
De ahí que sea una burla de mal gusto afirmar, para consumo externo, que la democracia en México “ha madurado”, como afirmó Enrique Peña Nieto en Estambul. Los hechos demuestran que se pudrió muy pronto, después que el régimen del presidente Cárdenas dio los pasos iniciales de una democracia incipiente.
(guillermo.favela@hotmail.com)
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